Despertar Poético

Despertar Poético



Autor: José Luis Valencia Castañeda

Las nuevas generaciones
Los niños salieron más hábiles que los viejos, y es que están con las revoluciones
mentales muy aceleradas, viven su tiempo como se los exigen: rápido, no cejan en
su empeño por hacer algo que los llene, de hacer algo que su espíritu les está
exigiendo. El día 29 de abril de 2022, en el cierre de la feria del libro de
Puruándiro, sucedieron cosas extraordinarias, entre la fiesta, los libros y las
interrupciones bruscas por personajes desesperados, sucedió la magia.
Estábamos en un estand, haciendo acto de presencia, revisando como se movían
las personas alrededor del café y los libros, mientras los presentadores se lucían
entre la música clásica y el rock, una mujer se me acercó y me preguntó por la
autoría del libro “Un pasado abrumador”. Le dije – es ella – señalándola con la
mirada. La persona, una señora amable, venía con una niña de unos seis años,
estaban investigando qué novedades traía la feria, algo nuevo debían de llevarse.
Mientras tomaba un libro de la editorial Art de VaC, miraba de reojo a la niña.
Después me preguntó sobre el origen de la escritora, le comenté que era de La
Barranca, una comunidad cercana a Puruándiro. Cuando lo supo, su rostro
cambió, y sorprendida me dijo: “nunca me había imaginado tener de cerca a los
escritores, mucho menos me imaginé que aquí, en mi pueblo, los hubiese, y
mucho menos que fuese una niña”. La miraba con orgullo y simpatía.
Me preguntó sobre el tema, le comenté que estaba interesante, bien valía la pena
leerlo y compartirlo. Tomó un ejemplar y se lo llevó. Al poco rato llegó la autora
acompañada de un medio local y realizaron una entrevista. La niña, segura, firme,
recta se desenvolvió, como si ese fuese su hábitat natural, hablaba con soltura,
explicando el cómo y el por qué había decidido escribir lo que escribió. Lo
importante es la acción, que pasó de ser una simple ilusión, una simple idea, lo
importante es que se haya concretado.
La historia sería una más del montón, una simple historia romántica, sino fuese
porqué despertó a una nueva visión a muchas conciencias. Empezó en una
presentación del libro “Anecdotario”, que presentamos en el Café ConSentido de
Puruándiro, a la presentación asistió la escritora con su familia. Mientras
exponíamos las peripecias vividas en una época gloriosa y revolucionaria del
anecdotario, entre un compañero y yo, una niña nos observaba, tomando los

comentarios como parte de sí misma. Se contraía cuando decíamos que hubo
meses donde comíamos poco y con las tortillas contadas, cuando comíamos solo
sopa de cebolla un día sí, otro también, gracias a nuestro sembradío de cebollas.
Se emocionó cuando señalamos que a pesar de todas las dificultades, de todas
las peripecias, aquí estábamos, ya viejos, con muchas experiencias, con grandes
triunfos personales, disfrutando de compartir aquello que nos parece lejano y ya
no tan malo, pues nos ayudó a forjar el carácter, y que ahora a ella le parecía
extraordinario, porqué demostraba que si uno se empeñaba en realizar alguna
actividad, si uno se empeñaba en lograr un objetivo, este se hacía realidad y
nosotros éramos el claro ejemplo de que sí se podía superar las adversidades si el
objetivo no se perdía.
Cuando terminamos la presentación, algunas personas nos reconocieron el
esfuerzo y nos dijeron que se sintieron identificadas, pues algunos de ellos
sufrieron carencias similares a las que nosotros sufrimos y ahora son
profesionistas reconocidos en su región. Que, efectivamente, las condiciones en
los años ochenta no eran tan cómodas como las de ahora, que hoy es
relativamente más simple salir, comunicarse o estudiar, pues hay muchas
opciones y que nosotros, al igual que ellos, abrimos los caminos.
Al final, le pedimos a la niña que nos externara su opinión. Ella agradeció el
espacio, nos llenó de elogios y se reflejó en nosotros, señalando que ella también
escribía y deseaba ser una profesionista. Así que le hicimos la propuesta de hacer
un libro y presentarlo en el café ConSentido. A lo cual accedió, pusimos fecha, y
se empeñó en realizar su trabajo, lo cual se vio reflejado en el libro físico.
Personalmente no dudaba de la capacidad y del genio de la niña, la seguridad con
la que habló reflejaba el nivel de compromiso que tenía consigo misma, sus
padres la dejaron hablar, respetaron su espacio y la dejaron hacer, confesaron
después, que no creían que lo lograra, no confiaban en que su hija pudiese tener
la capacidad que mostró.
Cuando empezó a tomar forma el libro, el padre fue el más emocionado, se
involucró de manera que permitió se agilizara la entrega, se comprometió con su
hija de la manera correcta, como debe hacerlo todo padre, apoyando el trabajo y
crecimiento de sus hijos. Reconoció que ni siquiera él sabía del potencial de su
hija, pero que estaba allí para apoyarla. Eso liberó muchas tensiones familiares, la
madre orgullosa, los hermanos participativos, fueron testigos de que el trabajo
bien realizado y mejor enfocado da resultados satisfactorios.
De aquel anecdotario nadie se acordaba, ni siquiera los autores estaban
interesados en seguirlo difundiendo, se había diluido como las flores de una
noche, pareciera que los desvelos y las hambres no eran alicientes para presumir.
Ahora era mucho mejor presumir algo que no fuese la pobreza, a pesar de que la

