Nicolás Romero, el León de las Montañas

Zitácuaro, Mich.- Nicolás Romero nació en la población de Nopala de Villagrán, en el Estado de Hidalgo, el 6 de diciembre de 1827. Hombre que por su valentía y arrojo le llamaron “El León de las Montañas”, “Arquetipo de los Chinacos”, “Azote de los franceses”, “El Guerrillero de la Reforma” y el “Héroe de Tierra Caliente”.

Se convirtió en uno de los enemigos más poderosos de Maximiliano de Habsburgo. Participó en la Guerra de Reforma y en la Segunda Intervención Francesa en México.

VIVÍA COMO ÁGUILA ENTRE LAS ROCAS, DESCRIBE JUAN DE DIOS PEZA

Juan de Dios Peza, una de las glorias literarias del México del siglo XIX, escribe unas memorias dedicadas a Benito Juárez y en ellas contempla un capítulo a “El León de las Montañas”, cuyo texto original data del año 1904.

Dios Peza describe a Nicolás Romero como un hombre de 33 años, sencillo, modesto, sin otra ambición que la de luchar sin descanso contra el enemigo extranjero, sin medir los peligros, ni contar a los contrarios.

Vivía como las águilas, entre las rocas escarpadas de la sierra, sirviéndole de almohada muchas veces la montura que quitaba a su caballo consentido, que junto a él quedaba velándolo, y que ya estaba enseñando a despertarlo al primer ruido o al ver aproximarse a alguno cerca del sitio donde descansaba su amo.

Vestía siempre de negro, con el pelo cortado al rape, el rostro afeitado, sin ninguna insignia militar que denotara rango, categoría o superioridad entre sus compañeros.

Había servido con el bravo Aureliano Rivera, a cuyo lado se batió muchas veces con denuedo, luego se fue con el general Vicente Riva Palacio, a quien profesaba verdadero culto de cariño y respeto.

Sus batallas en Venta del Aire y Angangueo le hicieron popular y gozó de fama como hombre temible. Sus ojos penetrantes y vivos relampagueaban bajo el ala negra del ancho sombrero que llevaba siempre hundido sobre las cejas.

En ese incomparable y hermosísimo vergel de nuestra República, que se llama el Estado de Michoacán y especialmente en el tantas veces heroico Zitácuaro, no se perderá la memoria del audaz guerrillero, a quien los franceses denominaban con justicia: el león de las montañas. Era el mejor soldado y el amigo más adicto a Riva Palacio.

Con Romero brillaban como valientes, dignos de su predilección, Filogonio Gutiérrez, Silvano Gómez, Vicente Bárcena Villagrán, Luis Robredo, Modesto García y Luis Carrillo, hombres que murieron al pie de la lucha y que no es posible recoger una lista de los que a su lado morían patrióticamente por defender a México. Héroes ignorados, sin tumbas, ni dónde poner coronas de laurel y encina, pero que la patria los bendice, ama y reconoce.

NICOLÁS ROMERO HOMBRE DEL CAMPO Y TRABAJADOR TEXTIL, ANTES DE SER MILITAR

Nicolás Romero tiene el gran mérito de que antes que fuera un hombre de armas había sido hombre dedicado a la agricultura y posteriormente fue trabajador textil.

En 1958 incursiona en la llamada Guerra de Reforma y se adentra en las fuerzas de Aureliano Rivera al mando de su batallón del “Ejército Federal-Guerrilla Zaragoza-Escuadrón Romero”, que se integraba de tres compañías, lanceros, carabineros y exploradores.

En las montañas de los estados de México, Michoacán y Guerrero creció ampliamente su reputación como un hombre tenaz en la batalla y ahí combatió a los conservadores y franceses. Así mismo recibió la orden de levantar un escuadrón para expedicionar los rumbos de Tlalnepantla, Cuititlán, Jilotepec y Zumpango.

Romero inicialmente reunió a 30 hombres y tuvo su primer enfrentamiento en Cuautitlán contra 150 hombres comandados por Patricio Granados, quien en dicha batalla fue herido mortalmente por los hombres de Romero, que habían seguido al pie de la letra las instrucciones del León de las montañas. Es así como da muestra de sus brillantes cualidades como un hombre guerrillero.

En la Batalla de Puebla ayudó a la victoria sobre el ejército comandado por el Conde de Lorencez. Para distinguirse de los franceses los defensores comenzaron a usar camisas rojas y desde entonces se les dio la denominación popular de los “Colorados de Romero”. Dicho grupo de guerrilla trabaja con audacia e inteligencia en el Estado de México, Michoacán y Guerrero, bajo las órdenes de Vicente Riva Palacio.

CAE EN UNA EMBOSCADA               

Corría el 31 de enero de 1965, cuando Romero es emboscado en la cañada de la localidad del Limón de Papatzindán por el ejército Francés y tras un juicio es fusilado el 18 de marzo en la ciudad de México, en la Plaza Mixcalco, en compañía de sus compañeros, el comandante Higinio Álvarez, el Alférez Encarnación Rojas y el Mariscal Roque Flores.

ES DECLARADO “BENEMÉRITODEL ESTADO DE MÉXICO”

En su memoria el 7 de enero de 1868 por decreto de la Legislatura Local, el Coronel Nicolás Romero, fue declarado “Benemérito del Estado de México”. El 18 de abril de 1898 por decreto el pueblo de Monte Bajo, cabecera del municipio del mismo nombre, es elevado a la categoría de Villa, con el nombre de Villa Nicolás Romero. En Michoacán se encuentra el municipio de Tiquicheo de Nicolás Romero y la localidad de El Limón de Papatzindán de Romero. En el estado de México el municipio Villa Nicolás Romero es elevado por decreto a Ciudad Nicolás Romero.

AFICIONADO A LOS BAILES

Entre algunos otros datos de Nicolás Romero se sabe que  era aficionado a los bailes populares mexicanos y tenía mucha habilidad al ponerla en práctica.

SE CASÓ EN ZITÁCUARO

Se casó en Zitácuaro, según consta en su acta de matrimonio, boda celebrada en esta ciudad el 7 de octubre de 1864 y contrajo enlace con la señorita Eulalia Flores,  de 14 años y originaria de la Villa de Tacuba. Cabe hacer mención que Romero había manifestado haber nacido en Tulancingo, Estado de Hidalgo. Los señores Manuel Romero y María Gertrudis fueron sus padres y su condición muy humilde.

Hasta la próxima y gracias por leernos a nuestros asiduos lectores de El Despertar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: