SINOPSIS POLITICA 02 de junio de 2018

LOPEZ OBRADOR IMPARABLE 

Si en estos días no se infarta, lo enferman o asesinan, Andrés Manuel López Obrador arrasará en la jornada electoral del primero de julio. Esto lo afirmo sin el mínimo temor a equivocarme. Y no porque las encuestas lo ubiquen con una ventaja de 30 puntos porcentuales sobre su más cercano adversario, ya que las empresas dedicadas a los sondeos de opinión no son confiables, por erráticas y parciales.

La ineficacia de las empresas dedicadas a los sondeos de opinión ha quedado demostrada en diversos procesos electorales, cuando triunfan quienes aparecían relegados en las encuestas. Por ello, no es necesario invertir cientos de miles de pesos para conocer el sentir ciudadano, saber que quiere la población y estar en condiciones de pronosticar a favor de quien… o mejor dicho, en contra de que, emitirá el sufragio. Basta reconocer que es lo que ha provocado el hartazgo social e identificar a los que lo generan, para saber quiénes podrán capitalizarlo en su beneficio.

En su visita del lunes a Zitácuaro, López Obrador demostró porque cuenta con el apoyo mayoritario de los mexicanos, que con toda certeza –reitero- lo convertirán en mandatario de la nación. Su discurso es claro, preciso y contiene exactamente lo que la ciudadanía quiere oír. Aunque esté desmesuradamente extenso, se le escucha con interés, pues además siente cada palabra que manifiesta, lo expresa con pasión y conecta perfectamente con los receptores, aunque estos se encuentren bajo los candentes rayos del sol y hayan desatendido sus labores, nada más para venir a apoyarlo con su presencia.

¿Qué hubo acarreo, tortas y cien pesos por persona?

Todo depende desde la perspectiva de cada quien, para mí no es lo mismo facilitar el traslado e incentivar a los asistentes, que “acarrear” y coaccionar con dinero la presencia ciudadana. La diferencia la hace la actitud de los asistentes: a los primeros se les nota eufóricos, contentos, entregados a sus líderes; en tanto a los acarreados, se les percibe forzados y desanimados…más a huevo que de ganas.

Tal vez Andrés Manuel sea pésimo para el debate, por su limitada agilidad mental y nula capacidad para improvisar, incluso padece dificultades para articular palabras. Pero en Zitácuaro demostró porque es un líder de masas, que posee un arrollador arrastre de simpatías, a pesar de que su discurso es exactamente el mismo de hace más de dos sexenios, sólo lo ha venido adecuando a las circunstancias de temporalidad y sucesos nuevos.

En su “pegadora” o “llegadora” pieza oratoria, el tabasqueño plasma los problemas y necesidades más sentidas de los mexicanos, así como sus propuestas de solución. En ella establece un diagnóstico certero de la cruel realidad que azota al país. Todo, luego de casi 18 años de venirlo repitiendo, lo tiene memorizado y difícilmente se aparta de ese guion. Ni siquiera en los debates.

Su discurso, que pronuncia en todos lados, y sólo agrega algunos datos, como descripción del lugar que visita, tarjeta con información histórica y nombres de los candidatos, donde además se reitera lo que López Obrador ha denominado como la cuarta transformación de México, la cual anuncia que con él en la presidencia de la república será pacifica, sin violencia, ni derramamiento de sangre. Cambio que será profundo, como lo fue la Independencia, La Reforma y la Revolución Mexicana. Arrancando de raíz el régimen corrupto, de injusticias y privilegios.

Pero, ¿Por qué el electorado se identifica con el discurso del candidato de MORENA?

Primero, porque es verdad que el peor cáncer que azota a los mexicanos es la corrupción. Misma que el gobierno y su partido (PRI), lejos de combatirla, protege y premia a los corruptos. También resulta viable (aunque ha sido condenada y denostada por el gobierno y sus secuaces) la propuesta de que combatiendo la corrupción en el gobierno se ahorrarían mínimo 500 mil millones de pesos anuales del famoso “diezmo”. Dinero que se “distrae” o “desvía” del presupuesto, que es de 5 billones 300 mil millones de pesos… y que es verdad que si se distribuye entre los 30 millones de familias que habitan nuestro país, alcanzaría para entregar 13 mil pesos mensuales por familia.

Además ese ahorro, aunado a impedir la complicidad de los gobierno con la clase empresarial, que se coaliga con funcionarios deshonestos para convertirse en proveedores de bienes y servicios a cambio de apropiarse de gran parte del presupuesto, de manera ilícita, impediría aumentar la carga tributaria. Es decir, no habría necesidad de aumentar los impuestos, ni de gasolinazos, etc.

