Romero se convirtió en el séptimo periodista asesinado en México en lo que va de 2019.

Francisco Romero era un periodista joven, padre de un hijo pequeño, a quien ninguna adversidad doblegaba. Le decían de cariño el Ñaka Ñaka.  Siempre lo veían sonriente, desplazándose en su moto para narrar hechos de crimen y corrupción en Playa del Carmen, Quintana Roo, hasta que sus asesinos lo pararon a golpes y balas.

Hace algunos años, empezar a cubrir la nota roja le dio sentido a su vida. La madrugada del jueves, 16 de mayo, esa pasión que desarrolló por la cobertura policiaca lo acercó más de lo normal a los verdugos que ya lo habían amenazado y buscaban cómo acallarlo.

Francisco Romero llegó a su casa el miércoles 15 a las diez y media de la noche. Se tomó un par de cervezas, habló y bromeó con por lo menos uno de sus colegas por teléfono y después se fue a dormir a su hamaca. Era casi la una de la madrugada.

Cuatro horas después, como a las cinco de la mañana, una llamada a su celular lo despertó.

Le avisaron que había un “evento”, cuerpos o algo, sobre la calle 25, frente al antro Gotta, en la colonia Forjadores de Playa del Carmen.

Se levantó de inmediato. Llamó a un colega con quien, por protección, solía acompañarse en sus coberturas. Le dijo que fueran juntos, pero era muy temprano, el colega no quiso ir.

Francisco se puso sus sandalias, traía su camiseta a rayas y short amarillo. Se atravesó su morral en el cuello, agarró su casco y se fue en su moto al lugar que le habían indicado.

Casi una hora después las autoridades recibieron el aviso de la presencia de un cuerpo frente al Gotta.

Al llegar, los policías encontraron a Francisco en el piso, boca arriba, muerto, en medio de un río de sangre, a dos metros de su moto, con el morral aún atravesado al pecho y con la cara desfigurada. Primero lo tundieron a golpes, luego le dispararon dos veces en el rostro.

Las autoridades llamaron a Verónica, su esposa, para darle la noticia. Ella estaba en la casa cuando recibió la llamada, con Santiago, su hijo pequeño.

Antes de salir de su casa a la que pensaba sería una cobertura como muchas otras, Francisco olvidó avisarles a los escoltas que recién le había asignado el mecanismo de protección para periodistas, también olvidó en su casa su botón de pánico, de acuerdo con el periodista quintanarroense Pedro Canché.

Nació el 4 de octubre de 1990, tenía 28 años cuando lo mataron.

Francisco romero periodista asesinado en PLaya del carmen
Romero se especializó en la cobertura de nota roja.

Una ruta siempre cuesta arriba

Francisco era repartidor de periódicos de Respuesta, un diario estatal en Quintana Roo ya desaparecido que se editaba en Playa del Carmen.

Durante sus recorridos de entrega aprovechaba para obtener datos de todas las balaceras, accidentes o peleas que se le atravesaban en el camino.

Luego entregaba la información en la redacción del diario. No pasó mucho tiempo para que le vieran madera. Poco después le entregaron una cámara y se convirtió en reportero. Eso fue hace unos cinco años.

Francisco tuvo la suerte de encontrarse en su camino con Rubén Pat Cahuich, un periodista de experiencia que, tras la desaparición de Respuesta, fundó el semanario digital Playa News.

Pat Cahuich se convirtió en mentor de Francisco, y Francisco agradeció la mentoría volviéndose uno de sus más fieles colaboradores.

Playa News, medio especializado en la cobertura de nota roja, tendría una historia trágica y breve.

Uno de sus colaboradores, el periodista José Guadalupe Chan Dzib, reportero experto en temas policíacos, fue asesinado el viernes 29 de junio de 2018 en un bar del municipio de Felipe Carrillo Puerto.

Chan Dzib, a quien le decían el “Güero”, había avisado poco antes a su jefe, Pat Cahuich, que había recibido amenazas. Notificaron a las autoridades, pero nada salvó al “Güero”.

Y nada salvaría tampoco a Pat Cahuich.

