SINOPSIS POLITICA 05/01/2019

BALANCE NEGATIVO EN EL GOBIERNO DE ZITÁCUARO

En Zitácuaro se ha agudizado la crisis institucional, consecuencia de la debilidad gubernamental y vacío de autoridad, que peligrosamente nos esta acercando a la ingobernabilidad. Suscitándose eventos de inseguridad y violencia excesivas, como el linchamiento más numeroso en el país y único en la historia contemporánea de este municipio.

Lapidación de cuatro seres humanos que continúa sumergida en la impunidad, a pesar de que el gobernador aseguró que los funcionarios responsables (por omisos), que no hicieron absolutamente nada por impedir esa tragedia, a pesar de haber tenido conocimiento de la persecución de los linchados desde un día antes, serían castigados.

Pero nada a pasado, sólo el acoso y encarcelamiento temporal de dos integrantes del eslabón más débil en la cadena de mando, dos jefes de tenencia: uno apresado y el otro se entregó; pero ambos de inmediato fueron liberados, para llevar los procesos respectivos en libertad, ya que los delitos que se les imputan no son considerados graves.

En este caso, como en la mayoría de asuntos graves, que exhiben la incompetencia del gobierno para solucionar satisfactoriamente el problema, las autoridades le apuestan principalmente a la corta memoria colectiva, esa facilidad que el ciudadano promedio tiene para olvidar…y a la apatía. Dejando las autoridades que el tiempo transcurra y a escasas semanas de la noticia que impactó a nivel nacional, ese linchamiento de cuatro seres humanos, que fueron incinerados vivos, ha sido minimizado y casi olvidado por los zitacuarenses.

Y nadie, absolutamente nadie, ha sido castigado, ni los funcionarios omisos, ni los homicidas, y difícilmente lo serán. Resultando más cómodo para el gobierno apostarle al olvido, que a la aplicación de la ley.

                                                         POLICIAS VIOLENTOS y CORRUPTOS

 Otras conductas antisociales que, tanto el gobierno del estado como del municipio, han pretendido dejárselas “al tiempo” para que se resuelvan solas, son las múltiples quejas y denuncias contra la Policía Michoacán, comandada entonces por Jesús Flores, quienes lograron acumular alrededor de 50 quejas en la CEDH y aproximadamente 40 denuncias penales, en su mayoría por robo, extorsión, privación de la libertad, tortura, lesiones, abuso de autoridad y siembra de evidencias para incriminar a inocentes.

Todo parece indicar que ninguna carpeta de investigación se judicializó, presumiéndose protección desde el nivel más alto del poder público a los mandos policiacos que más han ultrajado los derechos y la dignidad de los pobladores de la región, donde se incluyen mujeres, ancianos y niños. Y para seguir protegiendo las arbitrariedades de Flores, sólo lo cambiaron de adscripción. No obstante, los zitacuarenses ya hemos olvidado sus atrocidades. Lo que resulta conveniente para las autoridades responsables de procurar y administrar justicia…y para los jefes del criminal mando policial.

Esa falta de aplicación de la ley a los constantes abusos policiacos, la ineptitud para garantizar la seguridad de los pobladores y la flagrante vulnerabilidad del estado de derecho, han generado como consecuencia ausencia de respeto de la población a las corporaciones policiacas y en ocasiones hasta repudio, manifestándose en acciones violentas en contra de los “guardianes del orden”, algunos incluso ajenos a las conductas perniciosas de sus superiores y colegas; pero el hartazgo en algunas comunidades y sectores es tal, que “no buscan quien se las hizo, sino quien se las pague”. Como sucedió el pasado primero de enero, cuando un presunto infractor a las leyes de tránsito fue perseguido por policías hasta la población de Macho de Agua, en la Tenencia de Crescencio Morales, donde fueron agredidos por pobladores, quienes lesionaron a tres elementos policiacos y evitaron que el presunto infractor fuese requerido por las autoridades.

