Opinión

¿Qué más sigue dentro de la pandemia? (Despertar de la tierra)

¿Qué más sigue dentro de la pandemia?

La llamada nueva normalidad, no es otra cosa que la continuidad de los sucesos propios del hombre, son las consecuencias de nuestro propio devenir como sociedad. No existe una nueva normalidad como tal, es sólo “normalidad”, como lo ha sido siempre con el paso de los acontecimientos, para adaptarnos a dichos acontecimientos. Cierto es que hemos tenido que modificar nuestra rutina, porque debemos adaptarnos a las nuevas condiciones de convivencia, que no son más que las mismas condiciones que nos hemos provocado, es algo que tenía que pasar y pasó, el hombre tendrá que aprender a vivir con ello mucho tiempo.

Las pandemias, antes de desaparecer tienen que cumplir con su designio natural y causar los estragos para los fue programada, porque sigue patrones. Sabemos, desde luego, que en la naturaleza no existe las palabras daños, estragos, devastación, desastre, catástrofe, ruina, calamidad, pérdida, desgracia, cataclismo, hecatombe, siniestro, funesto, aciago, infausto, duro, fatal, esas son sólo palabras que señalan el grado de sofisticación del lenguaje humano, que tiene muchas acepciones para designar a un suceso que afecta la libre convivencia social.

La naturaleza sólo tiene una función reguladora y se llama “equilibrio”, nosotros como sociedad somos los únicos que no entendemos esa función. Nuestro desequilibrio mental nos manda por derroteros distintos, nos creemos dioses de la naturaleza y que podemos disponer de ella sin consecuencias, enfrascados en nuestra soberbia que sólo es relejada en otros hombres, es sólo para imprimir supremacía entre hombres, nos cegamos y creemos no saber que en el círculo de la vida, el hombre menos valioso monetariamente es el más valioso espiritualmente y que en determinado momento, cuando la rueda de un giro completo en el mundo de las ideas, el hombre rico en espiritualidad estará en la cima y el poderoso económicamente estará en el basamento, sólo dependerá de qué tenga más valor en ese momento de la historia.

 Hoy el dinero físico y virtual aun vale, mañana puede ser que no, los cambios en la naturaleza humana y de la tierra están dándose a una velocidad brutal, las condiciones cambian de un día para otro, los recursos materiales son finitos, sólo la sabiduría es infinita y de eso estamos faltos. En esa falta, nosotros como sociedad nos volvimos ciegos a todo nuestro entorno, seguimos la inercia de los acontecimientos y descuidamos los flancos. Estamos atosigados por la pandemia, cansados de estar encerrados, fatigados de tanto descanso, que sólo buscamos la noticia esperanzadora que nos alivie del virus.

 Mientras tanto, la naturaleza empieza a cargar los dados, día a día aparecen fenómenos que no sabíamos siquiera que podrían existir, porque estamos ocupados en burlar a un microscópico virus, o ¿Será que la “nueva normalidad” es aceptar lo que nos ofrezca la naturaleza? Parece que ya hemos aceptado con bastante parsimonia que los volcanes, como el Sinabung de indonesia, tapice el cielo de ceniza y oscurezca por tres horas a los poblados cercanos, eso es normal para la mayoría o ¿Estamos peleando nuestras propias batallas, sin que tomemos en cuenta a las de los demás? Es normal que haya inundaciones y que los ciclones sean cada vez más atípicos, más fuertes, más potentes y que inunden cada día más pueblos ¿O somos cada vez más personas habitando zonas de riesgo?

 ¿Será que ya es normal que tiemble en todo el orbe? ¿Que si no hay cientos de muertos no sentimos que haya daños importantes? Un par de muertos ya no tienen importancia, somos tantos habitantes de esta tierra que dos son prescindibles y ni siquiera hacen mella en el número de habitantes de la tierra. Ese factor de incertidumbre es válido en estadística y como no son nuestros muertos, pueden pasar desapercibidos. Tal y como pasan los que no sentimos nuestros por la pandemia.

