Aurelio Gallarza Martínez

Zitácuaro, Mich.- Le llamaron el jefe sus amigos, desde que llegó a las polvorientas canchas de futbol, a los 16 años. Se destacó por jugar con mucha audacia en la posición de lateral derecho. Tuvo varias lesiones de consideración que lo alejaron del balompié zitacuarense por largas temporadas; a pesar de ello y a sus 75 años de edad, el señor Aurelio Gallarza Martínez continúa como jugador activo, dentro del torneo de veteranos, en el equipo Leones Negros de la U. de G.

Jugadores que hace algunas décadas fueron sus compañeros de futbol, hoy son simples espectadores. Mientras que Aurelio Gallarza continúa practicando este apasionante deporte.

Pensó algún momento retirarse del futbol, por las lesiones que tuvo a lo largo de su vida futbolística, pero una vez recuperado volvió a los campos; hoy lo hace por distracción y gusto, mientras que en su momento daba su mejor esfuerzo y rendimiento para ayudar a sus equipos a brindar un buen espectáculo.

“El Jefe” se destacó por ser un jugador rudo dentro del campo de juego y muchos prefirieron no enfrentarlo porque metía fuerte la pierna, prueba de ello fueron tres accidentes de consideración y uno de ellos lo dejó hasta un año inactivo.

Aurelio Gallarza vive en la actualidad en la tenencia de San Miguel Chichimequillas, al lado de una de sus hijas. En su matrimonio tuvo 11 hijos, de los cuales son 8 mujeres y 3 hombres, además tiene más de 30 nietos y 5 bisnietos.

Este próximo 9 de junio estará cumpliendo “El Jefe” 75 años de edad. Él nació en 1942, en el barrio de la calle Cuauhtémoc, cerca precisamente del campo “Rafael Baeza”, escenario en el que dejó brillantes actuaciones y donde no le llamó la atención ninguno otro deporte, más que el futbol.

Aurelio desde temprana edad se desempeñó como cargador y su patrón eran don Madaleno Aguilar. Le ayudaba a cargar cemento e incluso se iba a la Ciudad de México a llevar ganado, desde la 1 y 2 de  la mañana. Más tarde aprendió el oficio de albañil, en la población de Infiernillo, a un lado de la ciudad de Apatzingán.

A lo largo del día, como trabajador de la construcción, “El Jefe” toma una pausa, toma sus zapatos y uniforme en su mochila y nuevamente se prepara para participar de aquel torneo denominado “vetarrucos” del “Baeza”, donde se mezclan jugadores de amplia experiencia deportiva y otros incluso que han tenido participación profesional, como lo es el SINEG, que anteriormente fue Huracanes y que recientemente se coronó campeón.

“Jefe”, “Jefe”, “Jefe”, le llaman los jugadores y compañeros de futbol de aquel singular torneo, saben que es el jugador más longevo y que aunque no tiene la misma fuerza en sus piernas, es un ejemplo a seguir y parte ya de la historia del futbol de la tercera edad. En hora buena.

 

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