pobreza material fue la que logró sacar el poder intelectual y emocional de
aquellos jóvenes.
Ahora solo se hablaba de la pequeña jovencita que había logrado lo que ningún
otro escritor de la región había hecho, escribir un libro a los quince años. Pero yo
sí recordaba cual fue el detonante, no fue el libro en sí, fue la conexión de sucesos
lo que provocó que se incitara el ánimo artístico. El anecdotario tiene como
descendiente a Un pasado abrumador, y este tiene como hijo a la unión familiar de
la escritora, tiene como resultado una atención distinta de sus padres y hermanos.
Ese logro no es sencillo, las relaciones familiares no son sencillas nunca, siempre
hay pequeñas fisuras por donde sacamos nuestras bajas pasiones, hay mucha
violencia, ira, desesperación, rabia, envidia, celos, todo aquello que nos hace
sufrir. El padre orgulloso dice que su relación con la niña va a cambiar para bien,
el acercamiento antes lejano, ahora es cierto y cercano.
La señora que no se imaginaba que en su pueblo existieran personas con genio e
inteligencia más allá del común, ahora entiende que sí, que la mente es la que
juega las malas pasadas y que una vez domesticada, podrá crear lo que se le
indique, verá a su hija pequeña y podrá decirle con conocimiento de causa que
sus sueños pueden ser convertidos en realidad, una vez puestas las manos a la
obra, tendrán como ejemplo a una pequeña escritora, que salió aparentemente de
la nada, pero que sabemos nosotros, que solo fuimos un escalón más, en el que
ella se apoyará en su vida.
Hoy empezó temprano, eso le dará la oportunidad de tomar ventaja ante aquellos
indecisos que no saben aun lo que quieren, ante aquellos que no se atreven,
ahora será un ejemplo para aquellos indecisos. Ahora, en la escuela, dejarán de
burlarse de ella por escribir, ya no tendrán valor moral aquellas palabras de burla
cuando descubrían sus frases, ahora querrán ser ellos también los protagonistas
de una historia nueva, y no viral, no de memes, sino de crecimiento personal.
El segundo libro, estoy seguro será mejor, ya tendrá la experiencia del primero, ya
sabrá que es simple, que es sencillo, solo bastará dejar que la imaginación tome
las riendas del lápiz, o del teclado, y que el genio empiece a trabajar arduamente.
Ahora es un ejemplo para las autoridades, que maratónicamente desprecian la
cultura, aunque entiendan que un libro en la mano de un joven sustituye un arma,
un libro en la mente de un joven, lo aleja de la violencia, unas palabras sacadas
del interior curan el alma, los jóvenes sanos, con almas sanadas, serán hombres o
mujeres que harán un país enorme, donde lo que se entregue a cada creador
sean reconocimientos, premios o regalos.
Las autoridades deberían estar más cercanas a estos seres creadores, deberían
de participar más con las personas que buscan ser mejores. La sociedad no
participa toda de la política, pero un político sí tiene la obligación de participar en
el bienestar de las personas, y el bienestar no solo es alimentos o regalo de
dinero, es enaltecer el genio, es reconocer que hay almas sensibles, que pueden

describir a una sociedad en su momento, que pueden describirse tal y como
fueron y que lograron dejar atrás aquello que ya no son, porqué los perjudica.
Aquella tercera feria del libro de Puruándiro, dejó cosas buenas, dejó
satisfacciones, dejó promesas, dejó inspiración, dejó a decenas de niños
pensando en que todo es posible si lo piensas, dejó a los niños inspirados
queriendo ser creadores, igual que aquellos viejos del anecdotario, igual que
aquella niña de Un pasado abrumador, así compartiendo el título con nuestra
experiencia.
Entendemos que lo abrumador quedó en el pasado, que hoy solo se vive bien,
con paz y tranquilidad, señal de que las cosas se han hecho de la manera correcta
y que aún nos queda algo de tiempo y energía para empujar a aquellos que vienen
atrás caminando, sin saber cuál de los caminos tomar. Nosotros hemos recorrido
algunos, sabemos cuáles son seguros para llegar a viejos y no tenemos empacho
en mostrarlo.
Bienvenidos sean aquellos jóvenes que traen ímpetu de crecer, de crear y de ser
ejemplos, bienvenidos todos. Loa por ellos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *