La paradoja del progreso

El progreso, es la esperanza de los mexicanos, toda la familia tiene la esperanza de que mejore su economía, tenemos la esperanza de mejores oportunidades para los jóvenes emprendedores, tenemos la esperanza de vivir un tiempo de oportunidades para todos.

Sin embargo, la pasión de lo humano, por toda la humanidad encuentra en este momento de la historia serias dificultades. Las alegrías de las relaciones familiares y de la convivencia social, se muestran profundamente divididas. La situación actual en la sociedad, muchas veces, más que represente una oportunidad, en momentos es una trampa o una carnada para los que ansían el progreso. Desde la familia, encontramos situaciones que en momento pudiera ser una guerra campal contra el desempleo, contra los vicios, contra las acciones irracionales.

La desconfianza recíproca entre los individuos y entre los pueblos se alimenta de una búsqueda desmesurada, de los propios intereses y de una competencia exasperada, no exenta de violencia. Una competencia que más que reconocer la igualdad en naturaleza y reconocer los derechos de la otra persona, nos lleva a vernos como rivales, a actuar con envidia, a luchar contra el vecino que me compite en el mismo negocio, a ver al otro no como un igual, sino como un rival al cual debemos aniquilar. Se inicia una guerra en la se utilizan sin escrúpulos cualquier recurso para desacreditar a la otra persona.

La distancia entre la obsesión por el propio bienestar y la felicidad compartida de la humanidad se amplía hasta tal punto que hay la impresión de que se está produciendo un verdadero sisma. Un verdadero sisma en las familias por la manera de entender la vida, mientras los papás consideran importante los valores los hijos consideran que son subjetivos, mientras los papas promueven el respeto a la vida para los hijos en relativo. Un verdadero sisma en las relaciones sociales entre las autoridades y la sociedad, puesto que ellos están y deben estar y velar por el bienestar muchas veces pareciera que nos tiranizan y atentan contra nosotros por los fraudes y la corrupción. Un verdadero sisma entre las ideologías actuales y la religión donde no se logra entender que una ideología deja de lado la salvación del hombre y en la mayoría de los casos las ideologías buscan el bienestar de algunos en la sociedad degradando a los que nos pertenecen a su club.

También es de capital importancia, la emergencia con respeto al cuidado de la casa común, nuestra tierra. Es una alarma causada por la falta de atención a la decisiva cuestión de la unidad de la familia humana y su futuro. Pareciera que vamos caminando en la división en la destrucción del universo. Pareciera que la ideología nefasta desquiciada que reina en este mundo es la división. La división en los países, en las familias, en las estructuras de la sociedad. Pareciera que lo que reina y motiva en este mundo es el llevarnos la contraria y declararnos la guerra entre clases sociales, entre las economías mundiales, etc.

Esta es la paradoja del progreso, luchamos ser mejores en todo, pero muchas veces ese estar mejor pone en juego la vida humana.

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