Despertar Poético

Autor:  José Luis Valencia Castañeda

¿De qué te guardas?

Son tiempos convulsos,

La muerte se pasea con abanico en mano,

El hombre teme por sí mismo,

El hombre teme de sí mismo.

Los días no aguardan la nueva esperanza,

Esta ha caminado a mejores días,

Ahora busca entre los rincones,

Una salida que la lleva ti.

La esperanza ahora es solo una palabra,

Ya no es usada por los necios,

No es usada por los amantes dolidos,

Ni por aquellos que justifican su suerte.

Ahora pertenece al presente,

Pertenece al hombre de hoy,

La ha encarcelado,

Porqué lo han obligado.

¿Quiénes obligan al hombre?

¿Las penas?, ¿la sociedad?

¿Las circunstancias?

Nadie lo obliga, que no sea él mismo.

El mí mismo es esperanza,

Que saca la cabeza a tomar aire,

Cuando la muerte lo atosiga,

Cuando deja correr hacia ella.

¿Para qué te guardas?

Si la muerte no tiene prisa,

Si a los hombres no les importa,

Si la vida es hoy.

¿Para qué te guardas?

¿Para tus noches solitarias?

Si la vida es hoy,

La esperanza es hoy.

Nadie te espera,

La venida es en solitario,

La consciencia es personal,

El inframundo es enorme.

Los gusanos son pacientes,

Los dolientes son oportunos,

Ellos esperan la muerte,

No la suya, sí la del mundo.

¿Para qué te guardas?

Si puedes vivir hoy,

Si puedes volar hoy,

La imaginación es infinita.

Infinito el universo aún,

Infinita la sabiduría,

También la idiotez,

Pero eso no tiene importancia.

¿Para qué te guardas?

Si los sueños son gratuitos,

Si la muerte del cuerpo es inminente,

Debes experimentar hoy,

El mañana es esperanza,

Y la esperanza es fatuidad.

Guarda las experiencias,

Guarda la felicidad,

Guarda el amor,

Guarda la verdad,

Guarda la luz.

A eso te debes,

Te debes a la esencia del sol,

A la esencia del viento en tu cara,

A la frescura del agua en la vida,

Al tacto de la tierra que fija.

Guárdate de ti,

De tu engaño,

De tu debilidad,

De tu miedo.

Guárdate de tu impaciencia,

De tus filias,

De tus fobias,

De tus esperanzas,

Guárdate de ti.

Guárdate de lo que no haces,

De lo dejas para mañana,

De lo que piensas sin actuar,

De lo que brindas sin amar,

Guárdate de ti,

Que el amor no es ciego,

Es la luz que te elevará,

Y llevarás la maleta llena,

¿O vacía?, tú decides.

Guarda las apariencias,

Allá donde el olvido las polvea,

Donde tus enemigos sueñan,

Guárdalas de ti,

De lo que eres y quieres ser.

Guarda la memoria,

Para tus hijos,

Pero no para la muerte.

Guarda las riquezas en la trascendencia,

No para el tártaro,

No para Xibalbá,

No para el inframundo,

No para el panteón.

Guárdate de ti,

Eres tu enemigo,

Pero eres tú héroe,

Elige el camino amarillo.

Eres el guía,

Eres el conductor,

Eres el anverso y reverso,

Eres el todo, el todo es en ti.

¿Para qué te guardas?

Para morir sin esperanza,

Para morir sin trascendencia,

Para morir, por ser mortal,

Si la inmortalidad está rondando la esquina,

Y la esquina es hoy,

El mañana ha desaparecido,

Puede no ser,

Puede no estar,

Puede no llegar.

Guárdate hoy,

Guárdate ayer,

Guárdate mañana,

Que la vida se manifiesta en todos los tiempos.

Pero no te guardes para aquello que no es,

Lo que no es, no eres,

Lo que eres, es hoy,

El hoy es el todo, el todo eres tú,

El todo está en ti mismo,

En tu dualidad, guárdate de ti.

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