Despertar de la tierra
Autor:José Luis Valencia Castañeda
La intensidad sísmica que se ha presentado en el estado de Michoacán, en los últimos meses, ha generado reacciones en las autoridades de Protección Civil, que han programado un ejercicio de prevención y gestión de riesgo. El simulacro será a nivel nacional y se realizará el 29 de abril. Existe la posibilidad de que ese día, por recurrencia,suceda un sismo en las costas michoacanas. Es algo que nos ha enseñado la historia, y la ley de Murphy, que lo que pretendes que no suceda, es lo que sucede, y si estás pensando de manera colectiva en que sucederá, indefectiblemente lo hará.
Está proyectado que participen 489 inmuebles al día de hoy, en el estado de Michoacán y conforme nos acerquemos en el tiempo, es posible que aumente la cifra exponencialmente, y entre estos se sumen escuelas, oficinas, dependencias de gobierno y los particulares, tanto personas físicas, como industrias. El ejercicio es importante para aumentar la empatía y la conciencia de la existencia de riesgo.
En la zona cercana al volcán Paricutín ha existido actividad intensa, con múltiples movimientos sísmicos de bajas intensidades, pero de gran proliferación. Eso ha desatado las alertas en las dependencias de Protección Civil, que han puesto énfasis en la revisión constante de esa zona y han realizado trabajos de concientización para evitar desgracias mayores. La población se siente confiada en que no pasará nada grave, pues no ha pasado nada desde 1943. Confían en que las fumarolas que aún existen en el Paricutín sean desfogues de presión, que no permitan una explosión intensa y grave.
Desde luego, nadie puede saberlo a ciencia cierta, la incertidumbre será siempre la misma, pero vale la pena estar preparados, al menos psicológicamente para un evento de grandes dimensiones, como el nacimiento y erupción de un nuevo volcán, si pasó hace 80 años, podría pasar hoy.
Cuando se le preguntó a la autoridad de Protección Civil sobre la actividad sísmica inusual en los enjambres registrados en la zona de Peribán, el funcionario estatal aclaró que hasta el momento no existen resultados oficiales sobre las causas que provocan ese fenómeno. Es algo natural en las respuestas de los funcionarios, no quieren entrar en polémicas, ni en predicciones que pudieran poner en entredicho su trabajo, que bien podrían justificar que son prevención de riesgos, no son vaticinadores de eventos naturales, y trabajan con las personas, no con la geología.
Efectivamente, entenderíamos que un vaticinio no sucediese, si eso no pasa. Pero debe haber información, que al menos de manera lineal pueda dar fechas aproximadas de algún evento, porqué las intensidades y las cantidades de los que han sucedido, si están dentro de la información generada y son parte de la estadística que permite vaticinar, es como la economía, se prevén situaciones de riesgo, y si no suceden que bien, la población solo necesita estar segura y contar con alguna institución “oficial” que los aliente.
Esa es la complicación, pero al menos nos informan que están trabajando en algo concreto. Señalan que existe riesgo volcánico, algo lógico, y que están en espera de más datos que proporcionará la Universidad Nacional Autónoma de México y otras dependencias federales, para establecer una condición de riesgo, a pesar de que se han registrado más de ocho mil sismos en esa pequeña zona en lo que va del año.
¿Y qué será lo que está activando? Las respuestas no son simples, hay mucha ignorancia aún respecto a la forma en que se comporta la tierra y como interpretamos ese comportamiento. En las zonas petroleras, la justificación de los ambientalistas era el fracking, que consiste en romper las rocas para extraer el gas o petróleo a la superficie y ese trabajo provocaba microsismos, pero en la zona de Peribán no existen indicios de petróleo.
La otra justificación, es que los microsismos son reguladores de la energía existente en las capas profundas de la tierra y sale esa energía pausadamente provocando esos movimientos. Otra de las teorías basadas más en la física cuántica, es que la tierra se está trasladando a una dimensión distinta a la que tiene, para evitar conflictos energéticos mayores que la mantengan en constante cambio y dolor a la vida que tiene, y la forma en que se manifiesta es activando cientos de volcanes y lo ha venido haciendo desde hace unos cien años.
