Despacio que llevo prisa. (Despertar de la tierra)

Despacio que llevo prisa.

La tierra tiene prisa, por eso va lenta, así no tendrá problema para que el hombre muera sin siquiera notarlo, sin reclamar justicia, sólo morirá y ya. Estamos conscientes los hombres que tampoco nos preocupamos en salvarnos, vivimos como si la tierra fuera eterna y consumimos tantos recursos como si fuesen ilimitados. Le exigimos a la tierra más de lo que le retribuimos. Quizá mañana ya no haya lo suficiente y el hombre tenga que recapitular y tomar las acciones que hoy no está dispuesto a hacer, el egoísmo que hoy ostenta no le alcanzará para sobrevivir. Ya sabemos que los recursos naturales no son infinitos, apenas nos enteramos, aunque a ser verdad nuestros antepasados lo sabían y los cuidaban para que duraran.

 Los problemas de persistencia parecen ser los mismos en todas las sociedades, pequeños grupos queriendo salvar lo insalvable, luchado contra una tierra cada vez más deteriorada y contra mentes cuadradas que no quieren entender el problema en el que están metidos. La tierra está luchando por mantenernos y nosotros parece que nos unimos para empujarla al abismo. La FAO, la ONU, Greenpeace, y varios organismos no gubernamentales están lanzando alertas sobre el cambio climático, lanzando alertas sobre la contaminación del aire, del agua, de la tierra. La FAO señala que el suelo es un recurso finito.

En El Despertar de la Tierra sabemos que es falsa esa afirmación, la tierra es infinita si es trabajada en simbiosis, si cumplimos con los ciclos naturales. Lo que señala la FAO y tiene razón es que la pérdida y degradación de los suelos no es recuperable en el transcurso de una vida humana, sin que señale a qué espacio de tiempo al que equivale una vida humana. Lo que sí es preocupante y en gran medida, es que los suelos están siendo bombardeados por millones de sustancias dañinas para ellos y que están pasando a los alimentos, lo mismo que sucede con el agua, que está siendo saturada de elementos dañinos para la vida, tanto vegetal, como animal. El mismo suelo contaminado es una fuente de contagio del agua y del aire, al alimentarnos nos enferma a todos los seres vivos, sin suelos sanos no se pueden producir alimentos sanos, y aun el 95% de los alimentos se producen directa e indirectamente en los suelos.

Los suelos si son sanos ayudan a producir alimentos sanos, y son una buena herramienta contra el cambio climático, son buen soporte para filtrar el agua, ayudan a controlar inundaciones y sequías. Muchos estamos preocupados por el cambio climático, enfocados en las variaciones del clima, en los eventos que dañan la actividad económica y la estabilidad social, de manera catastrófica. Estamos enfocados a lo general, a lo mediático, a lo que produce muchos reflectores por sus magnitudes, como olas de calor o derretimientos de masas de hielo, y no están enfocados a la unidad en el origen de la vida, no nos enfocamos en los suelos.  La tierra y todos los seres vivos estamos siendo afectados por la contaminación de los suelos; aunque el hombre es el mayor destructor de hábitats, es el que menos está haciendo, ni siente los cambios, mientras haya comida.

La FAO señala: “La contaminación del suelo provoca una reacción en cadena. Altera la biodiversidad del suelo, reduciendo la materia orgánica que contiene y su capacidad para actuar como filtro. También se contamina el agua almacenada en el suelo y el agua subterránea, provocando un desequilibrio de sus nutrientes. Entre los contaminantes del suelo más comunes se encuentran los metales pesados, los contaminantes orgánicos persistentes y los contaminantes emergentes, como los productos farmacéuticos y los destinados al cuidado personal”. 

Muchos de los contaminantes de los suelos son arrastrados por las aguas usadas en el riego, y los productos químicos como fertilizantes, herbicidas o fungicidas usados en la producción de alimentos son también arrastrados por las aguas, contaminando todo un hábitat. Ya leímos las consecuencias de una hiperfertilización usada en las márgenes de los afluentes del amazonas ,que nutre a las algas del Océano pacifico cerca de las costas de África y que terminan en el Caribe. Esas aguas fueron contaminadas por suelos contaminados y viceversa, los suelos son contaminados por el uso de aguas contaminadas, como sucede en el Valle del Mezquital, y todas esas sustancias dañinas son las que comemos al ser trasladadas a los alimentos.

