Despertar Poético
Autor: José Luis Valencia Castañeda
¿Existe la oscuridad?
Vivimos en un mundo dual, existe el bien contra el mal, existe la luz contra la
oscuridad, existe lo blanco contra el negro, podrán señalar que existen miles de
colores con los que el humano puede manifestar su realidad, pero son solo los
matices de cada uno de esos puntos, de cada uno de esos extremos, ¿Y cuál es
el otro extremo al cuerpo físico? Debe existir su dualidad ¿Cuál es el otro extremo
al alma? Debe existir su dualidad. Esas interrogantes son complicadas de explicar
sin adentrarnos en la teosofía, que es la sabiduría de Dios, la sabiduría de todos
los tiempos, sin la contemplación del espacio o del tiempo, es el descubrimiento
de la realidad, contra la otra realidad que hoy manifiestas como real.
Podemos ejemplificar con la naturaleza, el hombre cuando empieza a vivir y a
experimentar en la naturaleza, descubre las leyes que la rigen. No podría explicar
muchas de ellas, pero sabe que existen, como la ley de gravedad, sabe que es ley
golpearse si se tira de cabeza subido en alguna mesa. El común no entenderá la
aceleración, la fuerza que lo lanza al vacío y el golpe que se da al tener un
obstáculo que se interpone en su caída, lo que si sabe es que depende de la
altura en la que se lance, es el tamaño del daño que su cuerpo recibe. Así que
vivir, requiere de la sabiduría de esta ley. Ningún ser común con ansias de vivir es
capaz de lanzarse de cabeza de un acantilado para saber cual es el grado de
daño que podría sufrir, intuye que sería lo suficientemente fuerte como para morir.
Así en la teosofía, al igual que las leyes naturales, vas aprendiendo conforme vas
intuyendo o experimentando, eso te va generando una nueva visión, una nueva
realidad, que los teosóficos le llaman: “la realidad”, contrapuesta a la que
consideras “tu realidad”, y no es que se necesite contradecir las enseñanzas
actuales impuestas, es solo el progreso natural de todos los seres. Así podemos
deducir que el alma tiene su dualidad, al hombre con alma se le conoce a aquél
que ama a la sociedad, que ama al prójimo, al hombre, a su ser; al hombre sin
alma, se le conoce como desalmado, un ser carente de consciencia, de ética, de
entendimiento o moral.
Cualidades del hombre con alma, el alma nos confiere la calidad de hombres hijos
del dios creador y benevolente; los hombres sin alma, se le confiere la calidad de
alejamiento del ser supremo, alejado de la bondad, eso les da la libertad de ser
inhumano, despiadado, cruel y sanguinario, ha perdido la esencia de lo supremo,
es un ser sin espíritu, sin ánimo. La persona con alma, es por esencia buena,
amante de la vida en toda su manifestación, servil y cuidadora, alejada de toda
manifestación de maldad, defensora de la vida.
El alma, las religiones la señalan como la sustancia espiritual e inmortal de los
seres humanos, es la que sostiene la vida o espíritu, se manifiesta en toda la
creación. Todos los seres vivos tienen alma, es el principio sensitivo e instintivo en
los animales, y el vegetativo que acrecienta a las plantas, si se les retira, todo ser
vivo muere, aunque en el hombre la muerte no sea del cuerpo físico, sino de la
sustancia invisible al ojo no entrenado. Hay personas con capacidades
sorprendentes que pueden ver el alma en un cuerpo, con esa visión pueden
identificar a aquellas personas que su alma está a punto de morir, que está
corrompida, que está enferma, que está sufriendo, lo ven en colores, los colores
son los matices que están entre un alma buena y un alma no buena.
La oscuridad también le llega al alma, una persona común puede identificar a un
desalmado por los actos que comete, no por lo que puede pensar o rumiar, hasta
que las cosas suceden se pude saber que tan contaminada estaba el alma del
personaje, más aquellos seres que tienen el don de verlas, son capaces de
identificar cual alma está a punto de perderse, y el ser que la carga se convertirá
en un ser que ha perdido la humanidad, también pueden identificar la eternidad de
las almas, al menos en el registro del tiempo conocido, pues pueden hablar con
ellas.
Hace unos días, caminando por la calle, observando el tránsito de las personas,
veía sus actuares, platicaban, veían, reían, lloraban, el tráfago se los comía, me
quedé pensativo, ¿Sabrán que tienen un alma que cuidar? Todos ellos tienen un
alma, sus colores variaban entre amarillos, azules, violetas, cafés, grises y negras,
sé, que no todos tienen conciencia de lo que son, creen que la vida se divide entre
aquellos que sufren y los que son felices, que debe existir esa división entre malos
y buenos, que debe existir el timado y el timador, el asesino y el asesinado, creen
que la vida así se divide, que es así de simple, los asesinos y timadores van por la
vida buscando incautos a cuales infringirles un daño, lo acechan y disparan, saben
que el timado o muerto reconocerá en ellos su destino, porqué ya tienen en sí
mimos el pensamiento de negatividad, sienten que el destino funesto les ha
tocado.
