Opinión

La ley de la recurrencia (Despertar de la tierra)

La ley de la recurrencia
La ley de la recurrencia versa sobre el eterno ocurrir, sobre las cosas o situaciones que aparecen con cierta frecuencia de manera iterativa, el hombre vive atado a esa ley, sus actos, sus acciones son iterativas, se repiten de manera continua, es una repetición eterna, la naturaleza actúa en este plano de la misma manera, en el universo la ley rige con precisión matemática, en todo el universo como en el hombre la muerte es el regreso al principio de la vida, existe una posibilidad de repetir esa vida en el escenario de una existencia nueva, como una semilla repite el mismo patrón del árbol o planta que la engendró, ayer martes 13 de Noviembre literalmente estábamos quejándonos de que el calor nos agobiaba, y hoy 14 de Noviembre, aún en pleno verano empezamos a ver nevar, y miles de personas románticamente señalan que se ve majestuoso el escenario nevado, sienten la tentación de correr a levantar muñecos de nieve, cierto es novedad, lo que no es novedad es que los cambios climáticos severos se estén volviendo recurrentes, como recurrente es nuestra desmemoria, y como en la recurrencia, si estudiásemos la historia antigua, esto ya sucedió antes, y ahora regresa; todo vuelve a ocurrir tal y como sucedió antes y se le suma la consecuencia de nuestras acciones precedentes, para que todo sea más drástico, en la recurrencia humana, vemos que todos nos reencontramos para revivir los mismos dramas y comedias, así nos vemos ahora, con la cara feliz porque hay nieve por fin en nuestro pueblo, y somos felices por un momento, creyendo que esa situación antes solo sucedida en los países del norte, y que gracias al cielo ahora sucede en nuestro patio, sin pensar que esto sucede por alguna situación extraña, y nos dejamos llevar por la pasión o emoción del momento feliz y agradable, y ya nos olvidamos de lo que nos ha sucedido en un pasado inmediato, pues hace apenas tres semanas estábamos preocupados por el huracán Willa, que despedazaba comunidades en Nayarit, las cuales aún no se reponen de ese suceso, como tampoco no se repone Morelia de su inundación, ni se repone Oaxaca del paso Huracán Vicente que deslavó cerros e inundó comunidades con consecuencias fatales, como tampoco no se repone la misma Oaxaca de los continuos temblores, como fuera de México no se repone Italia de las inundaciones de la semana pasada, ni Brasil de los deslizamientos de tierra por lluvias de hace una semana, como sigue batallando California en nuestro vecino país con los infernales incendios, así es nuestra desmemoria, por algo la ley se llama así: recurrencia, y pocos son los que la detectan, pocos son los que la viven, pocos son los que la estudian, esos pocos son los únicos que encontrarán el bote o arca salvadora ante tantas señales que estamos sufriendo, y como tal la muchedumbre sigue vagando entre las pasiones, dejando de lado los acontecimientos funestos que no le dejan nada agradable, no entienden la enseñanza, así es la recurrencia, la conciencia debe estar dormida para que los acontecimientos pasen como si fuese algo común, algo que tendrá que pasar así, como por azar, como si el destino fuese fijado de antemano.
Así pues la ley de la recurrencia nos destina a repetir una historia ya escrita, la era de hielo se acerca, la era de erupciones se acerca, la era de tempestades se acerca, la era del fuego en el cielo se acerca, todas esas eras es la misma, y nos estamos sumiendo en la entropía de los tiempos, en el caos ordenado, el orden del universo que no entendemos pero al cual pertenecemos, somos tan condescendientes con nosotros mismos que nos adaptamos a cualquier cambio, pues todavía no está comprometido nuestro confort, el cenit del progreso aún no se toca, después de pasar ese punto la caída que nos espera será igual de fuerte, la historia del hombre moderno es relativamente joven, tenemos apenas treinta años con avances acelerados, así va a ser nuestra caída, pues estamos dependiendo mucho de la técnica y de la tecnología para vivir cómodamente, dejando a la mente al garete, y cuando se requiera un cambio de conciencia para sobrevivir a otras situaciones más complicadas para la vida, el hombre tendrá que recurrir a los recursos primigenios y los que no se adapten morirían como todo en esta vida, el que no se adapta muere, es símbolo de recurrencia, tal y como se verá conforme pasen los días, el clima se volverá más agresivo para el hombre, espacios de tiempo muy pequeño con calores fuertes seguidos de espacios pequeños de tiempo de fríos extremos en lugares no comunes, como ya está sucediendo en el desierto de Atacama, que ha llovido con una intensidad no vista en 150 años, se supone que el agua es vida, sin embargo para las bacterias extremofilas del desierto un poco de agua más de lo habitual es la muerte, y así muchas bacterias murieron de exceso de agua, aunque el hombre no vea más que una remojada, la tierra pues se está enfrentando a un suceso recurrente, el hombre es el que no quiere reconocer que existe esa ley, habló del hombre común, de la muchedumbre, pues existen estudiosos que saben de la existencia de estas leyes que están preparados para afrontar los cambios, cualesquiera que sean.

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