Despertar de la tierra

​​Despertar de la tierra 

Autor:​​​​​José Luis Valencia Castañeda

¿Si todo fuese una gran simulación?

Desde que el tiempo empezó a acelerarse sin que hubiese una justificación plausible, me ha estado rondado la idea de que la tierra es una gran simulación, un gran laboratorio de almas, una maqueta de los dioses, similar al terrario de los niños en sus ejercicios escolares de ciencias. El terrario tiene a su dios en un niño, y los insectos que la habitan son sus seres limitados y débiles, que tenderán a adorarlo conforme les vaya modificando las condiciones propias de su hábitat y entiendan que están siendo atendidos por algo más grande que ellos.

A estas alturas nosotros, cual hormigas, ya nosacostumbramos al alimento que nos llega, a los cambios propios del sistema que nos crearon, a los patrones climáticos que se repiten constantemente en situaciones similares. Por ejemplo, loa animales se acostumbran a los tiempos de cuando los alimentas siempre por la mañana antes de irteclases, esos días esperan la comida ansiosos y los fines de semana que les das alimento un poco más tarde en el tiempo, también lo identifican. Así veo al hombre de hoy, supeditado a las condiciones que el dios que considera creador, que desde luego debe ser un ser enorme a nuestra vista. 

Da miedo solo de pensar que así sea, y que los dioses que hemos tenido solo sean niños de unas civilizaciones o seres más evolucionados que nosotros y estemos a merced de sus caprichos o de sus niveles de responsabilidad para con sus creaciones. Eso cabría en la forma desordenada de nuestro clima actual. Nos permitiría dudar de la salud mental o madurez de nuestro creador. Veamos, si durante mucho tiempo la conducta del dios pareció ser muy uniforme, constante, digamos era un ser responsable, encendía la luz a las 7 am, y decías que lindo amanecer, igual al anterior, la apagaba a las 7 pm, y decías, que lindo atardecer, igual que el anterior en horario y te ibas a dormir.

Los días parecían simples, aburridos, sentíamos que nuestra tierra era el centro del universo, y que nuestro devenir era monótono y constante, de alguna manera caíamos en un estado de complacencia. Algo de dolor no estaba mal, así que lo infringías a tus iguales, y sentías que estaba permitido, pues no llegaba la mano salvadora enorme del dios para ayudar al débil, ni para detener al fuerte, eso obligó a la creación u hormigas adesarrollar el pensamiento y las técnicas de observación y lograron salir algunos un poco más allá de la tierra gracias a los telescopios y vieronmás luces, que hoy día pienso son más tierras o terrarios con sus propios dueños, creadores o dioses. 

Esos terrarios tienen a otros seres como nosotros en su interior, en otros ambientes distintos. Son otros simuladores, son otros experimentos, y creo que entre los proyectos de esos dioses o niños experimentando no debe existir más distancia que la permitida para no contaminar sus proyectos, un par de metros quizá, que para nosotros son miles de kilómetros. En su escuela, para ellos será un par de horas la exposición de sus proyectos, donde expondrán sus avances y sus tesis, para nosotros dentro del terrario serán cientos de años. 

Veo que conforme los niños van exponiendo sus proyectos, o sus terrarios, con sus razas distintas en comportamiento, los demás compañeros de claseconversan y se preguntan cuales suelos son mejores, o qué alimentos les sirven más a unos seres y cuales a otros, y se comparten productos e ideas entre ellos. Nuestro dios, al parecer es el más atrasado con sus tareas, tiene un terrario básico, con seres algo debiluchos, poco inteligentes, poco avanzados, sus colmenas apenas empiezan a mostrar signos de avance, mientras los otros niños empiezan a notar un extraño comportamiento en sus colmenas, sus pequeños empiezan a desplazarse entre ellas, como emisores, como heraldos, van y vienen sin llevar, ni traer nada, como exploradores, similar a las abejas.

Ahora son pocos, pero al ritmo que llevan, en poco tiempo estarán infectando a todas las demás colmenas, o puede ser que estén haciéndolas más fuertes. Los niños, decidieron por alguna razón desconocida en el proyecto unir todas las colmenas de hombres y separarlas únicamente por hielo, vieron que no se atrevían a caminar mucho tiempo sobre el hielo, preferían la tierra y donde hubiese agua líquida y plantas, el hielo fue la primera frontera, eso los detenía y los mantenía alejados.

