Antonio García Solís

Zitácuaro, Mich.- Antonio García Solís ha llevado al mundo del entretenimiento a niños y grandes durante varias generaciones con sus engañosos dulces, unas gomas de dulce con sabor a ajo, semillas de chile, cigarros con cuete, por mencionar sólo algunas. Son parte de la variedad que tiene en las famosas “bromas”.

Antonio es originario del municipio de Jungapeo y gran parte de su existencia la ha vivido en esta ciudad de Zitácuaro, en la actualidad tiene 67 años de edad, de los cuales al menos 39 los tiene ofertando sus productos a niños y jóvenes. Le apodan “El señor de las bromas”.

La mañana luce nublada y conforme avanza el tiempo el frío se hace presente, Antonio García recorre este jueves el poco concurrido tianguis, sobre la calle Guadalupe Victoria norte, se entretiene sólo unos instantes para explicar sus bromas y luego sigue su paso, tomando un breve descanso.

Aunque sí, Antonio sí tiene tiempo de ofrecer una linda canción con su silbato a los que se encuentran de visita en aquel popular tianguis, se trata de una canción de antaño, titulada “Noches eternas”, que ha sido tocada por varios cantantes, como Antonio Aguilar, Vicente Fernández, Rigo Tocar o incluso la misma Dinastía de Tuzantla.

“Que eternas son mis noches, que lenta mi agonía, que triste vida mía, vivir pensando en ti. Porque sin la esperanza, vivir es un tormento y tú en mi pensamiento me agrandas mi sufrir. Que largas son las horas, que negro mi desvelo, que grande desconsuelo, pensar que te perdí”. (Fiiii, fiiiii, fiiii, fiiiii, fifiii, fifiiii, fifiiii, fiiiifiiiiiiiiiiiiiiiiiiii).

García Solís concedió una breve entrevista a “El Despertar”, después de varias ocasiones de insistir.

“Todo hay que hacerlo con amor; sino, no tendría caso salir a hacerle la lucha. Amor y fe”, expresó don Antonio, quien señala que se requiere de hacer el trabajo con verdadera convicción.

Entre los productos que ha tenido a la venta se encuentran el bombón de ajó, semilla de chile y goma de chile. Además la carta para curiosos, la carterita mágica y el billete que no se deja agarrar.

“Me dicen el bromas, viejo payaso, como siempre, esa es la de ahí, hay que esperar cualquier frase, buena o mala, positiva o negativa, pero hay que tomarlo por el lado positivo”, responde de manera amable y sonriente.

Además en su reportorio de productos, se encuentra también la “popó” artificial, el dedo saltarín, la credencial de vagos, las diez cosas de la vida, la Sara García. “Son bromas que entretienen al chavo, sobre todo a la persona. Son bromas que nos hacen reír”. Además de los populares cigarros con cuete, indicó el “señor de las bromas”.

-¿Ha tenido momentos felices en pasatiempo?, se le preguntó. -No, sí. Gracias a Dios me ha ayudado a sobresalir en mis necesidades.

-¿Usted en qué población nació?, a lo cual responde -En Jungapeo, a 5 kilómetros de ahí. -¿Cómo fue que se vino para acá (a Zitácuaro?, -Pensando que estaba mejor el comercio aquí, que allá.

Don Antonio, cabe resaltar, no sólo provocó muchas carcajadas de quienes hicieron sus bromas, sino también el enojo a quienes se las hicieron; ya que, por ejemplo, había una broma llamada pica pica, que quienes tenían contacto con esa sustancia les causaba comezón y la gente rápidamente se irritaba.

El “señor de las bromas” siempre se encontraba afuera de las escuelas ofertando sus productos, siempre con su silbato en la boca y deleitando con sus canciones a niños y jóvenes.

Además la gente, que hoy ya es adulta, tiene viejos y memorables recuerdos de sus “bromitas”, aunque muchas no de tan buen gusto. Lo cierto es que la gente lo considera todo un personaje, en esta población de Zitácuaro, Michoacán.

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