El metasistema: la tierra (Despertar Poético)

El metasistema: la tierra

La naturaleza es un sistema, todos los seres vivos lo integramos, incluyendo la tierra, o suelo, las rocas o minerales son parte de ese sistema. Ese sistema enorme, que llamaremos metasistema está integrado por miles de sistemas pequeños, y estos a su vez están conformados por otros más pequeños. Desde luego, hablando en la escala del metasistema, el hombre se creía un ser superior y estar en el pináculo del sistema, ser la pieza clave en el funcionamiento del sistema, era el omnipotente, el omnisciente, el dios de esta tierra, y se lo creía, lanzaba teorías, inventaba religiones, creaba dioses, modificaba su entorno, destruía su vivienda, moldeaba a su antojo, cambiaba, todo sin una razón aparente, no una razón pura, sólo una razón subjetiva: su progreso. Con total desconocimiento de las leyes de la naturaleza.

 Iba todo bien, todo era felicidad; pero como todo sistema, en cuanto una variable falla, el sistema se desequilibra. El hombre como parte del metasistema empezó a fallar, los cambios que hacía al entorno estaban más ligados a sus intereses que a los intereses del mismo sistema y esté tuvo que modificar sus patrones para regresar el equilibrio perdido, le mandó a un elemento pequeño, un minisistema a controlar al hombre. Mientras el hombre no vio ni por donde le llegó y no lo esperaba, porque si sabía que existía ese ser minúsculo e importante el buen funcionamiento del sistema.  Así que ese ser se llama virus corona, es un depredador muy poderoso y ya estaba acechando al hombre, al igual que el hombre acecha a sus presas, destinadas a ser alimento.

 Así, el menospreciado depredador del hombre pasó a ser el verdadero protagonista y nivelador del equilibrio. Logró hacer lo que el hombre por muto propio no hizo y sabía que debía hacer antes de que la tierra colapsara: “parar las actividades del hombre”. Un ser invisible logra detener el progreso del hombre y suceden situaciones extrañas para muchos, la tierra se empezó a regenerar, las aguas antes turbias se aclararon, los cielos de las ciudades antes grises ahora transparentes, los animales antes espantados por el hombre, ahora recorren su territorio libremente.

 Por fin entendimos que el hombre es el único culpable de la muerte de la vida en el planeta, y que, con sólo parar actividades por poco tiempo, la tierra vuelve a florecer, el sistema vuelve a funcionar correctamente, el problema será ahora ¿Cómo mantener el equilibrio del metasistema? Si el hombre buscará la manera de eliminar todo ser que se interponga entre su “progreso” y él, es fácil vaticinar que el sistema volverá a fallar, porque el hombre no logrará encontrar su justo medio, hasta que no haya logrado eliminar todas sus impurezas de la mente, pues la mente es la que domina todo lo que piensa y hace.

 Así veremos como el hombre buscará la manera de alimentar sus emociones a costa de otras vidas, aquellas que considera inferiores, como las plantas, minerales y animales, hasta que el metasistema mande otra señal, que no debe tardar mucho para de una vez corregir el problema, con ello vaticinamos que el hombre no dejará de sufrir embates de la naturaleza, por el simple hecho de no respetarla, ni unirse en su plan de vivir en sincronía.

El covid-19 es sólo un pequeño jalón de orejas a nuestra soberbia, ya nos dimos cuenta que ningún sistema de salud es poderoso, ni en los países ricos ni en los pobres, como para salvar vidas de manera efectiva. Ni las estampas funcionan. Como la subjetividad de la fe que no es seguida de prevención funciona. Lo único que funciona es dejar que la naturaleza nivele las fuerzas, o estaremos hablando de millones de muertes de humanos, no sólo miles, como ahora sucede.

Por fin algo externo al hombre nos igualó a todos, sin importar raza, credo, o posición social, somos simple comida de un virus. El metasistema no parará por los necios, el metasistema es la vida misma y sólo requiere equilibrio y armonía para medrar.