Opinión

La dignidad humana no es negociable

La dignidad humana, es un derecho que tenemos todos los seres humanos. Este derecho debe ser respetado y valorado tanto en el aspecto social e individual. Tomando en cuenta que cada persona como individuo cuenta con características y condiciones particulares.

A lo largo de la historia de la humanidad, encontramos una serie de acontecimientos que nos dejan ver la manera en que ha sido avasallada la dignidad humana. Sin justificar ningún acontecimiento; en el pasado había mucha ignorancia y sigue habiendo hasta el día de hoy, lo que nos deja reconocer que el ser humano ya sea por ignorancia, ya sea aun sabiendo, sigue actuando vulnerando los derechos de las personas.

En estos tiempos las leyes de los países, y en especial nuestro país en la Constitución Política Mexicana defiende los derechos de las personas, aunque en algunos artículos no esté bien clara la defensa de la dignidad y se siga permitiendo negociar con ella.

Algunos ejemplos de esta situación, son la desigualdad social vigente hasta el día de hoy, la violencia de género, la discriminación racial, la violencia intrafamiliar, la desigualdad económica, la marcada diferencia de clases sociales que vulneran los derechos humanos, la ignorancia en la sociedad que hace incapaces a muchos de conocer sus derechos, y pudiéramos seguir mencionando muchos más.

Aun a pesar de que la sociedad ha cambiado, de que se han desarrollado una serie de medidas que marquen el cambio, o la instalación de instituciones que defiendan la dignidad de la persona, seguimos observando un gran desafío de continuar discerniendo en reflexión profunda, como optimizar las instituciones y las leyes que defienden la dignidad de la persona.

Desde 1948 se dictó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la que se declaró a todos los seres humanos como iguales y libres, resaltando así el valor de su dignidad. Así se crearon las bases de lo que hoy vemos como una defensa ante la violación de los derechos de las personas. Desde entonces se sigue plasmando en tratados internacionales el deseo de buscar el bien común en la sociedad, de buscar el bien para todos los seres humanos, por su derecho natural a ser respetado, y a tener las mismas oportunidades de los otros, sin distinción de razas o condiciones.

Así podemos encontrar que bajo argumentos de defensa de la dignidad humana se justifican intervenciones militares en los países, con la consecuencia de graves violaciones precisamente a esa dignidad. O en defensa de la dignidad se sostienen posiciones radicalmente contrarias en temas centrales de la vida cotidiana como el aborto, la eutanasia, la investigación con embriones humanos, la maternidad subrogada, la atención de enfermos terminales y muchos otros temas más que el desarrollo del conocimiento, de la ciencia y tecnología están poniendo hoy en el escaparate de la opinión pública de todos los países.

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