Opinión

La señal vuelve a ser visible (Despertar de la tierra)

La señal vuelve a ser visible

Hace un año, en esta columna se informaba de un fenómeno inusual, la aparición de tres ciclones en el atlántico. Todo el mismo día y alineados. No era común ver tres meteoros de manera simultánea, significaba que las energías de la atmosfera estaban muy activas y desatadas casualmente, aunque la casualidad sólo sea causalidad. En esos días suponíamos que algo grande estaba sucediendo en el planeta, que el cambio climático y el calentamiento global estaban haciendo de las suyas, y teníamos la fuerte impresión de que no pararía. Después modificamos la idea, el cambio climático era otra cosa muy lejana al simple calentamiento global, ambos conceptos era efecto de algo más grande, más poderoso, más oscuro y desconocido aún.

El calentamiento global y el cambio climático, son conceptos que literalmente podríamos asociarlos a todo cambio existente en el planeta a lo largo del tiempo, y los efectos, si fuesen graduales, posteriores a la revolución industrial, época en la que el hombre empezó a modificar el clima con sus medios de producción y de transporte, estaríamos a la mitad del camino y los efectos apenas podrían sentirse con levedad. Sin embargo, no es así, a partir del año 2000 los cambios se han venido acelerando y no sería extraño que pronto las señales apocalípticas se nos juntaran, tierra moviéndose, fuego y agua por todo el planeta, haciendo perecer a miles de personas que, a pesar de que tienen la información, a pesar de que estamos en una época de la liberación de información, aún no está informada; por lo tanto, no está preparada.

 Cuando hablamos de la tierra moviéndose, fuego y agua, hablamos de sismos, erupciones y huracanes moviéndose simultáneamente, ya nos está sucediendo. Septiembre y octubre han sido meses de mucha actividad sísmica y de huracanes, principalmente en la parte norte del Ecuador; por ejemplo, este año, el día 20 de septiembre de 2019, el día en que cientos de jóvenes marcharon en la Ciudad de México y el mundo para exigir acciones contra el cambio climático, se alineaban seis huracanes en el planeta, seis en forma simultánea, algo verdaderamente sorprendente y a la vez preocupante por lo que representa y que comentamos en estas líneas.

 La tarde del día 20, la página cycloane señalaba que había sólo cinco: Tapah, categoría uno, pasando cerca de Taiwán; Kiko, en el Pacífico norte, como tormenta tropical; Mario, como tormenta tropical, al poniente de México, frente a Jalisco; junto a él más cercano al continente, cercano a las costas el huracán categoría 1, Lorena, estas dos tormentas pasaban paralelas a México y se perderían o bajarían de categoría entrando en Baja California. Mientras eso proyectaba la página, en el estado de Colima sufrían daños extensos con el paso de Carlota; Jerry, huracán categoría uno, que circula en el Atlántico, frente a la costa este de estados unidos, y el día 22 de septiembre volvían a ser seis tormentas nuevamente, con la aparición de THREE, tormenta tropical que circulaba al oriente de Omán, en el mar arábigo, y se movía en direcciono a este país.

 Aunado a las tormentas, en Albania se presentaba un sismo de magnitud 5.8, que no es muy potente, pero aun así causó severos daños y temor entre los habitantes de ese país. Y en el colmo de las causalidades, donde dios se divierte con el hombre o el hombre sufre en su soberbia, en la facultad de Geología, de la Universidad de Tirana, se desprendió una parte del pórtico, dañando vehículos estacionados, vemos con esto como las enormes cargas energéticas se están moviendo a velocidades cada vez mayores y más intensas.

Evidentemente la sociedad no está preparada para eventos catastróficos en serie y la naturaleza es sabía, lo irá aumentando despacio, para que sin darnos cuenta nos veamos dentro de la espiral de movimientos sin que los rechacemos y nos adaptemos. Hasta en eso nos ayuda la naturaleza, en el bien morir, así no tendremos que justificar ante la ley del hombre alguna arbitrariedad, la culpa será de dios, el destino y la vida.

Las fuerzas más grandes se mueven entre la línea del Ecuador, el trópico de capricornio y el círculo polar ártico, la parte más al norte del planeta, tanto en la atmosfera como en la corteza terrestre, la mayoría de los sismos, erupciones, tormentas y eventos naturales están sucediendo en esa parte, así los agoreros, los predicadores de la palabra, los profetas y astrólogos les será más fácil vaticinar.

 Cuando las cosas con la madre naturaleza se pongan más complicadas para el hombre, este necesitará todo su potencial para salir avante; por lo tanto, deberá prepararse. Aunque las generaciones nuevas serán las responsables de su propio devenir, tienen grandes ventajas contra esos eventos, tienen mucha información, sólo habrá que enseñarlos a elegirla. La llamada generación “Z”, la generación que apenas entró, es la mejor de todas desde los Baby boomers; primero, porqué vivirán los eventos catastróficos más de cerca; segundo, porqué nacieron con la internet en la mano, tienen habilidades que las generaciones anteriores no tenemos, como es facilidad para el manejo de la inteligencia artificial, facilidad en el manejo de herramientas de comunicación, como teléfonos inteligentes, computadoras, tabletas, juegos o cualquier artilugio electrónico.

 Con ello tienen acceso ilimitado a la información, que a las generaciones anteriores les costaba años de esfuerzo. Desde luego, la contra de esto es el saber elegir la información adecuada, aunque por lo general esta generación es “nativa digital”, son autodidactas, e incorporan los nuevos conocimientos con rapidez, aunque están sobre informados, eso provoca ciertas desviaciones; por ejemplo, que quieran ser solamente influencers o youtubers, como moda, aunque no distribuyan información útil, sólo entretenimiento, gustan de la innovación tecnológica, aunque aún no han ingresado al mercado laboral. Están buscando su vocación basada más a sus gustos que a tradiciones, son más universales, aceptan más la diversidad y se aceptan como son, tienen menos prejuicios y lo mejor para ellos y el planeta, son más revolucionarios en ese tema, están preocupados por el medioambiente y por la calidad de planeta que les vamos a dejar, son conscientes de que la tierra es la dadora de vida y la quieren defender como a su casa.

 Si observamos, las manifestaciones de la semana pasada, a favor del planeta y exigiendo a los gobiernos políticas para combatir el calentamiento global, era liderado por jóvenes, muy jóvenes, que oscilaban entre los 13 y los 20 años, preocupados por el futuro de la especie, mientras los que participamos en la degradación de la atmosfera nos mantuvimos al margen, esperando solamente a que la conciencia nos grite. Ahora sabemos que ellos, nuestros hijos, nuestros nietos son nuestra conciencia.

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