Existen volcanes en muchas geolocalizaciones, tanto bajo el agua, como bajo la tierra y en la superficie, de los cuales reconocemos en México varios activos, los más famosos son el Popocatépetl y el Volcán de Fuego de Colima, pero en toda la república mexicana existen activos muchos en las zonas termales, o geiseres.
La teoría cuántica señala que los volcanes están siendo activados por la tierra, para dar el salto cuántico de la cuarta dimensión a la sexta dimensión, para evitar entrar en los conflictos de Orión, y los volcanes son los motores y reactores nucleares de electro pulsación frecuencial atómica, creados para llevar a la tierra a un diferente lugar, para dar el salto cuántico de al menos mil años y saltar las guerras de Orión.
Si esta teoría es verdadera y el salto cuántico se tiene que dar, pronto veremos cientos de volcanes explotando por todo el planeta y nuestra percepción de la tierra cambiará también. Desde luego el hombre modificará su forma de ver e interpretar al mundo y podríamos pensar que la tierra es una gran nave con consciencia propia, eso sería revelador, y nos quitaría muchas presiones sobre el entendimiento de lo que en verdad es la tierra.
El hombre común cree que es solo una gran roca, con suelos distintos que te permiten obtener recursos alimenticios para que el hombre y los animales puedan sobrevivir, pero según esta teoría, es una gran nave, por lo tanto, todos los viajeros de esta nave somos extraterrestres para los ojos de aquellos que vivan en otros planetas.
Suponiendo que le llamen tierra también, desde luego, y que todos estos viajeros necesitamos activar nuestros propios motores cuánticos para acompañar a la tierra en su viaje, suena fantástico, que nosotros mismos tengamos una nave personal con la que podemos hacer viajes y no necesariamente tienen que ser físicos, sino que entrando en el espacio se pierden las dimensiones de espacio y tiempo, y nos podemos mover con entera libertad, habremos ganado el cielo, o lo que interpretamos como cielo, sería buena experiencia, pero entiendo que debemos de verla y entenderla desde otra óptica, desde una visión alejada de lo que hoy consideramos como realidad, debemos de dejar de lado el pensamiento común, sino ¿Cómo entenderíamos que estamos en el final de los tiempos? No de la vida, no de la humanidad, sino de los tiempos del terror y la violencia.
Estamos al final de un siglo galáctico, que equivale a 25 mil 876 años terrestres, que es el fin del quinto siglo cósmico de 5 mil 175.2 años terrestres. La tierra está en camino a su nueva línea de tiempo, no es un espacio físico, es solo una transformación energética, donde no cabrán los oscuros y para lograrlo se requiere del acoplamiento de todos los seres vivos, y en este acoplamiento, se necesita conexión con la tierra, se requiere de activar todos los volcanes, para evitar terremotos.
La activación es la conexión entre todos los seres humanos, la tierra y los seres vivos y es solo dirigir la energía y la intención a cada uno de los volcanes.Con esta información, si es correcta, podríamos reducir los daños por sismos y por explosiones volcánicas, pues los conductos de los volcanes se abrirían y se movería la energía de manera equilibrada y se difuminaría en el mar.
Todos los volcanes están conectados entre sí, pero tienen conductos taponados. Las explosiones que han sucedido, se debe a obstáculos que han sido realizados por seres oscuros, que viven del dolor. Mientras el hombre, hundido en la ignorancia, cree que suceden los eventos catastróficos por fuerzas naturales, de manera azarosa, y aceptan el dolor con resignación, sin luchar contra sí mismo, ni contra un sistema que los oprime.
¿Podríamos en el simulacro hacer un ejercicio de activación de los volcanes?, declarando que los activamos para que se desfogue la energía en muchos lugares y no se enfoque a un solo lado y cause daños al hombre, podríamos dirigir nuestra intención no solo a Peribán, sino a todo el mundo, y que se vaya conectando toda la red volcánica, como si las neuronas se volvieran a unir y el cerebro empezara a ver luz. Sería buen ejercicio.