Opinión

Mundo de ciegos segunda parte (Despertar poético)

Mundo de ciegos segunda parte

Ricarda había sido invitada de honor a una fiesta, su familia estaba preocupada por la situación que estaba enfrentando y querían distraerla y mientras se acostumbraba a su nueva vida, sus hermanos la bromeaban de continuo, esas bromas le ayudaron a sentirse parte de ese grupo que la apapachaba, así con el tiempo, se sintió con la confianza de salir y caminar por el pueblo apoyada en un bastón y guiada por el algún lazarillo que no siempre era su hermana mayor.

  • Vamos a la pachanga Ricky, vamos a bailar unas piezas tú y yo- Le dijo el Abuelo su hermano.
  • Pero ya sabes que soy mala para bailar, generalmente no me fijo donde piso –Sonrió pícaramente – si te piso los callos no respondo –Sonrió Ricarda.
  • Yo me encargo de quitártelos de enfrente, tú déjate venir con un zapateado.
  • ¡Vamos pues!, pero apúrate, no ves que la tía nos dijo que a las seis y ya son las seis y cuarto. No vayas a salir con que no vi la hora para justificar que llegamos tarde, Jajaja.
  • Pero tú eres la invitada, si les voy a decir eso, Jajaja.

Salieron de la casa y caminaron cuesta abajo rumbo a la plaza donde la música ya sonaba. Ricarda con dos de sus hermanos caminaba con precaución, calculando donde pisaba. Su hermano le tomaba de vez en cuando el bastón para señalarle obstáculos. La pachanga se celebraba en la cancha del pueblo, al lado de la iglesia. Al entrar al área donde estaban ubicadas las mesas alrededor de la cancha se dirigieron a la parte frontal. Las personas caminaban de un lado a otro, buscando lugar de acomodo entre las mesas, se dificultaba el paso para Ricarda y su grupo, sin embargo las personas amables como son en su pueblo le corrían la cortesía y le cedían el paso. Cuando su tía los vio llegar corrió a su encuentro.

  • Ricky ¡Qué bueno que te animaste a venir! –Le saludó efusivamente- Ven te acomodo junto a otra de tus tías para que platiques agusto.

El Abuelo le tomó la mano que sostenía el bastón y la comenzó a dirigir hacia una de las mesas, al pasar frente a uno de sus primos, levanto el bastón y le tocó la entrepierna al primo por la parte de atrás, este asustado dio un brinco.

  • Ora culos –Dijo volteando molesto-

Al ver que era Ricarda sonrió por la broma.

  • Aguas con Ricky que es mañosa Dijo su hermano.
  • Sí Javier, hazte a un lado, que no veo bien, pero a quién friego si –Respondió Ricarda sonriendo.

Antes de sentare a la mesa, El abuelo había tocado varios traseros con el bastón de Ricarda que abochornada le seguía la corriente, pues todos eran personas conocidas y que a pesar de que sabían que no era ella la culpable de las bromas se dirigían a ella como la encargada de hacerlas.

 

 

Si aguantan anécdotas comunes de Ricarda, los espero en la próxima…

 

 

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