El 24 de julio de 2018, menos de un mes después del homicidio de su colaborador, el director de Playa Newsfue asesinado a balazos al exterior del bar “Arre”, en la zona turística de la ciudad.

Al momento de su muerte Cahuich estaba integrado al Mecanismo de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, de la Secretaría de Gobernación.

Los responsables del programa determinaron que Francisco estaba en riesgo y decidieron sacarlo de Playa del Carmen para ponerlo a salvo.

Francisco, dejando atrás a su esposa y a su hijo, fue llevado a una localidad de otro estado, pero el exilio, la soledad y un entorno por completo ajeno fueron demasiado para él.

Después de unos meses decidió volver a Playa del Carmen. El mecanismo de protección autorizó escoltas para el reportero y le entregó el botón de pánico… un botón de pánico que nunca usó.

Proyecto en solitario

Muertos sus amigos y desaparecido el semanario PlayaNews, Francisco centró sus esfuerzos en su página de noticias en Facebook “Ocurrió Aquí”, y comenzó a especializarse en las transmisiones en vivo de nota roja.

La página comenzó a sumar y a sumar seguidores.

Francisco logró transformar una aparente desventaja física de nacimiento en un rasgo de coraje que terminó generándole enorme empatía con los habitantes de su ciudad.

Nació con labio leporino y esa condición le provocaba severos problemas de dicción. Lo apodaron “Ñaca Ñaca” y, al principio, cuando narraba en vivo algún evento, los usuarios de redes no dejaban de burlarse, de mostrarle su crueldad.

Francisco no se amilanó nunca. Cuando le reclamaban que no se entendía su narración, respondía a las quejas recomendando a sus críticos aprender a hablar “ñiqui ñiqui”, para que pudieran entenderle. Y si creía que debía repetir todo lo que había dicho, no había problema, Francisco lo repetía.

Una escalada de violencia repentina en Playa del Carmen y la popularidad creciente de su página de noticias pusieron en Francisco los reflectores, más de lo que era deseable. Las amenazas contra él llegaron y cada vez se hicieron más frecuentes.

El comienzo del año marcó un repunte notable en los homicidios dolosos en la zona. Del 1 de enero al 14 de mayo de este año se registraron 92 asesinatos en Playa del Carmen, 61 más que en igual periodo del 2018. El repunte violento tenía a Francisco ocupado.

Colegas cercanos a él aseguran que sus coberturas de los hechos violentos cada vez más frecuentes empezaron a hacer mella en Laura Beristain, alcaldesa de Playa del Carmen desde el 1 de septiembre de 2018 y responsable directa de la seguridad local.

El 12 de abril Francisco se presentó a la oficina en Playa del Carmen de la Fiscalía del estado y presentó una denuncia contra quien resultara responsable por el delito de amenazas.

Un día antes fue privado de su libertad por hombres armados que lo tuvieron retenido durante seis horas, deambulando por varias zonas de Playa del Carmen. Le exigieron dejar de publicar.

Poco tiempo después hackearon su sitio. Francisco lanzó en redes un nuevo video en el que hacía responsable a Beristain de cualquier cosa que le pasara a él o a los miembros de su equipo.

El reportero echó a andar su sitio nuevamente. Los seguidores no tardaron en llegar. Y ahí, en la nueva versión de “Ocurrió Aquí”, fue publicado un video que muestra el momento en que, cerca de las nueve y media de la noche del lunes 13 de mayo, dos hombres abren fuego indiscriminadamente contra los comensales de la Cervecería Chapultepec, en plena zona turística de la ciudad.

El incidente, que habría sido una represalia contra el dueño del local por negarse a pagar derecho de piso, se saldó con un muerto y al menos 11 heridos, según el parte oficial.

La balacera en la cervecería “fue la gota que derramó el vaso”, de acuerdo con Alberto Capella, Secretario de Seguridad Pública del estado. Luego de ese incidente, el gobernador Carlos Joaquín González ordenó a Capella tomar el control de la seguridad de Playa del Carmen y del resto del municipio Solidaridad.