Algunos de las colmenas más avanzadas podían cruzar entre todas ellas usando artefactos que ellos mismos crearon, pero no se pueden ir en grandes grupos, algo los detiene. Lo mismo pasa entre las colmenas menos desarrolladas, solo unos poquitos ejemplares salen a explorar los hielos, muchos mueren en el intento. Otros empiezan a colonizarlos, pero son pocos aún, el dios de la colmena básica, como va retrasado, intenta apurar sus observaciones, experimenta todo lo que entiende funciona y a cada rato, necesita ver cómo reacciona su terrario, a veces les mueve la colmena, otras la sacuden con fuerza, a veces se olvida de cerrar los aspersores y deja caer más agua de la necesaria, a veces se le olvida abrirlo y de llenarles los estanques de agua.

Con ello se le mueren muchos ejemplares, pero parecen ser resistentes, no se acaban. Hubo un tiempo donde les quitó el plástico que las cubría de los fenómenos externos y enfermaron, lo que abajo nosotros conocíamos como capa de ozono, en el terrario básico tienen ya una consciencia de grupo y una ideología del cómo funciona el exterior. Al ser enorme que los cuida le llaman dios y a los seres pequeños, esos que vienen a visitarlos de otros terrarios para proporcionarles información del cómo pueden mejorar sus vidas, que son los seres más avanzados de las otras colmenas, les llaman ángeles, o dioses menores.

Los del terrario básico se emocionan, pues quieren estar mejor, sufrir menos los embates de la furia de su dios y entienden que hay un dios más grande que el suyo, afuera le llaman profesor o la fuente de la información. Los seres que vienen de otras colmenas, las que han avanzado más, son seres muy resistentes, su expectativa de vida es varias veces mayor a la de los seres de la colmena más atrasada, ellos los visitan seguido, y a pesar de que casi siempre son distintos los seres que lo esperan, no cejan en su empeño de informar, de enseñar, de dejar palabras de aliento.

Para los seres más atrasados ese ser se ha convertido en su esperanza, pues cada que va les lleva técnicas y tecnología para que puedan sobrevivir y vivir en mejores condiciones, prometiéndoles que cuando lleguen a un nivel similar al de él, podrán visitar su colmena de la misma manera que él lo hace ahora. Su colmena se llama cielo, les informa que él vive en el primer cielo de los nueve que hay en este universo, así le llama. Les apunta con el dedo hacia lo azul de su domo y les dice – mi mundo no es de este reino, el mío está allá arriba, y más allá hay otras nueve colmenas que ya he visitado, todas con mejores condiciones que el terrario.

Para que ustedes lleguen allá arriba deben merecer, ese merecimiento se llama empatía, trabajo en equipo y ayuda entre ustedes, algo muy difícil de lograr, porqué la oscuridad aún es dueña de muchas almas, que limitan la ascensión en el conocimiento. Una vez obtenido el conocimiento y que lo integren a su ser usando el discernimiento, bastará sortear solo los obstáculos que tienen en su colmena, que son nueve círculos llamados infiernos. Una vez salvados estos, llegarán a descubierto, al final del domo y verán la luz y las demás colmenas que son más pacíficas y más libres, son el universo mismo frente a ustedes.

Los nueve infiernos que tienen hoy, son nueve círculos similares a los laberintos, entre los cuales hay muchos seres similares a ustedes, que no entienden que deben ayudarse, no atorarse. Esos seres se les cuelgan y los detienen con razones distintas, principalmente jugando con las emociones. Por ello, muchos de ustedes se quedan en el camino, pocos van subiendo hasta la superficie, donde los seres de colmenas más avanzadas se los llevan a sus colmenas, donde no hay infiernos, el maestro, o ser superior a los dioses individuales de las colmenas es el que ha sido diseñado todo y solo se apoyó en los niños creadores.

Así, con está analogía podemos entender en quénivel está la tierra comparada con otras “tierras”, o planetas. Lo único que nos separa de los ángeles es nuestra incapacidad auto inducida de movilizarnos entre el espacio y tiempo, para poder cruzar la barrera de hielo y convivir con las demás civilizaciones no tan contaminadas como la nuestra, 

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