Capitán IV (Despertar poético)
*José Luis Valencia Castañeda
Capitán IV
La tripulación ha ofrecido hecatombes, se relajaron en las blancas playas, bebieron el agua fresca y dulce de los pequeños veneros que parecía los esperaban, las frutas tropicales les dieron ánimo y energía, felices disfrutaron la alegría de haber tocado tierra, con jovialidad comienzan a caminar entre la selva, dando la buena nueva a los Itzáes, a los llamados “brujos blancos”, los fundadores de los grandes centros culturales, como Chichen Itzá, les señalan que junto a ellos, irán caminando la senda hacia la divinidad. Los recién llegados alaban a los “brujos blancos”, saben que son portadores del poder de trasmutar la energía que los elevará en el cielo, lugar a donde pertenecen los portadores de ese conocimiento…
- Llegamos Itzáes
Elegimos seguir el ascenso, al éter,
En esta tierra, aquí Edzná, el inicio…
Pureza que glorifica nuestro ser,
Hermana de ciudades liga el intersticio.
Mitin de almas puras, altas en espíritu,
Ganadoras del infinito transformado
En deseos de un nuevo ímpetu,
Estrellas fulgurosas en ser amado.
Pico de origen y destino, ¡Vayamos!
Caminemos, el día cero se acerca,
Llegar al cielo y paraíso que soñamos,
Luces irradian energía en nuestra puerta.
Tus hombres serios nos reciben
Jolgorio y destino no les coinciden
¿Aún no están preparados?
No teman, elegidos fueron por ser amados
Ubicados en el mapa del universo paralelo,
Cultivaron el orden y la ciencia,
Matemáticas, sol y escalpelo,
Conviven en nuestra conciencia
Itzamná, atendiste la cuidad primordial
Permitiste soñar la otra vida, ¡Loa guerreros!
Veneren a Ah Puch Itzáes, llegar es la señal
Proteger la ascensión y morir postreros
Días aciagos se avecinan –lo sé, ¡ánimo!
Solo es destino la espera,
Han cumplido, su tarea es camino,
Caminemos a la luz terrera,
Aquella que nos señala: reunión de almas,
Al centro de este nuestro universo.
No desesperen, blandan palmas,
Su mundo permanece oculto del perverso.
Admiren por última vez en esta Era,
A los hombres que protegerán su historia,
Los que destinó el universo y espera,
Rodearnos de beldad con sabiduría.
Loas y flores al camino, sea feliz despedida,
Amores a la evolución, lancen plácemes,
Muramos de apoco, para no sentir la ida,
Gocemos el instante, ¡Hombre, morir no temes!
Lanza la piel ajada al centro del universo,
Descúbrete formidable, luchas por lo eterno,
El destino te eligió, brazo terso,
Brillante protección del núbil tierno.
Continuará… ¡Dioses tiemblen!.. La muerte de los dioses