Arena Suelta

ARENA SUELTA  

POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS 

UN VENEZOLANO EN LA SEP 

Los que hemos podido pisar un salón de clase desde muy temprana edad, en el papel de maestro, tenemos claridad de lo que significa enseñar, en primer momento porque en los ojos de quienes van a la escuela se puede leer la alegría y la satisfacción al aprender cosas nuevas, y en segundo porque al estar frente de todos esos niños o jóvenes, sabemos que lo bueno o malo que les enseñemos será lo que guíe su camino, para bien o para mal. 

Educar siempre será una responsabilidad, y lo es de mucha delicadeza, porque más allá de conocer la manera en la que aprende cada alumna o alumno, que lo hacen rápido o lento, no podemos hacer que todos tengan el mismo ritmo, pero sí, que todos aprendan lo mismo, es decir, que se empapen del mismo contenido que exige un plan de estudio, aunque cada uno lo haga en su forma y tiempo. 

Los problemas en el sector educativo son tantos que van desde los señalamientos por malos manejos de los recursos sindicales, hasta la falta de vocación docente. Pero en medio están los niños, las niñas y los jóvenes, a los que se les siguen dejando sin clases, porque no se les llega a pagar a sus maestros, o sencillamente por no tener quien les imparta la cátedra, o bien porque, aunque se asiste a la escuela, el contenido de sus libros de texto, o del material de apoyo y seguimiento académico es deficiente, tiene errores y/o está alejado de la realidad social o entorno en que se habita. 

Para nadie es ajeno, que, conforme al gobierno en turno, se han agregado y quitado contenidos en los programas de estudio, especialmente de la educación básica, lo que también ha llegado a afectar en la continuidad o la falta de visión mundial, para sólo dar gusto a una ideología en particular o agradar al grupo de poder. 

Lo que es preocupante, porque la educación siempre debe privilegiar la pluralidad, y la diversidad, es que se use para adoctrinar como ha pasado en países como Cuba, Nicaragua o Venezuela, solo por mencionar algunos, en donde las ideas educativas están más apegadas al comunismo primitivo que de política social. 

Lo que está sucediendo actualmente en México, en donde el Presidente de la República ha puesto en manos de un marxista y un venezolano (como si no hubiera mexicanos capaces) el rediseño de los libros de textos gratuitos, deja una rendija para preocuparnos por poner a dirigir los materiales que por excelencia se ocupan en la educación básica y normal a ideólogos y no a pedagogos. 

Tanto Marx Arriaga como Sady Loayza, podrán ser muy doctos en letras, o haber dirigido bibliotecas, pero no tienen experiencia en las aulas, desconocen en la práctica el afán educativo nacional, y las condiciones de las escuelas rurales e incluso las urbanas, por lo que debería de considerarse la incorporación de maestras y maestros, de aula en la elaboración de los materiales básicos educativos. 

El Presidente fiel a su ideología, como ha sido desde siempre, ha construido sus argumentos para sostener en los cargos a extranjeros, especialmente lo ha hecho con Paco Ignacio Taibo II en el Fondo de Cultura Económica, los médicos cubanos y ahora en la SEP a un venezolano (de lo que se conoce), sin embargo, lo innegable en nuestro país tenemos a mujeres y hombres capaces y sobre calificados para crear libros de texto o cualesquiera otros materiales educativos de altísima calidad. 

México es un país abierto a las ideas, que debe defender sus ideales libertarios por ello ha prevalecer en los libros de textos, como lógica y cronológicamente se considere, la época prehispánica, y colonial. Pero sin mentir, ni poner de más o de menos, para permitir que quien pueda hojear, o leer un texto libremente puedan interpretar y definir ideales. 

Así como al niño se le debe dar papilla y no la comida masticada, o al pescador el pez sin que tire la red, a las niñas, los niños y jóvenes, se les ha de dotar de materiales diversos, para que se definan por el que sea a su consideración el mejor y no se les imponga o se les adoctrine en una idea política que no sea la de la libertad democrática.

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