Despertar Poético

Despertar Poético

¿Dueños de sus cuerpos?

Las leyes del hombre no son leyes, las leyes universales sí lo son, las unas son regidas por leguleyos y pueden ser modificadas acorde a los intereses del hombre, las otras son inmutables. En base a ellas se rige el caos, acorde a ellas se ordena toda la creación. A las unas si se te ocurre modificarles una letra o coma, no pasa absolutamente nada en el universo, solo en los entes sociales. Así que si tu conocimiento o tu forma de ver la verdad es de una u otra manera te adaptas, son reglas de convivencia, las puedes modificar a tu antojo, sin que por ellos el universo modifique un ápice su derrotero.

A las otras, podrás gastar la saliva que gustes, puedes arrastrar tinta a raudales, podrás hacer consensos y votar las mayorías, podrás aducir que por el bien común debe ser eliminada alguna ley, aunque detengas toda actividad económica, aunque hagas una revolución o una guerra, no podrás modificarlas. Tanto las unas como las otras tienen a sus entes dormidos, las desventajas son casi las mismas, el desconocimiento de las unas, puede provocarte problemas entre tus pares sociales, el desconocimiento de las otras, te provocará problemas a nivel emocional y físico. ¿Conviene conocerlas todas?, ¡No!, conviene conocer las leyes universales, estas te darán paz y tranquilidad durante todo el proceso llamado vida, y no importará el lugar donde vivas, siempre serán las mismas.

 Las leyes del hombre, te conviene conocer las mínimas indispensables que te permitan vivir en paz dentro de un conglomerado social, y todas las leyes del hombre, por mínimas que sean, están basadas en las leyes universales; por lo tanto, podrás vivir en paz en cualquier lugar con ese mínimo de esfuerzo y si te especializas en alguna actividad del hombre, conviene al menos conocer las reglas de esa actividad, por ejemplo: si construyes, al menos debes conocer las leyes que rigen en la región donde realizas tu actividad, para evitar algún daño, todas las regiones tienen leyes propias, conviene aprenderse al menos esas.

La sociedad para su devenir, en cada época de su desarrollo inventa leyes para regir una convivencia más amable y estas se actualizan conforme cambian las percepciones de vida y se integran nuevos elementos técnicos y tecnológicos a la sociedad, las genera acorde a las necesidades que ella misma se crea; por ejemplo, cuando inventó el automóvil, retiró las leyes que regían a los carruajes y las vías de comunicación fueron distintas, calles más anchas, estacionamientos, señalizaciones, todas en bien del grupo. Las leyes del hombre desdeñan la individualidad y se rige por lo que la mayoría dicta, disfrazando estos acuerdo como democracia, sin embargo, ni estos acuerdos, ni sus leyes son necesariamente lo mejor para el individuo particular.

La mentalidad o conciencia social de la muchedumbre nunca será la mejor para el individuo, en el grupo se sacan todas las perversiones reprimidas en lo individual, deteriorando sistemáticamente al individuo. Afortunadamente hay personas que se rigen por las leyes universales que logran el equilibrio y no dejan que el humano se vaya al garete. Una simpleza relacionada al respeto a la vida, el respeto a la creación ha provocado una serie de disfunciones sociales y psicológicas en el hombre, que está a punto de llevarlo a la extinción. La simpleza es el respeto irrestricto a la creación, el hombre en su afán de creerse dueño de todo, cree que es dueño de sí mismo, cuando ni siquiera se conoce, una simple pregunta lo pondría a trastabillar ¿Cuántos huesos tenemos? ¿Cuántos dientes tenemos? ¿Sabes la ubicación del píloro?

 Los duchos en medicina o en anatomía lo sabrán, la mayoría tendremos que usar algún diccionario o imágenes relativas al tema, y sin embargo, a pesar de nuestra creciente ignorancia, nos decimos que somos dueños de nosotros mismos. Evidentemente ni siquiera tenemos la mínima idea de lo que somos y de quienes somos. Cuando decimos que las decisiones que tomamos son nuestra responsabilidad, creemos que esa responsabilidad la debemos compartir con el grupo, sin embargo, el grupo no son todos, porque las decisiones de pequeñas fracciones a pesar de ser eso: pequeñas fracciones tienen repercusiones enormes.

El hombre en general solo conoce un cuerpo, el cuerpo físico, el que ve frente al espejo, se reconoce en su aspecto, sus facciones, forma de cara, tamaño del cuerpo, fisonomía, color de piel, color de pelo, color de ojos, tipo de pelo, tipo de nariz. Hasta allí llega su conocimiento, ni le interesa saber más de él, se conforma con lo que ve, y si algo no le agrada y tiene recursos, paga por modificarlo, y para conocerse un poco más, en lo emocional e intelectual, recurre al reflejo de sus palabras y acciones de otros hombres y cree erróneamente que eso es él, que es imperfecto, que no puede cambiar, que así está hecho y que así será y que es dueño de sí mismo, y que puede modificar su cuerpo, dañarlo, agregarle o quitarle apéndices o partes a su libre arbitrio, y de pronto se topa con la biología y esta le dice que no, que el dueño del cuerpo es la tierra y el universo, que solo se lo prestó a la mente superior, para que educara a la mente inferior, y como pasa en la política, las mentes inferiores terminan gobernando a las inferiores. Y como todas las reglas tienen excepciones, desde luego hay mentes superiores teniendo de subordinadas a las mentes inferiores, pero son los menos.

