Despertar de la tierra

Despertar de la tierra 

Autor:​​​​​José Luis Valencia Castañeda

Los mundos que no lo son

Cuando Carl Sagan mencionó la frase que dice:“Sería egoísta pensar que la tierra es el único planeta habitado en todo el universo”, y tenía razón, no podemos ser tan soberbios como para pensar que esta sociedad tan indiotizada y estupidizada sea la única inteligente en el universo. Quizá Sagan seguía pensando en que la tierra giraba alrededor del sol y los planetas hacían lo propio, que estamos flotando en la vía láctea, y que los demás planetas estaban dentro de nuestra zona de influencia y que debían existir algunos sistemas similares en toda la bastedad.

A pesar de toda la información, a pesar de todo lo escrito, a la tierra se le seguía mencionando como planeta, un elemento plano, no como esfera, y también que los demás planetas seguirán siendo esferas con nombre de planetas, y señalaba Sagan que en esos planetas había vida, y tenía razón, la vida existe en toda la creación. Egoístamente pudiéramos pensar que la tierra es el único planeta habitado por el hombre, y habrá razones suficientes para pensar en eso, pues el hombre es el único ser que tiene esta representación bípeda y con los rasgos característicos de su cara y forma.

En otras civilizaciones o planetas son de distinta configuración, algunos con caras grises, verdes, sin nariz, con dactilares menores o con caras de animales. Pero el común no sabe si hay vida más allá de esta tierra, ni le interesa y existe cierta limitación de no investigar ese tipo de información, como si fuese un acuerdo realizado entre seres poderosos y los propios humanos. Muchos de esos acuerdos se llaman contratos que realizamos por obtener algún beneficio, a pesar de todas las limitaciones siempre hay locos que buscan respuestas fuera de la “normalidad” o fuera del pensamiento colectivo.

Ya en el siglo VXII, durante la imagenería medieval se hablaba de una tierra plana sostenida por una gran tortuga y existía el miedo de llegar a los confines de la tierra y cayeras en un precipicio sin fondo, donde habitaban las criaturas más horrendas ni siquiera imaginadas por el hombre. Más cera de nuestro tiempo, en el siglo XIX, el inglés Samuel Rowbothan defendía la hipótesis de que la tierra es un círculo plano, su plano dibujado de manera peculiar, tiene al centro al Polo Norte, la tierra se expande hasta un círculo de hielo denominado la Antártida que enmarca todo el territorio conocido. El círculo de hielo es un enorme anillo que rodea la tierra y evita que las aguas se desborden, y floten en el espacio.

Para los científicos esta visión es absurda, intentan demostrar unos que es esférica y Rowbothan plana, haciendo experimentos como ver perderse en el horizonte los mástiles de los barcos por los de la tierra redonda y ver que no se pierde un objeto en alguna vía de ferrocarril, calculando la distancia recorrida y la supuesta esfericidad, los grandes pensadores clásicos como Pitágoras, Parménides y Eratóstenes sostenían la teoría de la tierra esférica, pero mucha gente seguía sosteniendo la teoría de la planicidad, justificaban sus miedos poniendo al infierno al final del mar, allá donde lo desconocido para ellos no tenía una explicación lógica.

Con el avance la ciencia limitó se todos los mitos,los obligó a ser demostrados. Ambos bandos disponían de teorías para una misma pregunta ¿Por qué los mares no se vaciaban por los bordes del disco? ¿Por qué el mar no deformaba la tierra con su peso y no se vaciaba cuando estuviese la tierra boca abajo? Los terraplanistas no podían explicarlo en aquel momento, las aguas ni siquiera mostraban corrientes que llegasen a la orilla del disco, mucho menos se vaciaban, el agua permanecía estable.

 A pesar de que la ciencia demostraba que la tierra era esférica, Rowbothan estaba convencido de que era plana. Si las sagradas escrituras describirán una tierra plana, no había discusión, solo requería una forma semántica de demostrarlo, una teoría parecida a la científica. Había que conseguir pruebas, aunque estuviesen en contra de las posturas dogmáticas mayoritarias. Entendemos ahora que cualquier situación en la que estén de acuerdo las mayorías nunca será lo correcto. Por ello, estamos convencidos de que una teoría que es defendida por moda, no debe ser cierta, cumple únicamente una función, y es llenar el vacío informativo, que debe ser eliminar la intención de investigar que hay más allá del muro de hielo de la Antártida.

Quizá el error fuese depender fuertemente en la infalibilidad de la palabra de dios manifestada en la biblia, no en la explotación de los dones propios una vez conectado con la divinidad. La ciencia siempre tendrá una postura contraria a la ideología religiosa, sin importar la línea de pensamiento o idea de dios que se tenga, y para poder convencer a ambas visiones, intentaría convertir su visión espiritual en una visión científica. Así que, si dios había construido un hogar plano, debería haber puesto también en las mentes del hombre alguna manera de demostrarlo. 

Para demostrar su teoría intentó circunnavegar la Antártida sin perder de vista los hielos, después de algún tiempo llegó a la conclusión de que se necesitarían varios años para recorrerlo, ningún barco en su época tenía esa capacidad, quienes creyeran haber navegado alrededor de la Antártida o que hubiesen estado a punto de hacerlo, sin duda habrían desviado el camino.

Otra teoría de seres que comparten la idea de la tierra plana y los mundos exteriores, señala que la Antártida es solo un muro de hielo de 18 mil kilómetros, y no está permitido volar sobre sus hielos, las rutas comerciales de aviones no tienen permisos, y no hay líneas de reposte de combustible conocidas, ni avión con autonomía para un vuelo de ida y regreso, y curiosamente nadie va más allá de punto Nemo o “nadie”, distante unos 1600 kilómetros del más remoto islote de la Isla de Pascua en Chile.

La forma de interpretar los planos de Rowbothan era deducir que los mapas eran planos y que la tierra era una circunferencia, en determinado momento las naves viajando en línea recta podrían perderse o encallar en algún arrecife, y para demostrar su teoría encontró un área muy representativa en un canal de casi diez kilómetros, era un tanque cerrado, que no permitía la salida o perdida de agua de manera natural, la superficie era estable, el canal se llamaba Bedford, su tesis era que si la tierra fuese esférica, una embarcación empezaría a perderse en la elíptica de la tierra en la distancia, algo que no sucedía, las embarcaciones se lograban ver a través del telescopio completas a la distancia.

Evidentemente para el agrimensor actual, esa teoría le sería más aceptable, una burbuja de agua en un nivel seguiría en el mismo horizonte durante miles de kilómetros, así el horizonte en el mar debería ser uno, y solo se perdería la imagen del barco con la distancia, no con la circunferencia.

La teoría de la existencia de tierras más allá de la Antártida está tomando fuerza, señalan que la tierra es plana y son circunferencias superpuestas, tal y como señalaba Platón en Crítias, al describir la Atlántida. Si esto es cierto, seremos uno de los grandes círculos de la Antártida, separados por el muro de hielo, o la Atlántida estará pasando los hielos.

Eso lo iremos resolviendo en cuanto el velo oscuro que envuelve a la tierra se vaya disolviendo, cuando el inconsciente colectivo modifique sus patrones de conducta y deje de pensar egoístamente y piense en comunidad, los planetas volverán a ser planos y estar al mismo nivel que la tierra, Marte o Júpiter serán simples continentes de otro círculo concéntrico a la tierra, y la tierra dejará de ser el teatro donde estamos experimentando vivir de la mentira.

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