Opinión

Cuatro días de incertidumbre, dolor para toda la vida y la justicia no llega: caso Jessica Villaseñor 

Por: Esteban Patricio M.

Pasaron dos años desde que la moreliana Jessica Villaseñor desapareció, después fue encontrada muerta, y se atrapó a quien es señalado como responsable, pero hasta ahora la justicia no ha llegado.

Miles de asistentes a marchas generaron que la detención del presunto responsable fuera agilizada, pero una vez en los juzgados la justicia “perdió velocidad” y entre estrategias de abogados y la burocracia, la familia incompleta sigue en espera de un veredicto que parece casi cantado.

EL CRIMEN QUE PUSO A MICHOACÁN EN LA MIRA

Era 21 de septiembre cuando Jessica González Villaseñor salió de su casa, ubicada en la colonia Mártires de la Plaza, de la ciudad de Morelia, eran casi las 5 de la tarde.

La joven maestra de apenas 21 años no regresó a casa, al día siguiente sus familiares no conocían su paradero, sabían que algo pasaba, decidieron presentar la denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) de Michoacán.

A partir de ese momento, familiares y amigos iniciaron sus acciones de búsqueda y convocaron a movilizaciones, a las que se sumó la población y colectivas feministas, pues al denunciar la desaparición en el Ministerio Público le respondieron: «hay que esperar, porque tal vez se fue con el novio o anda de fiesta».

Las manifestaciones reunieron a miles en las calles de la capital y poco después se revelaron pistas que incriminan al joven con el que Jessica mantenía una relación: Diego Urik.

Una de esas pistas fue su intento para que le dieran “limpieza profunda” a la cajuela de su auto en un autolavado, al cual nunca regresó por el vehículo.

El hermano de Jessica, Cristo Adán, expuso en esosdías a medios de comunicación que a pesar de que la FGE tenía pistas de lo ocurrido, no agilizó las investigaciones para dar con el paradero de su familiar.

Detalló que entre esos indicios estaba el señalamiento de un principal sospechoso, la persona con quien Jessica estuvo por última vez.

El hermano narró que la Fiscalía argumentó que primero le debían enviar al menos seis citatorios para que el señalado se presentara a declarar voluntariamente.

Para el 24 de septiembre la situación fue similar, las manifestaciones en la capital michoacana fueron en torno a la desaparición de Jessica, y se enfatizó el repudio por la violencia contra la mujer.

Surgieron entonces los señalamientos de que Diegoera pariente del titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO) en Michoacán, Jesús Melgoza, aunque el funcionario rechazó esto en redes.

El viernes 25 de septiembre, las manifestaciones se trasladaron a la residencia oficial de gobierno y, posteriormente, a la Fiscalía del estado, donde recibieron la noticia de que se había encontrado a la joven sin vida.

Las manifestaciones arreciaron con centenares demujeres exigiendo la detención de Diego, la última persona que estuvo con Jessica, las movilizaciones como la del sábado 26 de septiembre llegaron a las pintas en paredes de la capital y la quema de la puerta del Palacio de gobierno, acciones que han generadocontroversia. 

El 28 de septiembre la FGE anunció el ofrecimiento de una recompensa de un millón de pesos por datos del paradero del joven, las redes se inundaron con su imagen y para el 30 de septiembre finalmente lo detuvieron en Cihuatlán, Jalisco.

LA JUSTICIA QUE NO LLEGA

El proceso para el presunto feminicida se ha prolongado por dos años con acciones de sus abogados para intentar alargar lo más posible el juicio, con estrategias como intentar invalidar el proceso con amparos, hasta no presentarse en audiencias para posponerlas.

El dicho de una “justicia pronta y expedita” es un mero adorno inamovible que solo ve pasar el tiempo mientras el presunto responsable está sin un castigo.

Los malos signos de esta lentitud llegaron desde el inicio del proceso oral del caso, pues en el segundo semestre de 2021 pero Diego Urik pospuso la presentación de su defensa en tres ocasiones, con lo que el proceso se prolongó por casi tres meses.

También en agosto de 2021 el equipo jurídico del acusado, conformado por cuatro juristas, se dedicaron a cuestionar a los testigos, -que en esta ocasión fueron 4 agentes de la Policía de Investigación-, sobre su preparación académica, cargos que han tenido, cursos a los que han asistido y hasta solicitaron que indicaran el número de hojas en el que elaboraron el reporte del hallazgo del cuerpo de Jessica, con la intención de deslegitimar sus declaraciones.

Esto provocó que, el juez amenazara a los abogados con sancionarlos con 20 UMAS en caso de continuar con preguntas de está índole y les recordó a los juristas, que la audiencia no se trataba sobre la preparación académica o experiencia laboral de los agentes investigadores de la FGE.

“Al único que le han hecho valer sus derechos es al homicida, quien por ser de familia adinerada ha recibido trato especial”, en entrevista ante medios la madre de la víctima, Verónica Villaseñor, aseguró que han sido dos años de dolor y de lucha, “porque no desistiremos hasta que se haga justicia”, señaló.

Una nueva manifestación se realizó el pasado 22 de septiembre para protestar por esta lentitud en la resolución del caso de Jessica, e incluso en esa movilización, muchos se sorprendieron al darse cuenta de que pasaron dos años de aquellas noticias que horrorizaron a miles.

En ese entonces los detalles de cómo encontraron el cuerpo de Jessica en un cerro de la capital michoacana, horrorizaron a millones, pero ahora la lentitud de la justicia a pesar de las pruebas y de los señalamientos, causa indignación y pone en evidencia que además del ambiente de violencia en Michoacán, hay algo más que también está mal.

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