Despertar de la tierra
Despertar de la tierra
Los eclipses en la historia
Es intrigante ser testigo de un fenómeno meteorológico, nos llena de dudas y nos provoca curiosidad. Más por saber los acontecimientos que coinciden con estos sucesos, más por morbo que por entender el funcionamiento de estos. Hace treinta y dos años fui testigo del eclipse solar más largo de mi historia, el 11 de julio de 1991, a la una de la tarde. Estando en pleno proceso laboral, el sol fue tapado por la luna durante siete largos minutos, nos dejó en una oscuridad total. Sentía algo de temor, pensar que el sol, el poderoso dios que ilumina nuestro camino podía ser taponado por un ser inferior llamado la luna. Fue un momento espectacular, que silenció por fin a todos los habitantes del país, los mantuvo al vilo, viendo como la noche entraba a plena luz del día y como el día regresaba junto con sus almas. Hasta las aves empezaron a acurrucarse para descansar, creyendo que la noche había llegado. El día se hizo noche en esos instantes.
Cientos de historias rondaron en la sabiduría popular, como el de las matronas y los campesinos que cubrían de rojo a las hembras preñadas, para protegerlos de un mal, que aún no terminamos de entender, pero alguna razón hay para hacerlo y debe ser buena, no anacrónica, sino buena, porqué toda la información que dieron los Oanes y los grandes griegos para sobrevivir viviendo de la tierra no está ahí para ser sobreseída, está para entenderla y para hacerse uno con ella y permitir que el hombre sobreviviese sin tanto miedo, sin tanto esfuerzo, la ignorancia debía ser abatida de una u otra manera, y la mejor, es mediante la difusión de la información. ¿Por qué hablamos de eclipses?, porqué en los próximos días en México podrá observarse uno, el día 14 de octubre de 2023 sucederá y podrá ser observado en la región sureste del país. Buen pretexto para escaparse a las playas turquesa de Yucatán y Quintana Roo, así pueden tener muchas maravillas a la vez, paisajes hermosos, edificaciones y pueblos con historia excelsa y observar el eclipse.
En la antigüedad los eclipses eran considerados eventos creados por los dioses, y no estaban equivocados, los eclipses están bien estructurados, tienen tiempos y espacios bien definidos, dentro del disco terrestre se pueden observar únicamente en las regiones que deben ser influenciadas, donde no requieren ese tipo de energía no sucede. El disco solar tiene una trayectoria especifica sobre la tierra, la luna también y cuando sus orbitas se cruzan suceden eventos emocionantes.
En la antigüedad, la sola presencia de un eclipse detenía guerras, los hombres temerosos de la furia de los dioses empezaban a respetarse, hasta que se les pasaba el temor ante la falta de muerte producto del evento. Los antiguos creían que la luna, al pasar bajo el sol, era cuando los dioses levantaban la copa, que es la luna para beber el amrita, que era la bebida de la inmortalidad, y que bueno que no existe en esta tierra y en esta dimensión esa copa y esa bebida.
La maldad del hombre es cuasi eterna, los malos tendrían la oportunidad de eternizarse, aunque no entendamos el para qué, si la historia repetida eternamente puede ser un suplicio, si hasta la felicidad es cansina, nadie podría vivir eternamente feliz, la propia naturaleza exige experimentar todos los estadios de animo durante el desarrollo de tu vida, no debes estar triste, o feliz, o reposado todo el tiempo. En la pasividad los hombres crueles abusan de los débiles, en la guerra, la muerte acompaña a todos los seres que necesitan de ella, en lo desconocido todos temen morir.
Es más interesante la historia de los eclipses en la cultura Inca, ellos señalaban que durante el evento, era un momento de intimidad entre la luna y el sol y debía ser considerado como celebridad, había que celebrar la creación. Los antiguos egipcios también celebraban los eclipses, consideraban que el sol era devorado y cuando volvía a brillar, era un nuevo ser, era el renacer del sol, el renacimientos de la luz, una nueva forma de ver al mundo se creaba, por eso era poco común verlos.
