Pan con lo mismo (Política en lo oscurito)

Pan con lo mismo

Esperábamos más de San Péjele… bueno, siempre estamos esperando más de los gobiernos; porque eso, se supone, debe haber en un cambio de sistema: esperar un cambio enorme e inmediato, así como sus promesas, y también porque somos ilusos, pues a más de un año no se nos termina la ilusión (sólo se nos acabará hasta fin de sexenio), ja, ja, ja, bueno, quisiéramos que el sexenio terminara, antes de que este termine con nosotros. Algunos sí queremos que el cambio sea total y pleno, como las promesas, una vuelta de tuerca completa, que no sepamos nada del sistema anterior, que nos hagan olvidarlo, con todo y sus fallos, pero sólo porque lo hemos superado, no desmantelado por odio.

Pero no, en el mensaje sólo nos vemos reflejados en la mentalidad poquitera de un presidente poquitero.

 Queremos un cambio pleno, sin culpar a nadie y que se note que valió la pena la espera. Un cambio firme, sin tantos desvíos y que con ese cambio seamos considerados no la economía 14 o 15 del mundo, sino la primera… je, je, je, bueno, no vamos a exagerar tanto… tampoco, no es para tanto, si no podemos cambiar de ideología, ni mejorar lo que otros gobiernos no pudieron, menos podríamos esperar mejorar la economía; pero se las dejo barata, que no sea un cambio tan profundo, que no nos haga de primer mundo, que seamos no la primera, pero cuando menos la 4 o 5ª economía del mundo.

 ¿Ese no es el proyecto de la 4T? ¡Charros! Andaba errado, el cambio es sólo de ideología, de mentalidad, de filosofía… nada de economía, eso es de neoliberales, capitalistas, conservadores que sólo piensan en dinero ¡Vaya Don Cedano, usted que se decía socialista, después comunista, después demócrata, después hombre justo, ahora sólo un viejo librepensador! ¡Vaya, Vaya! ¿Qué se puede esperar de alguien que cambia de ideologías en tan poco tiempo?

Y de seguro justifica que San Péjele haya sido del Prit, después del perderé y después un joven emprendedor que crea su propia empresa llamada La Prieta, así que cuando votamos por San Péjele ¡Ejem! Bueno, está bien, votaron, es porque querían un cambio, y vaya que lo es, pero Don Cedano y sus confabuladores esperaba un golpe de timón económico, quería pertenecer a una economía fuerte, sana y boyante. Sí, eso esperábamos, desde el primer día de gobiernos, pero no, el discurso dice que caminamos para ser la economía número 65 del mundo, sí, igualito que Venezuela, ja, ja, ja. No, tampoco se me espanten, bastante miedo tenemos ya con la pandemia del covid19, como para despertarnos y ser Venezuela.

 Bueno, si eligiéramos entre la mortandad humana por el covid19 o ser Venezuela, preferimos lo segundo, dimensión guardada, desde luego. Aunque a algunos nos gustaría un poco más por otras razones, pero mejor ahí la dejamos, hay espíritus susceptible, y más porque esta pandemia al parecer ya nos está afectando mucho, no sólo sicológicamente, sino económicamente, tenemos mucha gente sin trabajo, Don Cedano a punto de ser uno más de los que se quedan sin trabajo, muchas empresas están cerrando y las más afectadas ahora son las prestadoras de servicios; las menos afectadas, las dependencias de gobierno. Esas siguen cobrando, y ¿Trabajando? ¿Y qué va a hacer cuando dejen de ingresar recursos por falta de contribuyentes?, ¡Ah, jijo! Esa no la veía venir.

Nuestra economía está en desaceleración, se pronostica  que lleguemos al -6%, ya ni siquiera el 0% del 2019, y en el discurso del presidente no se escuchó ningún programa de recuperación económica… bueno, sí, pero como dicen que no son iguales a las anteriores administraciones y no habrá Fobaproa o aumento de deuda, sólo ayuda a los más necesitados, primero los pobres, y Don Cedano no puede estar más de acuerdo con San Péjele que en esa máxima: “primero los pobres”, pues suena contradictorio, los más necesitados a los que ayuda, son los clientes de siempre, mientras los que generan riqueza ni siquiera piensan en pedir ayuda, sólo piden que los dejen trabajar y ganarse el pan de cada día con el sudor de su frente.

 Al paso que vamos, se va quedar el país sin calzones y cuando esto acabe nadie querrá quedarse al final para apagar la luz. Cierto es que los inversionistas, esos malvados, ladrones que sólo piensan en enriquecerse a costa del sudor de los demás, igualito que el gobierno pues, pero al revés, como enemigos, para tener una contraparte, ya sabemos que no pueden ser iguales, los de la 4T son los héroes de la película papá, si no existieran los malvados empresarios, no tendrían a quien combatir.

