INCERTIDUMBRE

Arías Solís

Luego de conocerse los resultados de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, en diversas partes del mundo, y por supuesto en México, la incertidumbre se ha generado con el triunfo del republicano Donald Trump, vistas las actitudes y promesas que a lo largo de su campaña política asumió y que a la luz de los resultados, le granjearon el beneplácito de la mayoría de los votantes que decidieron en su favor en aquel país.
Y es que como han señalado diversos analistas, sus actitudes y cuestionamientos sobre las reglas y compromisos establecidos por los diferentes gobiernos estadounidenses con otros países en diferentes continentes, generan sin duda incertidumbre y auguran turbulencias. Desde los propios organismos internacionales como la OTAN, hay preocupación porque tienen muy presentes las amenazas de una posible desvinculación estadounidense de este organismo de defensa, hechas por Trump durante su periplo campañero, a causa de su apreciación de valorar exclusivamente en términos de aportaciones económicas la participación y resultados en esa coalición.

En los mercados internacionales no puede evitarse la incertidumbre, habida cuenta que el próximo presidente Trump, desde el principio de su participación política se declaró como un proteccionista en la materia económica, y muy dispuesto a la revisión de las políticas comerciales. De tal forma que ante dicha actitud, no parece haber país que no vea con muchas dudas la llegada a la Casa Blanca de este personaje que nunca se cansó de advertir a las grandes empresas multinacionales desperdigadas por todo el mundo, que habrían de regresar a establecerse en Estados Unidos, previendo una política sancionadora en caso de no hacerlo.
Igualmente, hay desconfianza internacional ante las propuestas del ahora presidente de revisar exhaustivamente los diversos tratados internacionales en materia económica, puesto que desde su perspectiva, no han favorecido a su país como debiera ser, sino que –según Trump- los grandes beneficiados han sido los demás países.

Por lo pronto y en cuanto a lo que concierne a México, el triunfo de Trump se reflejó en una depreciación del peso frente al dólar que alcanzó su máximo histórico en el país, y de acuerdo con los especialistas se observan riesgos a la baja para la economía mexicana, ante el temor de que el nuevo presidente cumpla sus promesas de campaña que incluyen la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, al que Trump calificó como el peor acuerdo jamás firmado por su país.

Por supuesto el temor es razonable, no puede perderse de vista que México tiene como primer socio comercial y mayoritario a los Estados Unidos a donde envía el 80 por ciento de sus exportaciones, y la inversión extranjera directa que se recibe de aquél corresponde al 2.5 % del Producto Interno Bruto de nuestro país, así que cualquier cambio en las reglas del Tratado repercutiría en la economía mexicana. Por si fuera poco, queda pendiente la amenaza de la construcción del famoso muro, el posible freno de las remesas de los migrantes si México se niega a pagarlo, y la deportación masiva de 10 millones de trabajadores sin papeles, de los cuales más de la mitad son de origen mexicano.

Trump ejercerá su mandato presidencial a partir de enero próximo, sin embargo todo lo que diga o haga a partir de su triunfo electoral estará bajo el escrutinio de todos, en especial de los gobiernos con fuertes lazos comerciales, así como de aquellos con los que se mantienen controversias y diferendos. Mientras no se conozcan las verdaderas acciones de su programa de gobierno, la incertidumbre seguirá permeando, y según los economistas las bolsas continuarán inestables.
Hay quienes apuestan que Trump como presidente no cumplirá todas las promesas que durante su campaña hizo al electorado estadounidense, toda vez que varias de ellas deben pasar por el Congreso de aquel país, otros aducen que las mismas formaron parte de la estrategia rumbo a la Casa Blanca y que serán de imposible ejecución.
Lo cierto es que México se encuentra con los dedos bajo la puerta y grandes problemas en la misma, por lo que es urgente el trabajo del gobierno y de los diversos actores sociales y políticos, así como empresariales, en torno a una estrategia que considere cómo afrontar el que las posibilidades del discurso trumpista se vuelvan realidades. Esa es la urgencia desde hace tanto tiempo.

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