La contaminación de los suelos tiene un efecto devastador, afecta a todas las formas de vida, y las prácticas poco sustentables que aplican los agricultores que tienen la obligación de dar alimentos a toda costa a un aglomerado cada vez más grande y más exigente está llevando a los suelos a la desertificación y a los mantos acuíferos a la degradación, es un ciclo bastante simple de exponer, un suelo contaminado liberará contaminantes a las aguas subterráneas o de riego por donde pasa, estas aguas trasladan los contaminantes a los tejidos de las plantas, estas plantas los pasan a los animales que pastan, a las aves que se alimentan de sus semillas y al final a los humanos que consumen tanto plantas como animales.

Si el ciclo de contaminación fuese por el agua, sigue la misma línea, si la contaminación fuese por el aire sigue la misma línea, el polvo que arrastra el viento se acumula en los suelos contaminándolos, después el agua hace el siguiente trabajo, todos estos contaminantes arrastrados por las aguas, suelos o vientos y que se trasladan a toda la cadena alimentaria está provocando en el hombre muchas enfermedades y eventualmente causará una mortandad terrible, pues la ingesta de alimentos contaminados produce a corto plazo diarreas o malestares estomacales, y a largo plazo cáncer. Hemos visto como han proliferado este tipo de enfermedades, sabemos que mucho de esto tiene que ver las acciones que realizamos en la producción de alimentos o las acciones que hacemos para dañar al planeta.

Señalábamos que a largo plazo la ingesta de contaminantes puede producir cáncer y un informe del INEGI señala que es la principal causa de muerte a nivel mundial. En 2015 murieron 8.8 millones de personas por esa enfermedad en sus cinco formas conocidas. Por si fuera poco, la contaminación de los suelos va más allá aún, no sólo las enfermedades que causa debido a la transmisión de contaminantes a los alimentos, el usar fertilizantes, herbicidas y fungicidas, estamos reduciendo año con año el rendimiento por hectárea y estamos reduciendo la calidad de los cultivos, los nutrientes que deberían de aportarnos los alimentos son de ínfima calidad, y el único responsable de tal degradación somos únicamente nosotros los humanos, reducir la tasa de consumo es una alternativa para mejorar los suelos, consumir únicamente lo que necesitamos para vivir ayudará mucho al planeta.

Les dejo tres puntos que la FAO considera importantes en el cuidado de nuestra salud alimentaria, derivada del uso de suelos.

1. La contaminación del suelo afecta a todos los ámbitos. Los alimentos que comemos, el agua que bebemos, el aire que respiramos, nuestra salud y la de todos los organismos del planeta dependen de un suelo sano. El contenido de nutrientes de los tejidos de una planta está directamente relacionado con el contenido de nutrientes del suelo y su capacidad para intercambiar nutrientes y agua con las raíces de esa planta.

2. La contaminación del suelo es invisible. Hoy en día, un tercio de nuestros suelos están moderadamente o muy degradados debido a la erosión, la pérdida de carbono orgánico, la salinización, compactación, acidificación y la contaminación química. Se necesitan aproximadamente 1 000 años para formar 1 cm de capa arable superficial, lo que significa que no podremos producir más suelo en el transcurso de nuestras vidas. El suelo que vemos es todo el que hay disponible. Sin embargo, los suelos se enfrentan aún a más presión debido a la contaminación. La tasa actual de degradación del suelo amenaza la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades más básicas.

3. La contaminación del suelo afecta a su capacidad de filtrado. Los suelos actúan de filtro y amortiguador para los contaminantes. Pero el potencial del suelo para hacer frente a esta presión es finito. Si se supera la capacidad del suelo para protegernos, los contaminantes se filtrarán (y se filtran) a otros elementos del entorno, como nuestra cadena alimentaria.

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