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Doctor Emilio García, el filántropo de Zitácuaro

Zitácuaro, Mich., a 15 de enero de 2017.- De la vida del doctor Emilio García en la actualidad es poca la información que se tiene y aunque son pocos los testimonios de la valía de este gran personaje su nombre ha sido inscrito en una de las principales calles de la ciudad de Zitácuaro y su más célebre frase se sigue recordando, “Solo el Saber y la Virtud no Mueren”.

El Doctor García, conocido así por la sociedad zitacuarense, nació en la ciudad de Guanajuato en mayo de 1847 y de acuerdo a los relatos que él mismo legó, sus padres eran gentes cultas, de buenas condiciones económicas y con ideas liberales.

Luego de terminar la primaria, el Doctor García continuó sus estudios en la Ciudad de México y al final de su carrera alcanzó el doctorado en medicina. A pesar de no haberse unido en matrimonio y hecho una familia, su filosofía era que su familia era la misma humanidad doliente y que a ella estaba consagrada su vida.

Fue en el año de 1873 cuando el filántropo llegó a la ciudad de Zitácuaro, habiendo un mutuo atraimiento con sus habitantes que duró por toda su vida, lo que se tradujo en servicios en forma desinteresada por un lado y en duradera gratitud por el otro.

A iniciativa de don Abraham Rivera, como una muestra de agradecimiento al ilustre Doctor García, se construyó un monumento y un jardín en lo que hoy es la calle Allende, afuera del mercado principal, lo que ayer fue el Hotel Internacional.

Su inauguración se realizó el 4 de mayo de 1893 un año después de su muerte. Dicho proyecto había sido planificado por el señor Enésimo López Couto. En dicha obra había sido construida de cantera y ahí tenía incrustadas placas de mármol con inscripciones que sintetizaron los méritos del filántropo. Su costo en aquel entonces fue de mil pesos.

Al pasar de los años, la edificación se transformó en un pobre monumento, ya destartalado y sin el merecimiento que antes se le había hecho patente. Entonces ya estorbaba a la gente que no sabía ni sentía nada por los buenos hombres, aquéllos que elevaron muy alto el nombre de Zitácuaro con su saber y con sus actos.

En total hubo cuatro cambios de este monumento. Sin embargo la historia siempre levantará su voz para honrar la memoria de los predilectos de Zitácuaro, pues al fin y al cabo, como dijo el gran filántropo, “Solo el Saber y la Virtud no mueren”, palabras citadas por el autor de “Zitácuaro, Recopilación Histórica”.

En un homenaje que se le realizó al doctor Emilio García, el escritor y poeta liberal don José Trinidad Pérez dijo en un fragmento que “El señor Doctor Emilio García coincidencia ha sido funesto este día para la H. Ciudad en uno de los aniversarios anteriores, las llamas del incendio devoraban sus hogares; en el de este año la noticia de la muerte del Filántropo querido, del liberal intransigente, del hombre estimable bajo todos los aspectos, se difundía con rapidez trovando el regocijo de aquel día de gloria para la Patria en la dolora realidad de un bien inestimable que se ha perdido y positivamente que al recibir la infausta nueva se produjo en nosotros algo así como asombroso recogimiento. Todos callamos, todos estuvimos atentos sin perder una sola palabra de lo que se nos contaba; nos invadió por completo el mutismo y la relación del acontecimiento penetró hasta nuestro corazón”.

El doctor García fue considerado por el poeta José Trinidad como un liberal inmaculado sin ser jamás intolerante. “En todo y para todo, lo bueno, digno y noble estuvo dispuesta su actitud y abierto estuvo su generoso corazón. Por eso fue que el pueblo en masa derramó lágrimas sobre su tumba y las colgaduras de crespón enlutan los hogares de la ciudad heroica. Es por eso mismo por lo que en público homenaje tributaban en estas líneas culto de gratitud y admiración a su memoria”.

Del Doctor García también hay un acta de cabildo en la cual señala “En la Heroica Ciudad de Zitácuaro del Estado de Michoacán de Ocampo, siendo las 14 horas del viernes veintidós de mayo de mil novecientos veinticinco, reunidos en la esquina que forman las calles de Cuauhtémoc y Calzada de Los Cedros que desemboca en la calle de Hidalgo un numeroso grupo de vecinos, H. Ayuntamiento, alumnos de la escuela elemental que sostiene la Junta Liberal ‘Benito Juárez’ con el objeto de cumplimentar el acuerdo del Cuerpo Edilicio consistente en reconstruir en el lugar antes mencionado el monumento que la gratitud del Pueblo de Zitácuaro erigió a la memoria del filántropo y eminente liberal Don Emilio García.

“El C. Willebaldo Carmona, Presidente Municipal, colocó un frasco en el centro del monumento, conteniendo dicho frasco la presente acta y un impreso invitando al público a este. Enseguida el C. Sacrovier Patiño, Diputado al Congreso, hizo uso de la palabra haciendo alusión a los motivos por lo que se siempre tuvo predilección y cariño demasiado entre toda la colectividad”.

Existía entonces la tradición de enterrar documentos y objetos, además del acta, donde se daba cuenta de los acontecimientos y motivos con el que se construían estos monumentos. Con el fin de que se mostrara el aprecio hacia aquel personaje o institución y por supuesto para dejar un testimonio para la posteridad.

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