La Ciudad, nuestro derecho

Por Saraí Rangel

Vivimos en un imaginario de obediencia y nos han educado en un grado de sumisión tal, que se transgreden nuestros derechos al no reflexionar si “el deber ser” es coherente con las necesidades fundamentales de salud, medio ambiente, relaciones interpersonales, consumo y en si del habitar la ciudad.

Ese derecho fundamental, no escrito ni dictado en la ley o libros de texto, es el eje de acción del trabajo de Carolina Ibarra Duque, cofundadora de Grupo Urbano Medellín y fundadora del Colectivo Bicitertulia, invitada especial al Encuentro Cultural para el Rescate del Espacio Público en Morelia “Arte para todos /La Ciudad es nuestra”.

Organizado por la asociación civil Contenedor de Arte, con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, edición 2017; con el objetivo de revitalizar y resignificar el espacio público a través del arte y la cultura, como parte del programa fueron seleccionadas tres Conferencias Magistrales, la presente a cargo de Ibarra Duque bajo el tema “Activismo Cultural”.

Son el activismo cultural y las dinámicas participativas, algo no nuevo, pero que necesariamente requieren el replantearnos la forma en cómo nos movemos o habitamos los espacios. En ese sentido es Medellín ejemplo a nivel mundial de lo que las iniciativas ciudadanas pueden generar para el reordenamiento, resignificación y apropiación del espacio público”.

“Yo les vengo a compartir cuestionamientos, ideas y propuestas, a partir de compartir experiencias gestadas en Medellín que surgen de las necesidades fundamentales del derecho a la ciudad, para ir del quietismo al activismo”, señaló “siempre he sido una ciudadana con cierto criterio y conciencia de mi entorno, sin embargo, con una lectura muy diferente y desprevenida”.

A partir de su involucramiento en iniciativas como Grupo Urbano Medellín y colaborar con diversas instancias y organizaciones es que surge una lectura más crítica donde no transita sin habitar, sino que participa de nuevos procesos liderados por la ciudadanía transformadora.

“Medellín es una ciudad increíble, mejor que muchas ciudades en el mundo, pero le ha costado y nos ha costado como ciudadanos, porque como seres humanos tenemos muchas dificultades de convivencia, los ciudadanos nos transformamos en la conciencia que es lo que nos hace tomar acción”.

Carolina Ibarra abonó a la reflexión a partir de ejemplos claros y ejercicios exitosos en su trayectoria como activista como “Derecho a no obedecer” en diferentes ciudades de Colombia que ha replicado diferentes movimientos a los cuales se han ido sumando como “No Matarás”. Otras de las iniciativas es la de “Para que no desaparezcas” que a partir del 2012 sumó colectivos de movilidad, cultura y arquitectura, en torno al proceso de gentrificación y desplazamiento territorial que se está en el Naranjal, el desarraigo y re victimización de sus habitantes.

Fue a través de estos proyectos que se emprendieron actividades de apropiación del espacio público como talleres, museo ambulante en congruencia con la propia dinámica del lugar que en un 80 por ciento es ocupada por talleres mecánicos; “era necesario replantear el imaginario de pulcritud que orilla al desplazamiento al no tener en cuenta las diferentes formas de habitar”.

De acuerdo con Carolina, la finalidad de estos programas es resignificar los espacios desde lo social y cultural, así como la reivindicación del derecho a la vida y el cuidado de ésta como bien supremo. En ese sentido, otra de las iniciativas que distingue el trabajo de Ibarra es la “Marcha de los Claveles Rojos” en memoria de Héctor Abad Gómez y su popular defensa de la vida.

Compartió entre otras cosas la experiencia de la Bicitertulia, encaminada a visualizar temáticas y problemáticas sociales que no forman parte de nuestras conversaciones del día a día y que se acompaña de un recorrido ciclista para proponer el diálogo. A Morelia este recorrido llegó para abrir debate respecto del género y la ciudad, donde se contó con miembros de la comunidad LGT y mujeres en ejercicio de la prostitución.

Dichos sectores vulnerados por la dinámica de sociedad en la que vivimos y expuestas en mayor medida a sufrir condiciones de violencia que van desde el acoso callejero hasta agresiones físicas que pueden acarrear la muerte.

Son los movimientos de intervenciones entonces, un acto de resistencia ante las normas o conductas injustas, donde como ciudadanos podemos desafiar las leyes que no respetan nuestros derechos fundamentales.

A invitación de Verónica Loaiza Servín, Presidenta de Contenedor de Arte, A.C., las actividades de intervención y apropiación del espacio público realizadas en Morelia por Carolina Ibarra, contaron también con la colaboración de Bicivilizate Michoacán A.C. y el H. Ayuntamiento de Morelia a través de las Secretarías de Cultura y, de Movilidad y Espacio Público, como coinversionistas del Encuentro Arte para todos. La ciudad es nuestra.

* Carolina Ibarra Duque, abogada colombiana, ha encabezado un sin número de proyectos y alianzas sociales en Colombia y México. Entre los ejercicios se destacan el estudio y promoción del derecho a la ciudad desde la participación ciudadana con múltiples enfoques, como movilidad sostenible, apropiación del territorio y el fortalecimiento de la salud a través de procesos innovadores.

 

 

El Encuentro Cultural para el Rescate del Espacio Público, es un proyecto de Contenedor de Arte Asociación Civil, impulsado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales (2017). Además cuenta con el apoyo de Bicivilízate Michoacán, A.C., y el H. Ayuntamiento de Morelia, a través de la Secretaría de Cultura y la Secretaría de Movilidad y Espacio Público, como coinversionistas.

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