Algo similar aconteció el jueves (dos días después), en la comunidad indígena de San Felipe de los Alzati, donde los policías fueron confundidos con el estallido de un cohete y se arrojaron contra un joven que compraba carnitas con su familia, acusándolo de haber detonado un arma de fuego. Al resistirse a la detención, los policías incapaces de someterlo mediante el diálogo, utilizaron la fuerza física y tampoco lograron su cometido.

El escandalo generado provocó que vecinos y familiares se lanzaran contra los guardianes del orden, que no se apegaron al protocolo de actuación policial. Agravando su conducta al intentar sembrar droga a uno de los requeridos, por lo que la crispación de los civiles presentes estuvo a punto de provocar consecuencias trágicas.

En la mayoría de los casos, al saberse inmunes e intocables los policías se crecen, volviéndose arrogantes, prepotentes y actúan con mayor agresividad en contra de la población. Esa es la policía inteligente, con sólida formación académica, capacitada e instruida que se nos prometió, que no sabe distinguir entre la explosión de juegos pirotécnicos y la detonación de un arma de fuego, que no tiene capacidad para someter a los presuntos infractores sin violentar los derechos humanos.

Todo esto, insisto, ocasionado por la omisión de las autoridades en la aplicación de la ley; es decir, por tutelar y promover la impunidad frente a la corrupción, ineptitud e ilegalidad.

CAMPOS INALCANZABLE PARA LA LEY, QUEDARÁN IMPUNES SUS FECHORIAS

 Otras fechorías que quedarían impunes, también por la omisión (tal vez intencional) de las autoridades, es el robo de aproximadamente 200 millones de pesos de los zitacuarenses, sustraídos de las arcas púbicas durante la administración presidida por Juan Carlos Campos Ponce.

A pesar de que la legislatura pasada encontró elementos suficientes para declarar procedente el Juicio Político e instruyó a las distintas entidades públicas realizar auditorias integrales para corroborar las irregularidades encontradas (y presentadas algunas por quienes promovieron el Juicio Político), el gobierno municipal de Zitácuaro fue negligente y omiso para realizar las actuaciones fiscales y judiciales pertinentes que llevaran a recuperar el dinero sustraído o “desviado” y se castigara a los responsable. Algunos analistas consideran que dicha omisión fue intencional, teniendo como objetivo pactos de tipo electoral y económicos.

Esa tolerancia a los crímenes cometidos por gobernantes y funcionarios del PRI, presupone una posible futura alianza electoral entre los gobiernos perredistas del estado y del municipio de Zitácuaro con el tricolor; donde los aliados de Andrés Manuel López Obrador, los representantes populares de MORENA en el Congreso del Estado y en el Cabildo de Zitácuaro, se han conducido como vulgares marionetas. En el Congreso de Michoacán se está repitiendo lo que sucede en la Cámara de Diputados y Senadores del Congreso de la Unión, donde MORENA es mayoría, tienen cantidad…pero le esta ocurriendo lo que al Frente Democrático Nacional en 1988 y al PRD en Michoacán en 1989; que, gracias al liderazgo arrollador del candidato presidencial y al hartazgo popular, muchos ignorantes y descastados arribaron a cargos de elección popular.

Así MORENA tiene cantidad, pero carece de calidad. Sus legisladores son muchos, pero les falta capacidad, habilidad y experiencia, aunque les sobra la desfachatez y el hambre de dinero y poder. Por ejemplo, en el caso de Michoacán algunos “izquierdistas” de MORENA y PT permitieron la imposición de mayor carga tributaria, a través de más impuestos a los contribuyentes. Al respecto, es verdad que el Estado necesita con urgencia más ingresos, pero es injusto que el sector productivo pague tributos para que las sanguijuelas políticas lo roben. Peor resulta que se incrementen y generen nuevos impuestos para reponer lo robado, cuando debería perseguirse a los responsables del desfalco financiero y del quebranto del Estado para obligarlos a devolver lo hurtado y castigarlos de manera inflexible y ejemplar para que esas conductas no se repitan, ni sean imitadas por otros.

