José María Liceaga

Zitácuaro, Mich.- José María Liceaga nació en 1870, en la hacienda de la Gavia, municipio de Romita, la cual pertenecía a sus padres Manuel Liceaga y María Josefa Reyna. Realizó estudios de medicina y posteriormente se incorporó al ejército realista, logrando alcanzar el cargo de Teniente en el cuerpo de Dragones.

En 1810, al iniciar la guerra de Independencia, se unió a Miguel Hidalgo como Capitán, posteriormente ascendió a Teniente Coronel. Participó en el Monte de las Cruces y en la batalla de Aculco. Después de la derrota de la batalla de Puente de Calderón marchó junto con Ignacio López Rayón hacia Zacatecas, lugar desde donde dirigieron un escrito a Feliz María Calleja, explicándole el motivo de la insurrección y haciendo patente su fidelidad a Fernando VII. Meses más tarde participó en el ataque a Valladolid, hoy Morelia. Se trasladó a Zitácuaro, lugar en donde se instaló la Suprema Junta Nacional  Americana.

Breve semblanza histórica de la Suprema Junta Nacional Americana

Iniciada la guerra de Independencia por Hidalgo, el 16 de septiembre de 1810, casi de inmediato la entonces Villa de Zitácuaro se incorporó al Movimiento Insurgente.

Esto sucede cuando hace su arribo a la población, a las tres de la tarde, del 18 de octubre, el comisionado de Don Miguel Hidalgo, José Antonio Fernández, al mando de 600 indios de a pie y 500 de a caballo. No obstante que el 19 de octubre, por la mañana, los insurgentes abandonaron la villa con 2 mil hombres. A partir de aquellos momentos los habitantes de la villa y los indios se mostraron siempre hostiles en contra de las autoridades y los españoles.

El personaje que se encargaría de encabezar a los inconformes sería Don Benedicto López Tejeda e integró el ejército que dominó gran parte de la zona entre Toluca y Morelia. Para tal efecto debió ser nombrado por Hidalgo, en Maravatío, el 23 de octubre de 1810, Coronel y Comandante de armas del cartel subalterno de Zitácuaro.

El virrey Francisco Javier Vanegas, teniendo conocimiento del Movimiento Insurgente, comisionó al Capitán realista Juan Bautista de la Torre para que acabara con esta agitación.

Bautista de la Torre fue tenaz en contra de los insurgentes localizados en la zona limítrofe entre los Estados de México y Michoacán, tomaba población tras población, castigando severamente a sus habitantes. Pero don Benedicto López logró enfrentarlo y derrotarlo el 22 de octubre de 1811, en las cercanías a Zitácuaro.

De la Torre tenía la idea firme de exterminar a los insurgentes de esta región y tomó la decisión de atacar la Villa de Zitácuaro, pero el 22 de mayo cayó abatido mortalmente al enfrentarse a la guerrilla de Benedicto López.

Antes de ser apresados y muertos, Hidalgo, Allende y otros notables insurgentes, se nombró en Saltillo, a mediados del mes de marzo de 1811, jefe de la Revolución Independentista a Ignacio López Rayón, quien se dirigió a Zacatecas para luego emprender un viaje al centro del territorio novohispano.

Tras una travesía caracterizada por acciones heroicas y diversos obstáculos, Rayón llegó a Tuzantla, ahí se enteró de los triunfos de Benedicto López y en lugar de continuar su viaje hacia Tlalpujahua, decidió trasladarse a la Villa de Zitácuaro, donde este guerrillero le cedió el mando, considerando su jerarquía militar y capacidades académicas e intelectuales.

El virrey se dio cuenta de la muerte de Juan Bautista de la Torre y designó al Coronel Miguel José de Emparan, para castigar severamente a los insurgentes. Ubicado en Maravatío, Emparan salió hacia esta heroica ciudad con la finalidad de atacarla, propósito que logró el día 22 de junio, pero es derrotado por las tropas insurgentes comandadas por Ignacio López Rayón.

