Una dimensión cercana (La ciencia al despertar)

*LF Valencia

Una dimensión cercana

Si queremos entender y encontrar el resultado adecuado, por medio de cálculos matemáticos o explicar alguna función que es trascendente ante un comportamiento natural humano. Si queremos explicar dimensiones, comprender el espacio y el tiempo; las matemáticas pueden ser el lenguaje comprensiblemente adecuado. Pero si se trata de explicar fenómenos relacionados con el entendimiento o libre albedrio y la razón a que nos podemos afianzar, las matemáticas no funcionan, allí estriba la subjetividad.

Se puede llegar al entendimiento de un sistema complejo hablando razonablemente: usando únicamente la razón, eso es filosofía. ¿Qué sucede cuando, los fenómenos son incomprensibles, difícilmente medibles o adimensionales? Se abre una pauta más profunda, infinitas posibilidades y un sinfín de posibilidades de calcular el origen y destino de la vida: eso es física. Los físicos se encargan de estudiar y amar la magnificencia del Universo mediante el cálculo, los filósofos mediante la mente.

En la física enfocamos los esfuerzos para descubrir la riqueza de la creación. Descubrimos que la vida está armoniosamente diseñada, la física se encarga de demostrar su origen y en su entramado vemos fenómenos asombrosos,  como coques destilados a presión, colisiones invisibles al ojo humano, devastación marina en volcanes, creación de vida por toda la extensión de la tierra,  explosiones e implosiones son la espiración, son la dimensión creadora.

“Las matemáticas son el alfabeto con el que dios ha escrito el universo” – Galileo Galilei.

Una fuerza natural tan poderosa, capaz de crear y destruir, vivir, respirar y metabolizar, es la fuerza de la vida. La fuerza de la vida es una dimensión regida por leyes naturales, las leyes naturales son las fuerzas básicas que comprenden la magnificencia universal, lo que es arriba, es abajo, lo que sucede en la tierra, sucede en el cielo, las leyes son universales, son fuerzas en sinergia.

La subjetividad del hombre es la creadora del amor: el amor es la única dimensión que trasciende el tiempo y el espacio, mientras el hombre exista para describirlo, es una dimensión creadora, renovadora y austera, capaz de mover con fuerza y regir un movimiento planetario, “el universo de las emociones”.

Gracias pues al desarrollo de un lenguaje matemático que entendemos todos los hombres, hemos logrado la comunicación que necesitamos para evolucionar, ese lenguaje nos da la oportunidad de atender y entender que el amor no es medible, que las reglas físicas y matemáticas le son ajenas, pero que queremos trazar líneas de intensidad, esa intensidad la llamamos la dimensión creadora de subjetividades, que en nuestra mente ocupan un espacio y tiempo de por medio se profundiza en la eternidad, donde el tiempo no es más que un concepto, por lo tanto las emociones pueden ser infinitas y universales. “Si existe espacio existe amor y si existe tiempo existe vida: en conclusión si existe amor y vida, existe esperanza. Seas bienvenida al mundo subjetivo: Azalea Valor

 

 

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