Despertar de la tierra

Jules Verne remasterizado

Bajamos una enorme pendiente, la cueva que había bajo el volcán parecía construida a propósito paracaminarla. Muchas huellas se veían, como si fuese un camino muy transitado, y sin embargo, ni unalma había en él. Juan miraba extasiado, ese tipo de incógnitas le fascinaban, al grado de que el hambre se les había ido. Por la sed no se preocuparon, llevaban cantimploras y junto al camino corría un pequeño arroyuelo con aguas cristalinas que cantaban alegremente a su paso. Después de varios minutos caminando sobre una senda donde lashuellas aparecían y desaparecían de la nada, el aireenrarecido mostraba señales de trabajos mecánicos. Los grandes sorbos sincrónicos de aire fresco denotaba una entrada en algún lado, no se veía de donde llegaba, ni a donde se iba, pero ese frescor golpeaba la cara de los intrusos que entusiasmados caminaban paso a paso, disfrutando su viaje, como si lo hubiesen deseado siempre. El sueño por fin les llegaba a la puerta.

Cuando llegaron al valle, se encontraron ante una gran selva, iluminada por una gran lucerna quesimulaba un enorme sol. Cientos de animalescaminaban sin miedo alrededor de ellos, muchos no les eran conocidos, pero se parecían a los que había en la superficie. Vieron como los animales se alimentaban de frutas de colores vivos, decidieron probarlas y vieron que eran buenas. Se sentaron en una gran roca, que parecía hecha a propósito. Sus mentes trabajaban rápido, analizando cadasituación, pensaban primero en los riesgos de la activación del volcán, que debería estar allí donde ellos caminaban despierto y ardiente, pero no lo estaba, la fumarola había desaparecido, ni siquiera se veía el tubo, por donde debía pasar, los animales parecían tranquilos, como si ellos, invasores no fuesen peligrosos, ni ofrecieran algún riego.

¿Tendrían esos animales algún contacto humano anterior y les fuesen familiares?, o ¿No tendrán depredadores?, parecía que no, caminaron más confiados, hacía el centro del valle, una vez allí, lavegetación era la misma, los grandes árboles, las pequeñas hierbas, los coloridos frutos y los animales confiados, al centro, había un circulo rodeado de bancos de rocas, como si fuese un grancirco, de la parte alta de la cueva descendió unpequeño rayo de luz, eso les hizo voltear al unísono, la luz se posó al centro del círculo, de esa luz salió un ser, que se integró en un hombre, los visitantes se replegaron tras las bancas en posición defensiva, una voz los detuvo.

– No teman, solo soy una representación del ser, sus golpes no podrían dañarme, más los míos, si podrían desestabilizarlos, ustedes son los elegidos para entender a la tierra, para saber lo que realmente es, y descifren lo que no es, y loque no es, es lo que han entendido sobre ella hasta ahora, quizá se sientan algo de temor a lo desconocido, quizá sientan temor a no saber deque se trata, quizá ahora empiecen a notar que no tienen audiencia y que esta información a nadie le serviría más que a ustedes, un científico, un precientífico y a un loco amante de la naturaleza, pero al naturaleza es lo que es, y no tiene más explicación que lo que ven, es un sistema, y como sistema trabaja mediante sus componente, ustedes y lo queven son los componentes, incluso, lo que ven, como si fuese un ser, es parte de un sistema, parte del mismo sistema.

– ¿Quién eres? – Gritó Juan, mientras sus dos compañeros se escudaban y buscaban la salida.

– Yo soy el que soy, soy el que buscan, si entraron a este lugar, fue contraviniendo las normas de su gobierno, contraviniendo sus propias reglas de seguridad, pensaron que encontrarían el río de lava, o encontrarían la muerte ante lo desconocido, más no han muerto, más me han encontrado, su conciencia les decía que deseaban encontrarse a los seres intraterrenos, o ¿Extraterrenos?, más su mente, viene alerta ante el riesgo de muerte; ¿Me equivoco?

– No te equivocas – Dijo el científico- hemosbuscado siempre vida bajo la tierra, como la vida sobre ella, entendemos que lo que es arriba es abajo, y viceversa, pero queríamoscomprobar con nuestra mente

simple, que así es, ya encontramos vida animal, vegetal y mineral, pero no humana.

– La vida no es el cuerpo hermano, el cuerpo es solo de esta dimensión, de esta vida, de este tiempo, a ese lo componen todas las sustancias propias de la vida animal, vegetal y mineral, enun sistema, igual al de la tierra, y a la del universo, un sistema en pequeño. En esencia, todos somos iguales, cierren los ojos y confíen, para que vean la esencia de todo ser, y entenderán que somos uno mismo.

Los tres hombres con temor, pero dándose valor entre ellos mediante guiños, cerraron los ojos,cuando la luz exterior se fue, los envolvió una granesfera de luz azul, enorme, esa esfera era muy similar al hueco que tenían frente a sí como cueva, era la cueva toda llena de luz, al centro de ella, en la parte alta, estaban varios seres que se veían como imágenes tras un escáner, esos seres los saludaron, voltearon averse entre sí, y eran la misma imagen que los seres de arriba y al ser que les hablaba abajo, el tubo de luz que habían visto, ahora era un elevador, que los levaba a una plataforma en lo alto de la cueva, la voz les dijo.

– Ahora entienden que la mente nos obnubila la visión de la luz, y que todos somos seres de luz, lo que ven es la energía vital, que llaman espíritu, a este lo gobierna la esencia, que estáconectada en un planeta más allá de esta tierra, caminen, así, con sus cuerpos de luz, no abran los ojos, vayamos a la parte alta, donde están nuestros compañeros.

Los tres exploradores, sin miedo ya, caminaron tras el ser, se colocaron al centro del círculo, la luz bajó ylos elevó en segundos, al llegar a donde estaban los demás seres, fueron recibidos con afecto y respeto, la plataforma era enorme, de abajo no se apreciaba, los invitaron hacia uno de los pasillos, y llegaron a una puerta que decía combustible.

– Este es nuestro tanque, dijo uno de los seres mientras abría la puerta, les pidió soloasomarse en el pequeño balcón protegido poruna baranda de un metro de altura. El científico se quedó perplejo, la imagen que traía del magma hirviente bajo los volcanes estaba allí, ya la había visto antes.

– ¡Es verdad! – gritó emocionado, si existen los ríos de lava bajo los volcanes.

– No son ríos de lava, es solo la energía que requiere la nave para despegar.

– ¿cuál nave? – Preguntó el científico buscándola.

– En la que estás parado -Le dijo el ser.

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