Así que los huracanes, los sismos y las erupciones se nos volvieron normales, pasan a segundo término, junto con sus muertos. Ahora tenemos que aprender a vivir con otras nuevas normalidades, una de ellas se llama el fenómeno de “aguas muertas” y no hablamos de aguas contaminadas, que no albergan vida, hablamos de un nuevo fenómeno descubierto en Siberia. Es un área muy parecida a la zona del silencio ubicada en el norte de México, donde los aparatos dejan de funcionar de manera inesperada. Así sucede en las “aguas muertas”, los motores de las embarcaciones se detienen a pesar de que funcionan correctamente, algunos estudios señalan a la existencia de una confluencia de corrientes de agua dulce entre capas de agua salada que provocan el fenómeno, lo que hace que las embarcaciones sean lanzadas a un lado y regresadas al mismo lugar.

 Ya existen señales de que, si ves un fenómeno de ese tipo, debes alejarte de él inmediatamente. Los científicos señalan que las densidades de las aguas es la que provoca ese fenómeno.

 También el redescubrimiento de las nuevas funciones del organismo y las formas en que se mueven los virus está modificando nuestra percepción, por ejemplo, se señala que los espermatozoides no nadan, ahora se afirma que se mueven por movimientos circulares en su cabeza, algo inaceptable hasta hace poco. Gracias a la ayuda de la tecnología, otra nueva percepción del mundo es que vivimos en un algoritmo, y los algoritmos rigen nuestra vida, se alimentan de nuestra energía, conocen nuestras debilidades y pueden influir en nuestras emociones.

El algoritmo más común está en el uso que le damos a la tecnología, la cual se está apoderando de las mentes jóvenes, tanto que podrá quedar la sociedad inhabilitada o manca en determinado momento sin tecnología, por ejemplo, cuando viajamos le dejamos a la computadora que decida la ruta, nuestra mente la ocupamos en otras cosas, mientras la tecnología decide por nosotros, lo mismo decide que alimentos nos gustan y empieza a lanzar señales de donde conseguirlos. En poco tiempo, no sólo seremos unos débiles mentales, seremos dominados por la tecnología, suena a risa, pero la pandemia nos demostró que no es cuestión de juego, muchas personas que solo vivían para sí mismos apoyados por la tecnología, cuando entraron en cuarentena no supieron que hacer con su vida, la encontraron fofa y sin chiste, no tenían fotos que mostrar de su socialización que se limitaba a comidas, bebidas y nombres de lugares, nada extraordinario.

 Podemos suponer que en el momento en que la tecnología colapse, las cargas emocionales aumentarán, el descontrol social será enorme, mientras tanto, seguimos el curso de la tecnología, como si hubiese estado siempre y como si siempre va a estar. La historia nos ha enseñado que no es así, los Mayas, los Egipcios, los Incas, tenían una tecnología desconocida para hacer sus enormes construcciones y para tener el avance científico que tenían y en determinado momento esa tecnología desapareció, los que quedaron vivos no tenían el conocimiento para mantenerla y desapareció, así se vislumbra un futuro no muy lejano, cuando por alguna circunstancia colapsen las redes ¿Qué nos quedará?, sin teléfonos, sin internet, sin electricidad ¿La sociedad regresará a la barbarie o a la paz sin el gran hermano encima de ti?

Fenómenos que se pueden predecir con sólo analizar la historia, porque la tecnología que ahora nos usa, mañana nos desecha ¿Cuánto tiempo falta para que un automóvil nos lleve de un sitio a otro sin un operario? Si las rutas ya están siendo trazadas y recorridas ¿Cuánto falta para que esta sociedad perezca?, y que queden los mismos de siempre, los que están adaptados a la rudeza del vivir, los que no se dejan usar por la tecnología, los que verán desaparecer a las ciudades y su boato, los que verán como el polvo y la naturaleza se come toda la creación humana que no esté hecha de la eterna piedra.

Preparémonos para los fenómenos que siguen, podemos pronosticar sin ambages que seguirán con más fuerza los conocidos; sismos, erupciones, ciclones, fríos intensos, incendios, se suman oleadas de sargazos, derretimiento de casquetes polares, hoyos enormes por asentamientos, plagas por cambios de clima y por cambio de ejes de la tierra, fenómenos.

La situación no es aleatoria, estamos preocupados por la salud, y dejamos de ver, nuestros derechos humanos los dejamos del lado, dejándolos en manos del gobierno, ese fenómeno social es peligroso si dejamos de ver la situación de manera global, estamos a punto de caer en una nueva esclavitud. Este fenómeno es el peor de todos, es una nueva esclavitud a la que más atención debemos poner, los fenómenos naturales pueden ser sorteados, los fenómenos sicosociales son los más peligrosos.

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