En la cultura mexicana antigua, era más extraño, se decía que el sol era devorado por la luna o la luna era devorada por el sol y esto se debía a algún problemas de estos dioses, y la furia debía ser aplacada con sacrificios humanos. Los que debían ser sacrificados eran los albinos o todos aquellos que tuvieran piel blanca. Quizá en este punto de vista no esté de acuerdo, pero a las personas les gusta pensar que los antiguos mexicanos eran amantes de la sangre y los sacrificios.
Lo que no saben, es que en el año 200, cuando la región del Anáhuac era dominada por los mismos dioses, desde lo que hoy es Canadá, hasta la tierra del fuego, era gobernado por el mismo dios y administrado por los mismos dioses que se conocen en la cultura Mexica, y que en varias regiones tienen un nombre distinto, pero no dejan de ser las mismas energías. En ese tiempo, cuando las razas estaban iniciando el proceso de empatizar, de volverse una, de entender que no se puede vivir eternamente en guerra, los seres oscuros que viven del dolor empezaron a presionar a los hombres, a sacrificar seres para su solaz y cuando estos seres malos fueron expulsados de la tierra, cuando se fueron todos los dioses, cuando se fueron los grandes hombres por millones, cuando desaparecieron de Teotihuacán, cuando desaparecieron de Chichen Itzá, cuando desparecieron de Tres Zapotes, se fueron también los malos. Pero quedaron algunos recuerdos.
Los hombres, es muy probable que ante cualquier suceso natural que no entendían, culparan al abandono de los dioses y de su furia celeste y pretendían apaciguarla asesinando, sacrificando, brindándoles el dolor para que su ira fuese morigerada. Quizá fuese eso, quizá, solo sea un mito, al que hoy a pesar de la enorme carga de violencia que hay, no aceptaríamos moralmente.
Los eclipses se consideran solar y lunar: solar cuando la luna se interpone en el camino de la luz del sol y proyecta su sombra en la Tierra; lunar, lo contrario. Durante los eclipses solares, la luna se mueve por delante del sol, provocando oscuridad, parcial y total, el que se acerca se considera total, porqué la sombra de la luna cubrirá completamente al sol. Aproximadamente suceden dos eclipses parciales de sol y uno total al año, y la mayor duración es de 8 minutos, en promedio duran dos minutos.
Aún y a pesar de la cantidad ingente de información sobre los eclipses y las consecuencias de mirarlo directamente, es recomendable usar un filtro, así se ve de manera cómoda. Conseguirlo es también sencillo, basta conseguir un vidrio para soldar, en cualquier ferretería y si eres supersticioso o no, conviene también cargar con un listón rojo, aunque la ciencia no haya demostrado que haya situaciones adversas, es mejor no arriesgar, las energías se mueven mucho durante los eclipses y las mujeres embarazadas nada pierden con tener una protección mínima, así como proteger a las plantas en floración y a los animales en gestación, el mito señala que existirán malformaciones en los productos, y recuerdo que efectivamente, mucha fruta se malograba o sufría deformaciones y los campesinos decían que estaban eclipsados, cierto o no, mejor prevenir.
Eso me recuerda al libro “Azteca” de Gary Jennings, en uno de sus pasajes menciona que mandaron a una comitiva de clérigos a descubrir si en la Nueva España había brujería, y descubrieron fenómenos hoy llamados paranormales, como chaneques, curaciones espirituales y duendes, pero como no podían afirmar sin poder comprobar, para evitar el riesgo de ser condenados al escarnio público, solo se atrevieron a decir que no habían visto nada extraordinario ni brujería. Pero de que había brujos, los había.
Así podemos afirmar que puede ser que los mitos solo sean eso, pero en el fondo pueden tener razón, y más en este mundo tan convulso y cambiante. Lo bueno de todo, es que podemos nuevamente ser testigos de un nuevo evento y debemos disfrutarlo, es gratis.