El demonio y sus huestes (Despertar de la tierra)

El Demonio y sus huestes

El demonio fue inventado para hacer del hombre un ser malévolo, un ser surrealista y sobrenatural. El demonio es una fuerza maligna y esa fuerza maligna  llena de inteligencia es la que ha estado dominando la tierra desde hace varios siglos, que fuera de los preceptos religiosos o místicos, los demonios se han encarnado en todo hombre malvado, en todo aquel ser que sacrifica el futuro de la humanidad, por un pedazo de tierra en esta vida, en este ahora, los demonios son encarnados en todo aquel personaje que ha interpuesto los intereses propios ante los intereses de los demás, ejemplos son todos aquellos que juegan con la vida ajena como si fuese una partida de dados, modificando las conductas y los sueños del común, de aquella multitud disforme que puede ser moldeada acorde a sus intereses.

El hombre común pues ha sido presa de bajas pasiones desde el principio de los tiempos del hombre en la tierra, sus pasiones los ha llevado a una etapa de decadencia. La biblia en su alegoría del árbol de la vida lo señala con bastante precisión, que al comer la fruta del árbol prohibido, el hombre ha caído en lo más bajo, ha dejado de ser un ser inocente, ha caído en el pecado, y con él se ha sellado el destino de la humanidad y para levantarse solo debe de recurrir a la divinidad, aquella que puso la regla que lo tiro al vació, sin embargo, esa divinidad le da al hombre la libertad de redimirse, de volver por la senda de la bienaventuranza, y el hombre, ya lejos de esa alegoría interpreta a esa libertad acorde a sus pasiones, igual que cuando fue expulsado del paraíso, y la  usa para abusar de las mentes sencillas, haciéndolos caer en las redes del conformismo, del quietismo. Las mentes maestras de la estafa inventaron la otra vida, la vida del vividor, aquella donde los hombres viven sin el esfuerzo propio, eso les permite disfrutar del trabajo del extraño, aún a costa de la vida de aquellos que le sirven, pues los consideran seres inferiores, y la muchedumbre se deja domesticar por las pasiones. Las mentes malévolas, pusieron de intermediario al dinero, y avivaron la pasión de la avaricia, empezaron a jugar con los egos encendidos del hombre común, y este se deja llevar fácilmente por sus deseos.

Los demonios malévolos han evolucionado, nos han hecho creer que la vida debe ser vista a su modo, poco sacrificio, amor exacerbado a lo material y a lo superfluo. Cuando el hombre empezó a tenerle amor a lo material, su ser interior, lo que algunos llaman alma, espíritu o conciencia empezó a desaparecer hasta convertirse en un hilacho que puede ser manejado al desgaire por los malvados y sus medios. La maldad disfrazada de beneficencia rápidamente se apoderó del alma de los incautos, que se vieron rebasados por las necesidades que les fueron creando, para lograr su cometido, la maldad eligió a lo superfluo, como ente dominante haciéndolos amos de la manipulación, se apoyó en la televisión, en la radio, en los diarios y en la internet, bombardeando las mentes débiles de imágenes que les sugieren sensaciones que tenían dormidas, moviendo el músculo de la vanidad y la envidia.

¿Qué inventaron los hombres malévolos para apoderarse de la mente del hombre? Inventaron a Narciso, inventaron el culto al mí mismo, el culto al ego, lo enaltecieron y lo hicieron obligatorio. La multitud al recibir las señales que los entes malvados les insuflan, empiezan a enloquecer, y sus acciones y destino se empieza a ligar con la necesidad creada, generalmente aquella que juega con Narciso, el amor enorme a sí mismo reflejado en la envidia del vecino, y les agarra una necesidad inmensa de poseer todo aquello que le da oropel y fachada falsa, dejando su mente en blanco, sin ideas de trascendencia. Los demonios tienen millones de seguidores, los encontramos en las grandes empresas trasnacionales que ven en el negocio de la vida una forma de mantenernos cautivos, Nestlé, PepsiCo, Tyson, Unilever, Mondelez, Coca cola, Mars, Danone, ABF, General Mills y Kellogg’s son las diez compañías que tienen copada nuestra salud, nuestra mente divaga entre comer saludable y sano, mientras busca en anaqueles cualquier alimento que nos de esa confianza y seguridad, mientras en nuestra mente la cancioncilla de algún producto de estas marcas nos lleva directo a su exhibidor, no es extraño pues que sean las empresas más grandes y que más recursos consumen para alimentar al hombre de este tiempo, mientras el hombre se crea una imagen de estas empresas, haciéndose creer y confirmándose esa creencia en que son las que tienen conciencia social, lo que no sabe el común que estas empresas solo ven el negocio completo y redondo con las empresas farmacéuticas que viven de las consecuencias de sus acciones, pues una alimentación modificada produce enfermedades, las cuales tiene que ser tratadas.

El hombre tiene que volver a la tierra, para que recobre la salud. Debe alejar a los demonios malévolos de las necesidades creadas, debe aprender a vivir con entera libertad.

 

 

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