En tanto que, en Zitácuaro, los regidores de “izquierda” están demostrando no tener voluntad propia, ante las indicaciones de los dueños de los partidos opositores al suyo y los intereses de los caiques del pueblo. Con ese tipo de seguidores y aliados, que caminan en sentido contrario a las pretensiones transformadoras y progresistas de Andrés Manuel López Obrador. Los proyectos del Tabasqueño en el estado y la región oriente tendrá en los morenistas el peor obstáculo para hacer realidad sus postulados.

Lo anterior es una demostración de como un escandalo es opacado por otro más grave y eso influye también en el fortalecimiento de la impunidad. Luego entonces, la habitual desmemoria de los mexicanos, más la omisión de la autoridad para aplicar la ley, se confabulan con la ineptitud y la intención perversa de favorecer a los criminales, concluyendo con el debilitamiento del estado de derecho y una ilegalidad creciente, que motiva a otros infractores a delinquir, sabedores de que la justicia jamás los alcanzará. Así se elaboren nuevas leyes dirigidas a combatir la corrupción, mientras no exista voluntad para hacerlo, será letra muerta y artilugios para seguir engañando incautos. Y aunque se haya aprobado ya la ley de extensión de dominio.

Regresando al tema del ex alcalde, Juan Carlos Campos Ponce, en días pasados se distribuyeron panfletos y se instalaron algunas mantas o lonas en puentes peatonales de la ciudad, exigiendo se castiguen sus latrocinios y la impunidad que lo ha cobijado. Culpándose a las presentes autoridades municipales de ser sus protectoras.

En redes sociales, el gobernante más corrupto y criminal que ha padecido Zitácuaro culpó a quien esto escribe y al abogado Joel Vera de ser los autores de dichos mensajes. Al respecto, aunque confieso que simpatizo con el contenido de lo plasmado en los volantes y mantas, no es mi estilo “tirar la piedra y esconder la mano”, lo considero ruin y cobarde. En lo personal, todo lo que escribo lo avalo con mi nombre y firma. Tampoco tengo necesidad de andar desperdiciando papel para arrojarlo a la calle o andar colgando mantas en puentes, cuando dispongo de un medio para manifestarme. Conociendo al Lic Vera, considero que coincidimos en ello.

Pero tiene razón el ex munícipe en sospechar de nosotros, pues para él todos los demás pobladores de este municipio están des huevados, nadie tiene los arrestos para indignarse y exigir se transparente su gobierno, se recupere para el municipio lo que se robaron y se castigue a los ladrones. Para él todos, con excepción de Joel y un servidor, son apáticos a los ultrajes o sólo reaccionan bajo intereses personales, de tipo político o económico, y a esos él sabe cómo controlarlos (además tiene con qué, y no le costó).

También tiene razón, a medias, cuando afirma que ya la ley no lo tocará, que su asunto con la justicia esta saldado, pues asegura que nada más se le sancionó por nepotismo y no por haber dispuesto de los bines del municipio.

En cuanto a que tal vez las leyes no lo alcancen, puede que sea cierto; pero no por honesto, ni honrado (no entiendo cómo podrá ocultar tantos bienes, si siempre fue un parásito y menos cuando en un sólo movimiento en obras públicas su director depositó a la cuenta de uno de sus empelados 80 millones de pesos, que ese mismo día se le regresaron a su cuenta personal). Los saqueos e ilícitos de Campos y sus colaboradores podrían quedar sin castigo porque sus amigos, socios y aliados en el gobierno municipal lo han protegido con su omisión, negligencia e ineptitud. Aunque ahora culparán a otras instancias de sus propias debilidades, pasando por alto que en política la capacidad se mide en base a resultados. Y desde que se inventaron los pretextos, se acabaron los pendejos y los corruptos.

Por algo la mayoría de funcionarios de primer nivel en el ayuntamiento actual han sido subordinados e incondicionales de Campos, desde que colaboraban en su gobierno.

Pero de eso a que vayan a salir bien librados, lo dudo. Aunque los zitacuarenses sean agachones, apáticos y otros se prostituyan, todavía existen casos de excepción, ciudadanos dignos que sólo buscan, aunque parezca increíble, la verdad, la justicia y la razón.

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