Durante el anuncio de la medida, Capella dijo que la decisión era consecuencia de la “negativa total y absoluta” de Beristain a sumarse a la estrategia de mando único implementada por el gobierno del estado en el resto de los 11 municipios de la entidad.

En una entrevista con Noticieros Televisa, Capella agregó que, de no depurarse la policía de Playa del Carmen, constituida por 535 elementos, las autoridades estatales “seguirían teniendo al enemigo en casa”, insinuando la infiltración del crimen organizado en la policía local.

Según el Secretario de Seguridad Pública, en Quintana Roo, especialmente en Playa del Carmen y Cancún, operarían células de hasta siete grupos criminales, entre ellos el Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel de Sinaloa, Cártel del Golfo, Los Zetas, y grupos locales como Los Pelones, que podrían vender sus servicios al mejor postor.

Beristain, adversaria política del gobernador, aseguró haber rechazado el mando único porque aceptarlo habría significado una violación a la autonomía municipal.

Es en este contexto de batallas añejas entre grupos criminales, de asesinatos que no dejan de multiplicarse, de líneas difusas entre buenos y malos, de consumo creciente de drogas ilegales en el que fue asesinado Francisco Romero.

Si los asesinatos de Chan Dzib y Pat Cahuich son los referentes para anticipar lo que ocurrirá con la investigación del homicidio de Francisco Romero, las posibilidades de que el asesino sea castigado son, hoy, simplemente inexistentes.

Ninguna persona ha sido detenida en relación con esas dos muertes previas.

“En Playa del Carmen puedes matar a cualquiera, incluido a un periodista y no va a pasar nada”, dice un reportero local que conocía a Francisco. “La impunidad en los asesinatos de otros reporteros es una invitación a que nos sigan matando”.

“Son las consecuencias de 25 años de narcopolítica en el estado”, dice otro reportero de Playa del Carmen.

En el momento justo de terminar este reporte, otros periodistas de Playa del Carmen están siendo amenazados, como Francisco Romero, antes de su muerte.

Violencia que no cesa

En el nivel nacional, seis reporteros fueron asesinados antes que Romero en lo que va de 2019, de acuerdo con el sitio Periodistas en Riesgo:

  • La tarde del domingo 20 de enero fue encontrado el cuerpo de Rafael Murúa, director de la radio comunitaria Radioshakana, en el municipio de Mulegé, Baca California Sur.
  • Jesús Eugenio Ramos Rodríguez fue asesinado la mañana del 9 de febrero al interior de un restaurante en el municipio de Emiliano Zapata, Tabasco.
  • El sábado 16 de febrero fue asesinado el periodista y locutor Reynaldo López, mientras circulaba en su auto en las calles de Hermosillo, Sonora.
  • Samir Flores Soberanes, activista y fundador de la radio comunitaria Radio Amiltzinko, fue asesinado la mañana del 20 de febrero frente a su casa en Morelos.
  • La noche del 15 de marzo un sujeto desconocido tocó a la puerta en la casa del periodista Santiago Barroso, en San Luis Río Colorado, Sonora. El comunicador abrió y recibió dos disparos que acabaron con su vida.
  • La tarde del jueves 2 de mayo fue asesinado Telésforo Santiago Enríquez, mientras circulaba en su auto por el barrio Ampliación Tres Cruces, en el municipio de San Agustín Loxicha, en la sierra sur de Oaxaca. Santiago Enríquez era fundador de la radio comunitaria El Cafetal.

Última hora

Uno de los tres hombres detenidos y responsabilizados por el ataque a balazos contra la Cervecería Chapultepec confesó ser el autor material del asesinato de Romero. Así lo dio a conocer el Fiscal general del estado, Óscar Montes de Oca, la tarde de este viernes, de acuerdo con un reporte del periodista Pedro Canché.

Montes de Oca aseguró que el homicida es un asesino a sueldo que recibía instrucciones por teléfono, conocía a su jefe sólo por apodo y recibió la instrucción de matar al periodista. El fiscal indicó que esta confesión no es prueba plena y aseguró que las autoridades investigan su veracidad.