Otra verdad innegable, es que si se eliminan los sueldos exagerados de los Ministros de la Suprema Corte de “Justicia” de la Nación, de Senadores, Diputados Federales, entre otros gobernantes, representantes populares y servidores públicos que viven en la opulencia, mientras los gobernados padecen los estragos del hambre, el desempleo, inseguridad y violencia y  si además se les quita la millonaria pensión vitalicia que reciben los ex presidentes, como lo propone López Obrador, habrá un ahorro suficiente que permitirá que el país no se endeude más y habrá capital financiero suficiente para combatir la pobreza en serio, no nada más como eslogan de campaña.

Esa propuesta de bajar el sueldo a la alta burocracia, cuyos ingresos rayan en lo obsceno, e incrementar el salario de los de bajo, es un sueño desde hace mucho tiempo acariciado por la clase trabajadora del país, ajena a los beneficios de la rapiña a los bienes nacionales. Otro anhelo, es que se acabe también con la prepotencia y “fantochería” de todos los políticos, quienes deben conducirse con sencillez, humildad y respeto a la población.

Ningún otro candidato interpreta con tanta exactitud el sentimiento ciudadano y dice tan acertadamente lo que la población esta deseosa de escuchar, como Andrés Manuel López Obrador. En eso estriba uno de los elementos esenciales en la construcción de su liderazgo y lo mantiene a punto de su arribo a la presidencia de la república. Lo anterior, sin contar que está prometiendo que mandará a la alta burocracia del gobierno a atenderse al ISSSTE y al Seguro Popular, “para que vean lo que se siente”, y con ello se ahorrarán también alrededor de 5 mil millones de pesos al año, que los “grandes” funcionarios gastan en atención medica privada, que incluye hasta cirugías estéticas de ellos, sus novias, novios y amantes.

LOS NEGATIVOS EN EL FUTURO TRIUNFO DE AMLO

 

Andrés Manuel ganará (no hay reversa), aunque sus adversarios y detractores le inventen todo lo que sus desesperadas y patológicas mentes sean capaces de maquinar. El electorado que con él coincide ya decidió y no habrá poder humano que sea capaz de cambiar esa sentencia ciudadana.

Lo negativo, es que su inercia triunfadora y la ofuscación originada por el hartazgo, favorecerá a todos los candidatos de la coalición “Juntos Haremos Historia”, a pesar de que muchos de ellos son en demasía nocivos para la sociedad. Así como en 1988, con Cuauhtémoc Cárdenas y procesos posteriores con el mismo AMLO, ambos liderazgos impulsaron la victoria de “políticos” ignorantes e insensibles, que llegaron inclusive a ocupar escaños en la máxima tributan de la nación. Así con López Obrador nuevamente el escenario y circunstancias favorecerán en esta ocasión a políticos farsantes, ladrones y cómplices de delincuentes, quienes llegarán directa o indirectamente al poder o permanecerán lucrando con él.

Es tal la arrogancia y compromisos con caciques y delincuentes que se han infiltrado en las estructuras de campaña, que actúan como operadores y “patrocinadores”, que los mismos fundadores de MORENA han sido excluidos, relegados y vapuleados por la mayoría de los candidatos en la región.

EN ZITACUARO EL PAN VENDE DEMASIADO CARO SU CARIÑO

   Alardeando un capital electoral de más de diez mil votos, el Partido Acción Nacional le arrebató al PRD la candidatura a la sindicatura municipal y algunas regidurías, aprovechando la ingenuidad de los perredistas (o neo perredistas, arribistas) que participaron en las negociaciones, cuya candidez no les permitió percatarse que estaban pactando con un partido prácticamente desmantelado en el municipio y la región, con una importante emigración de militantes a otros institutos políticos, fracturas internas y nominados desgastados socialmente.

Hoy ya no hay marcha atrás, la planillas no puede ser modificadas, lo único que resta es que los pocos panistas que quedan se pongan de acuerdo, se unifiquen y trabajen, para que recuperen siquiera un 25 por ciento de ese “potencial” de 10 mil votos que dicen representar, y que han logrado con candidatos consensuados por toda la militancia, cuadros adherentes y simpatizantes, muchos de los que ven a un candidato perredista como a un elemento extraño y hasta impuesto, argumento o pretexto con el cual algunos prefirieron renunciar a su partido.

Así que el PAN en Zitácuaro no las tiene todas consigo, aunque sí logró mucho con la coalición; es decir, vendió demasiado caro su cariño al PRD.