Opinión

A U T O E X T E R M I N I O (ARENA SUELTA)

POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS

Los nuevos tiempos exigen mayor conciencia social, especialmente de aquello de lo que nos alimentamos; es decir, la producción de alimentos. En este momento producir nuestro alimento es una tarea que debe hacerse de manera sustentable, cuidando que sea amigable con el medio ambiente y aceptado por la sociedad.

La obtención de alimentos no tiene que ser convencionalmente con los insumos químicos, sino bajo alternativas productivas que incorporen insumos orgánicos, basados en la utilización de materiales orgánicos, destacando el uso de abonos, como la composta, lombricomposta o bioles. Lo que para muchos es desperdicio o desechos, es realmente un beneficio para el proceso productivo.

Los abonos foliares se aplican aeróbicamente y son ricos en fitohormonas, favorecen la germinación de la semilla, fortaleciendo la raíz de la siembra y la floración de las plantas, pero además ayuda al crecimiento de los nuevos retoños que sostendrán el fruto, brindándole una excelente calidad.

La tecnificación en la producción agrícola ha ayudado a impulsar la cantidad, pero no necesariamente la calidad, sobre todo en cuanto a lo que se refiere la riqueza nutritiva de las frutas, verduras, leguminosas, gramíneas y demás.

Los ciudadanos de hoy debemos volver al origen del traspatio, a la autoproducción y por lo tanto la suficiencia alimentaria, pues todo hombre o mujer del mundo, que tenga garantizado su alimento y además sea de calidad y cantidad, casi de manera inmediata logra un status quo, en el que prevalece la tranquilidad, la holgura y la saciedad.

Los beneficios de la producción de alimentos con abonos orgánicos van desde el ahorro de dinero, hasta la riqueza nutricional de la cosecha. Pues los suelos logran tener los más altos nutrientes para que puedan darnos frutos de gran calidad. El uso de microorganismos, como las bacterias y los hongos, ayudan a la descomposición de las materias fecales, reintegrando los nutrientes necesarios a la tierra.

La agroecología es la alternativa de producción que ayuda a la correcta fusión entre la alimentación, el medio ambiente y el ser humano. La tecnología de la agricultura ecológica no sólo es la mejor forma de hacer frente a los embates de devastación por la producción actual, sino que evitará que sigamos acabando con la tierra y dejando suelos erosionados, estériles y sin capacidad de producción, como en muchos territorios del país.

La producción agrícola no se puede comprender de manera correcta sin la conservación de los recursos naturales, que son elementales para producir alimentos de calidad, como lo son: el agua, el suelo y la biodiversidad. No debemos, ni podemos seguir acechando especies vivas, sólo por obtener una cosecha de frutas o verduras de buen tamaño y color, pues eso es tan inconsciente como considerar que el principio de Maquiavelo, que dice que “el fin justifica los medios”, es lo mejor y lo más aceptable.

El ser humano, además de abusar de su cuerpo, dándole alimentos vacíos de nutrientes y atiborrarle de enlatados, también le agrada matar especies y llevar hasta la extinción a plantas y animales con tal de tener una cosecha por la que puedan pagar dinero suficiente que le dé lujos y ganancias redituables, olvidándose del único planeta que tiene para vivir y de los cada vez menos recursos con los que contamos para apenas subsistir.

Es necesario y urgente volver a escuchar la tierra, percibir la devastación y mostrar humanidad por el entorno, de modo que podamos respetar el medio ambiente y hacer más llevadera la vida de las plantas, de los ríos, los lagos y toda especia que tiene una función vital para que podamos seguir viviendo.

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