Una verdad a medias

p. Agustín García Celis

Reflexionar sobre los problemas de la sociedad es un mar sin fondo, ya que unos son consecuencia de otros y como se dice coloquial mente, se tapa un problema y se descobijan otros. Así es la situación actual, con los discursos mañaneros y entre tantas preguntas sobre la problemática del país, se ha caído en la obligación de dar respuesta a todas las situaciones sociales, sin conocer la magnitud de la verdad en cada caso.

La problemática en la sociedad, día a día se desarrolla como la corriente de un rio que, aun que es más de lo mismo, pero no son los mismos acontecimientos diariamente. Esto provoca que, por un lado, la gente se vaya acostumbrando a la situación y llegue a creer que es algo normal lo que acontece diariamente, aunque le afecte en su entorno social. Pero también nos puede llevar a vivir en una situación de consternación constante, que desencadene una enfermedad social de estrés y sobresalto, donde actuemos a la defensiva, lastimándonos unos a otros.

Es importante que cada ciudadano conozca la verdad, sin minimizarla, pero también sin llevarla a un extremo. De tal manera que, como actores sociales, nos hagamos conscientes de nuestra responsabilidad, formando conciencias maduras y capaces de ser uno más que suma, superando la barrera del miedo y formándonos en la verdad. Esta es una reacción positiva en este mundo lleno de intereses sociales.

Si nos preguntamos ¿Por qué en ocasiones la verdad es minimizada? ¿Por qué en ocasiones se nos oculta la verdad? Estas y otras tantas preguntas seguramente encuentran respuesta en las mentiras sociales que a diario recibimos y que se proponen como verdades y buscan establecerse en la sociedad a pesar de lo evidente, que desmiente todo la información que se nos da a conocer.

Hay esa tendencia entre las personas a minimizar la verdad, sobre todo cuando afecta a la sociedad, cuando afecta a las personas. Todo lo contrario cuando esa verdad beneficia a una persona o un grupo de personas, presentamos una verdad distorsionada en tal grado de hacernos creer que aquello o aquella persona es lo máximo. Este tipo de acciones comúnmente son utilizadas para vulnerar y manejar los ambientes sociales, sobre todo en momentos importantes, donde se requiere beneficiar a alguien.

Minimizar la verdad es una acción que afecta mucho a la sociedad, ya que en momentos vivimos engañados por los actores sociales, los cuales se benefician de estas situaciones. No deberíamos vivir en la zozobra de las mentiras, no deberíamos vivir en la mentira contra la verdad, no deberíamos vivir engañados con una verdad a medias, sino participar de la verdad. De tal manera que aprendamos a afrontar las situaciones, a afrontar las consecuencias de nuestras malas decisiones y proyectar nuevos líderes sociales, que, enamorados de la verdad, busquen el bien para todos. Hoy más que nunca debemos conocer la verdad, para poder crear proyectos que nos ayuden a mejorar la sociedad y no lo contrario, porque la verdad a medias, nos vuelve enemigos unos de otros, nos conflictúan en la sociedad, nos lleva a enfrentarnos unos contra otros y finalmente nos volvemos títeres sociales, que no saben ni lo que defienden y no defienden lo que es correcto.

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