La victoria alcanzada por los insurgentes consolidó su control sobre la Villa de Zitácuaro y territorios circunvecinos. Bajo estas condiciones favorables Rayón vio la oportunidad para crear un gobierno nacional independiente que legitimara la lucha, organizara los ejércitos y aglutinara las acciones militares e ideológicas de la insurgencia.

Fue el 19 de agosto, de 1811, en la villa de Zitácuaro la instalación de la asamblea con la asistencia de 13 jefes insurgentes, procedentes de diferentes partes del territorio novohispano: licenciado Ignacio López Rayón, principal impulsor de la idea de crear una junta o congreso que ejerciera el poder soberano de los habitantes de la Nueva España.

Teniente general José María Liceaga, doctor en teología José Sixto Verduzco, apoderado de José María Morelos; Mariscal Benedicto López Tejeda, Mariscal Ignacio Martínez, Brigadier José María Vargas, Brigadier Juan Albarrán, Remigio de Yarza, representante del General José Antonio Torres; Coronel Miguel Serrano en representación de Toribio Huidoro; Capitán Manuel Manzo con la encomienda de representar a Mariano Ortiz, Cartel Maestre Ignacio Ponce, el subinspector Vicente Eizagirre y Tomás Ortiz.

Se acordó la fundación dela Suprema Junta Nacional Americana, compuesta de tres vocales, dejando dos lugares vacantes, para que llegado el momento fueran ocupados por otros tantos jefes insurgentes, que reunieran los méritos suficientes.

La elección recayó en el Lic. Ignacio López Rayón con doce votos; el doctor en teología José Sixto Berdusco obtuvo once, mientras que el Teniente General José María Liceaga, siete. La cuarta vocalía la ocupó Morelos, a mediados de 1812.

Al expresar su juramento, los miembros de la junta se comprometieron a mantener ilesa a la religión católica, proteger los derechos del rey Fernando VII y dar hasta la última gota de sangre por la defensa de la libertad y propiedades de la patria. El propósito de la Junta, según sus propios miembros, sería la de arreglar “el plan de operaciones de toda nuestra América y dicte las providencias oportunas al buen orden político y económico”.

Desde la Villa de Zitácuaro la Suprema Junta, durante cinco meses, ejerció acciones militares en contra de los españoles. Emitió disposiciones en el ámbito político y económico. Expidió nombramientos de tipo militar, de igual manera tomó decisiones de gobierno en el aspecto administrativo.

En consecuencia, esta población se convirtió en la principal fortaleza de la insurgencia y por ende en la capital de la nación. Con la fundación de la Suprema Junta se inició el proceso de construcción del Estado Mexicano. Por este motivo, representaba un serio peligro para el gobierno virreinal, el cual dispuso se le sometiera sin miramiento.

José María Félix Calleja preparó un plan de ataque. Los realistas atacaron Zitácuaro con aproximadamente 5 mil hombres. Por su parte el ejército insurgente se aprestó a defenderse con 36 cañones, 700 hombres armados con fusiles y un número considerable de indígenas, casi todos sin armas de fuego y procedentes de los diferentes pueblos aledaños a Zitácuaro.

A la población le rodeaba una zanja de 4 kilómetros construida por los insurgentes para defensa de la Villa. La batalla terminó alrededor de las 2 de la tarde, favoreciendo a Calleja. Cuatrocientos muertos, doscientos heridos y 19 prisioneros, mismos que fueron ejecutados por Calleja.

El ejército se apoderó de buena parte de la artillería insurgente, cantidad inmensa de víveres, seis mil carneros y quinientas cabezas de ganado. Por su parte las fuerzas realistas tuvieron escasas pérdidas, 30 muertos y algunos heridos.

(Hasta aquí la primera parte de esta semblanza histórica de la SJNA)

*Datos recabados del libro Suprema Junta Nacional Americana del Profr. Crispín Duarte

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