 Bueno, estábamos hablando de esos malditos, que quieren un dizque “rescate”, o sea dinero sin trabajarlo, igualito que quiere San Péjele, los empresarios para “dizque “ pagar a sus empleados, esos chupadores de salarios, también malotes y malvados como sus patrones, esos que son riquísimos, como doña pelos pues, la de la fonda, y el gobierno para apoyar a los más necesitados, los trabajadores de los empresarios no lo necesitan, esos tiene trabajo ¿No todos? ¡Ah cierto, estamos en emergencia! Bueno, los que tienen la fortuna de tener trabajo, esos no merecen apoyo, sólo los pobres.

 A este paso, pronto San Péjele va a tener su utopía, un pueblo de puros pobres, pues el 95% de las empresas son pequeñas y no soportan tanto tiempo sin producir, sin que tenga que prescindir de sus empleados, y ese 95% es necesario nomás para que la economía siga funcionando ¿Y para qué darles dinero si son ricos? ¿Verdad? Don Cedano le dice a San Péjele ¡No, jamás le des un peso a esos desalmados que sólo ven su interés! Bueno, entonces si no producen nada de riqueza, que al menos produzcan pobres, al presidente le gusta.

 ¿Por qué Don Cedano anda tan derechoso?, ¡Ah! Es que si todos los empresarios son ladrones y corruptos, al país se lo llevó el carajo o la chingada, como quieran llamarle, son sinónimos, pues el 95.4% de las empresa son pequeñas de 1 a 10 empleados y sus dueños son riquísimos, que no necesitan ningún incentivo del gobierno, y que, aun con pandemia, con emergencia, sin producir, deben de pagar los sueldos de sus empleados, los servicios y los impuestos ¡Pus, má!, ¿Qué se creen? El gobierno no es dama de la caridad y no permitirá abusos de esos desalmados como doña pelos, la de la fonda, debe tener un dineral, tiene cuatro empleadas, puede darse el lujo de parar no un mes, sino dos, y pagar sueldos y prestaciones e impuestos ¿Para qué es corrupta?

Eso no lo dije yo, lo dice San Péjele, al menos ya le pidió apoyo a doña pelos para que no los despida, por algo tenemos a un gran presidente, el mejor del mundo, ese nos puede decir lo que sea, así lo amamos, es bien machote; tanto, que se manda solo y que se pasa por el arco del triunfo lo que las calificadoras digan, total, la economía mexicana camina sola, no depende del mundo, salvo para contagiarse de gripe, ja, sí, ya sé que suena muy drástico, pero ya no sabe uno como comportarse, y luego nuestro presidente que no ayuda.

 Les decía que la economía del país, no la econotuya, ni la mía, se manda sola y es fuerte, pues bien pueden los empresarios apoyar las políticas de gobierno… bueno, pues no todas pueden, porque de ellas depende millones de empleos directos e indirectos y si se paran nos lleva el carajo, así que:  ¿Qué creen? algunas empresas de dueños malvados y corruptos sí convencieron al presidente de que son esenciales y la mayoría de estas empresas ¿Qué creen? Sí no son de gobierno, no son esenciales. Pero sí son las que producen el dinero que el gobierno dilapida, perdón, “¡administra!”, se me barrió.

 Esas empresas oscuras, son las que generan el 95% de los impuestos que usa el gobierno para pagar a sus clientes y generalmente los clientes del gobierno ya no producen, sólo consumen, igualito que ellos pues. La mayoría de los trabajadores que laboran en estas empresas sólo quieren vivir, trabajar para vivir, o sobrevivir donde les pagan poco pues, es mucho más complicado hacerlo si hay restricciones de salir a hacerlo, muchos de los trabajadores pobres, esos que generan riqueza que no viven de dadivas, prefieren arriesgar su vida yendo al trabajo con riesgo de contagiarse del covid19 y morir, a morir de hambre en la espera, al menos buscando el sustento tienen más opciones de vivir.

 A esos sí debería ayudarlos el gobierno, como lo hizo a los trabajadores de la construcción, esos malotes que no quieren parar porque dizque tienen hambre, y estos malotes generan el 12% de los empleos en México, son 6 millones 800 mil hogares los que se pararían, según el INEGI ¿Y cómo los ayudó? Haciendo a la construcción una actividad relevante, y ZAZ, veo las sonrisas de cientos de padres de familia, de madres de familia por tener un ingreso.

Para san Péjele el único cambio que tiene, es que no cambia. El plan de acción para evitar una crisis en el país parece como si le echáramos gasolina a una fogata. Si de por sí la economía se está parando, pronto veremos que las acciones tomadas no eran las adecuadas y que ningún personaje del país le reclame haber apoyado a los pobres.

 Lo único que le podrán criticar es la forma, esa es la que chinga, ya se han mostrado tal y como son, primero renuentes, después displicentes, ahora presionados por la sociedad: prudentes, sólo esperemos que el sacrificio valga la pena y que la luz al final del túnel sea de otro color y que salgamos fortalecidos.

 Bueno, con San Péjele y los chairos lanzando anatemas y juzgando sin pruebas va a ser difícil, es probable que el covid19 sea el siguiente fantasma del neoliberalismo conservador, alguien o algo a quien culpar si el Bolillo y el Prit mueren por pulmonía atípica.

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