 Hablemos de un ejemplo donde las leyes del hombre se han torcido y se ha manipulado a las mentes sencillas: un día Juan, en cuanto hombre, decide que no es Juan, ahora será Juana en cuanto mujer, y genera un movimiento enorme para que le permitan ser lo que él quiere ser. La sociedad acepta de buena gana, al final Juan es un ejemplo de humanidad y se siente atrapado en otra personalidad, y la sicología colectiva dirá: sí, dejémoslo ser, tiene esa libertad, él puede decidir sobre su cuerpo. Desde luego la biología jamás lo reconocerá como Juana, seguirá teniendo todos los patrones de Juan en cuanto hombre, las enfermedades propias del ser hombre, sus órganos producirán las hormonas de un hombre, una vez muerto, si solo encuentran los huesos, se le reconocerá como hombre.

 En la sicología colectiva, al reconocer el cambio de sexo en un papel, es sumamente importante para aquellos que sienten que contraviniendo las normas establecidas están haciendo historia, se sentirán progresistas y parte de una sociedad moderna y modelo, se gastan chorros de tinta modificando párrafos y justificando ese sentir. Eso da pie a que todos los demás personajes oscuros puedan sacar del baúl de sus perversiones las mismas justificaciones, aduciendo la misma libertad, la misma modernidad, pero el camino ya estaba abierto, cada personaje decidirá por sí mimo, por su cuerpo, señalando enfáticamente que le pertenece, un hombre ya no solo podrá ser mujer, ser: perro, gato, payaso, lo que su pervertida mentalidad le dicte.

 La mujer, ya no podrá ser mujer, podrá ser hombre, gata, perro, o combinación de todas, transgénero o trans especie. Todo esto, desde luego va aunado a una falta total de empatía por la vida, los géneros llevan consigo la penitencia, como toda deformación psicológica, llega dolor, sufrimiento, incomprensión, desconsideraciones, discriminación, porqué nacen del vacío emocional en que se encuentran las almas. Pero al final de eso, todas ellas tendrán que sufrir y experimentar dolor para poder superarse a si mismos, nunca tendrán paz, podrán aducir que la felicidad se encuentra en los momentos felices que les surgen en la aceptación de su condición creada, pero tendrán que mentirse continuamente y justificarán que los que tienen otra condición considerada “normal”, también sufren y tendrán razón, todos aquellos que no han logrado superarse a sí mismos en el autoconocimiento sufrirán, de una u otra manera, ellos al menos intentaron entrar dentro de la nueva normalidad, y ser parte de un nuevo orden o género…

¿Pero? Solo en el papel, solo en las leyes del hombre, allí podrá ocultar todas sus perversiones sociales, intelectuales, psicológicas y mágicas, ¿Y qué pasa con las leyes universales? ¿Cuándo entran en acción?, bueno: estas siguen actuando siempre, a ellas no les importa que el hombre decida sobre su cuerpo, porqué sufrir es ley, algunos le llamarán la ley del Karma, otras la de causa y efecto, otros la de acción y reacción, para el efecto es el mismo, si quieres contravenir una ley, esta te castigará las veces que sea necesario hasta que logres superar ese obstáculo, nadie que sea hombre podrá ser mujer, así lo diga un papel, nadie que sea mujer podrá ser hombre, así exista una ley del hombre que lo señale, la creación siempre será solamente en la complementación de los dos géneros, lo demás es solo grilla y perversión.

 Ni siquiera la sicología entiende dentro de la normalidad psicológica la diferenciación del papel, para curar se requiere por fuerza saber el sexo de nacimiento, hasta para vacunarse, solo existen dos sexos.

 Referente a sí el cuerpo es propiedad de la mente, les diría que no. El cuerpo le pertenece a la tierra, al universo, todos los elementos del universo están contenidos en él en la misma proporción en el que están contenidos en el universo. El cuerpo es un vehículo para transito en esta vida y en este espacio, es un contenedor de conciencia, no de mente. Cuando la conciencia está dormida, la mente se enseñorea, bastará darle un pequeño golpe para que modifique todos sus patrones y entre al orden, bastará con que fluya con las leyes y se respete al cuerpo y a la creación como lo que son: la perfección andando. El cuerpo es el templo del dios interior, que debe ser respetado, cuidado, alimentado, protegido, mimado, no debe de provocársele ningún estrés, eso genera enfermedades y destrucción de sus valores.

 Aquellos que han perdido a su conciencia, pierden el cuerpo fácilmente, no tienen una escala de valores sobre sí mismos, aunque al exterior muestren una cara de respeto o de molestia ante las acciones injustas, desvían la semántica del respeto hacía si mismos para permitirse ellos el daño, un suicida justificará siempre su muerte ante cualquier tribunal una vez muerto, culpará a la sociedad, al ambiente, a dios, pero no a él, un sodomita, culpará de igual manera a todo lo que hay fuera que lo induce casi obliga a serlo, una madre que no respeta la creación decidirá sobre otro ser, por no respetarse a sí misma, aducirá ser dueña de un cuerpo que no sabe cuidar, no sabe hacerlo templo, solo quiere llenar sus vacíos que solo son mentales.

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