Los asesinos, son unos desalmados, que aceptarán las consecuencias de sus
actos, aún poniendo algo de resistencia ante lo imponderable. Los timados, la
contraparte, también aceptará el destino cuando se le presente, porqué no sabe
distinguir entre los matices cuál es el mejor para él, ha venido trabajando con la
energía baja, ha venido viviendo con cargas emotivas de negatividad, se le
reconoce con las frases de “yo no puedo”, “yo no lo merezco”, “yo soy el culpable”,
“yo lo busqué”, así baja las defensas y es la comida de los desalmados.
Mientras que los timadores, su ala de oscurece día a día con cada uno de los
actos, la manifestación en su cuerpo físico se verá en la mirada turbia y tosca, se
verá en su desprecio por la vida, por su falta de empatía y por la aceptación de lo
negativo como parte integra de sí misma. Mientras que los timadores, su energía
ira entre café y gris, opacando la luz, el timador no tiene salvación, morirá de
manera dramática y violenta, y pocos lamentarán su partida. El timado por su
parte, morirá después de mucho sufrimiento, su alma busca sufrir lo más posible
como medida de redención a algo que solo él entiende, sus muertes se dan
después de mucho tiempo en agonía, están alineados con los mártires, consideran
que el cielo prometido por la religión se gana sufriendo, eso hace que su energía
baje, se vaya oscureciendo, pero no se enfocan a matar el alma, solo a hacerla
participe del dolor, porqué creen que con el dolor alcanzarán lo eterno.
¿Es malo? Sí, lo es, pero si su alma necesita el dolor y el sufrimiento para
superarse, lo hará de buena gana, pero si su alma entiende el mensaje antes de
lograr el clímax del dolor, aprenderá y cambiará el rumbo, en ese momento, el
color de su energía cambiará. Muchos de nosotros hemos coincidido con personas
que nos llenan de paz, de amor, de armonía y decimos que esa persona en una
luz en nuestros caminos, que nos ilumina y nos enseña la ruta más segura,
decimos que es una luz.
También hemos coincidido con personajes que su turbiedad nos atosiga, si
nuestra vida tuviese que experimentar la falta de valores morales, nos uniremos a
su grupo y empezaremos a azotar a almas sufridas y empezaremos a oscurecer
nuestra alma, hasta el grado de hacerla desaparecer y perecer, nada hay más
ingrato para la creación y la vida, que un ser sin alma, se convierte en un zombi,
que no piensa por sí mismo, ha dejado de pertenecer a la humanidad, para pasar
al grupo de la oscuridad, el camino para ellos es ancho y con muchos letreros:
drogas, alcohol, fiestas, sexo, comilonas, grupúsculos, dinero, poder.
Todos esos satisfactores son grandes alentadores de la oscuridad, cuando caes
en uno, se te hace más sencillo experimentar en otro, y cuando menos lo esperas,
estás metido en un hoyo difícil de salir, para ello requieres conciencia o un alma
madura y fuerte. Los que están experimentando con el dolor, ajeno y propio, son
almas jóvenes que quieren experimentar. Aquellos que buscan la comodidad, la
paz, el amor, el sosiego, son almas viejas, que ya aprendieron todo lo que trae
consigo el dolor.
El alma se puede ir oscureciendo, igual que se puede ir alumbrando, para ello se
requiere ir caminando el camino hacia atrás, dejando todo aquello que te molesta,
todo aquello que te daña allá, a donde pertenece, es una regresión, por ejemplo, si
adquiriste la costumbre de robar cuando eras niño, hurtando pequeñas cantidades
a tus padres, después pequeños robos en las tiendas, aunque monetariamente
sean poco significativos, si te tomas confianza porqué has adquirido cierto grado
de experiencia y confías en que no serás descubierto, y si te descubren y logras
embaucar y salir bien librado, te sentirás seguro del camino, hasta que un día ya
no sepas como regresar.
Los malvados generalmente no aprenden las lecciones que les da la vida, pero el
tiempo siempre llega, un día, el día menos pensado, la vida les parará el alto,
encontrarán a la persona, a la acción o a la situación que los confrontará, que los
pondrá de rodillas: un accidente, una enfermedad o a otro personaje con más
maldad, poder y fuerza que él, cuando su vida penda de un hilo, si la quiere
conservar, tendrá que regresar todo aquello que no le pertenece, de la oscuridad,
deberá caminar a la luz, deberá iluminar su alma.
La oscuridad sí existe, pero también existe la luz, la oscuridad es el mal, la luz es
la bondad, la oscuridad es la ignorancia, la luz es la sabiduría, la oscuridad es el
odio, la luz es el amor, la primera ley de dios, la primera ley de la creación,
manifestada principalmente por las madres en favor de sus hijos, debemos
eliminar todo aquello que nos produce dolor, para poder iluminarnos, la ignorancia
es el dolor del no saber y no poder solucionar nuestros problemas por falta de
herramientas, nuestra lama necesita de luz, como los perros de áreas amplias y
libres para ejercitarse.