COLUMNA “BAJO LA LUPA” ‏ 07-06-16

LECCIONES DE LAS ELECCIONES

Me parece que después de ver lo sucedido en la elección en varios estados de la república, en donde estuvieron en juego 12 gubernaturas, la clase política en general, la que integra todos los partidos políticos, deberán de tratar de aprender la lección que les da esta elección. De manera general, observamos que el ciudadano común y corriente, ya se le está haciendo costumbre usar su única herramienta de combate a los malos políticos, su voto. En promedio, hubo una participación ciudadana del 51.24%, destacando la más alta en el estado de Durango, donde el 59.63% de los ciudadanos salieron a votar y le dieron el voto al PRI. Por otro lado, la participación más baja se dio en el estado de Sinaloa con el 44.33% y también ganó el PRI. Señalo quien ganó en donde hubo mayor y menor participación ciudadana, para echar abajo la teoría de que un partido gana sí hay poca  o mucha votación. Los sabios de la teoría política electoral, dicen que mientras menos participación ciudadana haya, es más posible que gane el PRI. Este domingo se demostró lo contrario.

EL VOTO DE CASTIGO

En esta elección del domingo 5 de junio, se demostró una vez más que el elector premia o castiga a los gobiernos y en esta elección, el primer y mayor castigado es el gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO, que a más de la mitad de su gestión, no ha sabido resolver los problemas torales del país, con una economía en picada, la inseguridad en aumento por falta de estrategias adecuadas, el empleo sigue siendo un cáncer y en suma, un gobierno que no ha podido. En lo particular, la ciudadanía de cada estado, hizo lo propio y castigó a quienes han hecho del poder público estatal, un negocio personal y no una forma de lograr mejores estadíos de vida para los ciudadanos.

EL PRI, EL GRAN PERDEDOR

De 12 gubernaturas en juego, el Partido Revolucionario Institucional, logró el triunfo en 5 estados, Hidalgo, Oaxaca, Sinaloa, Tlaxcala y Zacatecas. Retuvo el poder en 3, Hidalgo, Tlaxcala y Zacatecas, recuperando 2, Sinaloa y Oaxaca, sin embargo, fue derrotado en 7, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Puebla, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz. Es muy claro, que en los estados de Chihuahua, Quintana Roo y Veracruz, el castigo se dio al partido que llevó al gobierno a puros pillos, ladrones, tipejos que no gobernaron, sino solo llegaron al poder público para hacer negocios personales, pero en Veracruz y Tamaulipas hay un ingrediente adicional, la alianza de facto entre el gobierno y los grupos de delincuencia organizada, fue elemento sustancial para que los ciudadanos de esos estados vieran en otras opciones la solución de los problemas.

¿GANÓ EL PAN O PERDIÓ EL PRI?

Por supuesto que fue sorpresivo el triunfo del Partido Acción Nacional en 7 estados del país, pero solo conservó el poder público en 1, el estado de Puebla; ganó en solitario arrancándoselos al PRI: Aguascalientes, Chihuahua y Tamaulipas. El resto, Durango, Quintana Roo y Veracruz los ganó en alianza con el Partido de la Revolución Democrática. En este asunto del “triunfo” del PAN, habrá que hacer algunas consideraciones, entre ellas, una pregunta ¿Ganó el PAN por realizar un excelente trabajo político? O ¿Perdió el PRI por haber llevado al gobierno ladrones buenos para nada? Si he anotado en párrafos anteriores que en esta elección se dio el voto de castigo, pues es evidente que el que perdió es el PRI, al hacer malos gobiernos y llevar al poder público a malos gobernantes, de manera que el “triunfo” del PAN, deberá ser analizado con más tiento, ya que han salido quienes hacen “bolitas de gusto” pensando en que estos resultados, son el preludio de lo que acontecerá en el 2018. Nada más equivocado.

¿Y EL PRD?

El asunto del Partido de la Revolución Democrática, es patético. Cierto es que ¿ganó? En alianza con el Partido Acción Nacional los estados de Durango, Quintana Roo y Veracruz, solo que curiosamente, en Quintana Roo y Veracruz, los candidatos ganadores, no son de izquierda, sino que tienen tatuado en el dorso el logotipo del PRI, pero además fueron impuestos por el PAN, así que la única satisfacción que tendrán los perredistas es de que colaboraron para sacar al PRI de los palacios de gobierno de Veracruz y Quintana Roo. En el caso de JOSÉ ROSAS AISPURO TORRES, de una larga carrera dentro del PRI, El 30 de enero de 2010 renunció oficialmente a su militancia en el Partido Revolucionario Institucional, tras acusar al partido de marginarlo del proceso de elección del candidato a gobernador para las elecciones del mismo año y favorecer a Jorge Herrera Caldera. El 1 de febrero de ese año, el PAN, el PRD, el PT y Convergencia le propusieron ser su candidato a la gubernatura, lo que fue aceptado por él y oficialmente presentando como candidato de la alianza el mismo día, pero perdió. Actualmente es el candidato ganador de la coalición Unidos por ti (PAN – PRD) a Gobernador del Estado de Durango. Así que, nos debemos preguntar, ¿en esta elección hubo algún candidato perredista puro? No. Así las cosas, es evidente que aunque ¿ganó?, no  ejercerá el poder público ni podrá poner en práctica los principios filosóficos y programáticos que le dieron vida política. El futuro del PRD no es halagüeño, a pesar de la satisfacción que ha reflejado su presidente nacional AGUSTÍN BASAVE.

MORENA

Me parece que es el partido que logró grandes avances. Cierto, solo logró imponer su jerarquía en la Ciudad de México, cosa que ya se esperaba, sin embargo, lo hecho en Veracruz y Zacatecas, hablan de un buen trabajo político que ha aprovechado los errores de sus opositores, penetrando en la población. Pareciera que sí el PRD quiere conservar su filosofía de izquierda, solo lo podrá hacer en alianza con MORENA, no tiene de otra y por su parte MORENA debe entender que solo no podrá con los partido tradicionales, que cuentan con grandes estructuras político electoral.

LECCIÓN FINAL

Una de las grandes lecciones que dejó esta elección y de la que se seguirá hablando por muchos días más, es que los partidos deberán sacar a sus candidatos a puestos de elección popular con una imagen impécula, que la imposición de candidatos será símbolo de la derrota y que los partidos que logren llevar candidatos al poder público, deberán supervisarlos para que no hagan malos gobiernos y los gobernantes, deberán de entender que la sociedad no está dispuesta a seguir tolerando a pequeños virreyes, que hacen de los estados que gobiernan sus virreinatos privados

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