Chaf y Queli, los reyes del albur mexicano

Jungapeo, Mich., a 13 de marzo de 2017.- A ellos no les faltó valor para subirse a un escenario, dominaron a la perfección el lenguaje de la picardía mexicana. No se hicieron millonarios, pero vendieron millones de discos. Sus anécdotas están llenas de alegría por haber logrado las carcajadas de la gente, fueran carpas, teatros o escenarios de media noche. Su único fin era llevarse las palmas del público. Nos referimos a Chaf y Queli, un par de chilangos albureros cien por ciento mexicanos.

Nos encontramos, el equipo de El Despertar, en Jungapeo, un pueblo típico, productor de guayaba, donde se hace una nieve exquisita y abundan las mujeres bonitas. Ahí, en el cumpleaños del Chaf, uno de los invitados especiales es Queli, su pareja artística de toda la vida. En el paradisiaco lugar se pudo disfrutar de una carne asada, papas asadas con queso, nopales, una buena salsa, tortillas a mano y, por supuesto, momentos para compartir de las experiencias de los reyes del albur.

“Nosotros toda la vida hemos trabajado comedia, probablemente hicimos algo dramático; pero fue de pura “chiripada”, porque nosotros realmente siempre hemos trabajado la comedia, es lo que a nosotros nos llamó la atención, era nuestro fuerte, pero para nosotros era un drama, porque no había chamba, entonces ahí era cuando la comedia se volvió un drama. ¡jajajajajajaja!”, expresaron a carcajadas los chilangos albureros.

Su fama y popularidad los llevó a hacer hasta 4 o 5 películas, algunas de ellas muy sobresalientes, como “Albures Mexicanos”, “El Día de las Sirvientas”, “Movidas Chuecas” y “Salsa Mexicana”.

Tuvieron el gusto de haber alternado con los mejores comediantes de la época, como Jorge Ortiz de Pinedo, Luis de Alba “El Pirrurris”, Rafael Inclán, Cesar Bono, Alfonso Zayas, entre otros. Éste último dedicado a la sexi comedia y picardía mexicana.

Chaf y Queli tuvieron mención honorífica por vender más de un millón de discos. “Los discos en México y en Estados Unidos se vendían mucho, con decirte que el “Chatanuga” nos decía: “Ustedes debían de ser millonarios, pero en dólares, porque en Estados Unidos se venden todos los discos de ustedes”.

Queli expuso una de sus mejores anécdotas: “A mi Javier Solís me dijo: ‘El que se sentía buen mexicano allá (en EEUU) tenía, desde luego, una foto de la virgen de Guadalupe, una foto de Pedro Infante y un disco de Chaf y Queli’”.

La forma en que aprendieron el albur, expresó Queli, es porque su papá era bien alburero, “entonces él albureaba con los clientes. Yo al principio no les entendía nada ¿de qué se ríen? son puras babosadas y fui aprendiendo (pero) Jorge (Chaf) nace en el pleno centro, donde es la raza brava, donde se practica mucho el albur, él caló la jerga, entonces cuando nos juntamos me dijo Jorge, ¿tú crees que alguien nos pueda comprar un disco de maricones?, yo le dije, ¿qué vas a hacer de tu vida?, y se comienza a carcajear, jajajajajaja, me dijo: Yo sí lo compraría”. Con su maestro y productor Ramiro Garza comenzaron a producir discos de albures mexicanos.

El Chaf, por su parte, comentó que en su tiempo de su juventud tenía a la vuelta de su casa varias carpas o teatros, como el teatro Cervantes. Aparte, Chaf llevaba su propio artefacto para agujerar la tela o lona de las carpas para ver los espectáculos y estar, como él relata, en el asiento de primera fila. Para ese tiempo los grandes de la carpa eran Clavillazo y varios más, en la colonia Salto del Agua, en el Centro de la Ciudad de México.

El mismo “Clavillazo”, “Pompín”, Polo Ortín, acudían a sus presentaciones con el fin de ver qué es lo que iban a hacer. “Muchos fueron con la curiosidad y luego fueron muy cuates de nosotros, nos felicitaron. Hasta la fecha somos muy buenos amigos”, expresó la pareja.

“Lo mejor que pudo haber es cuando el público te aplaude mucho, se ríe mucho. Nosotros en algunas ocasiones, la máxima satisfacción que tiene el comediante no es el aplauso, sino la risa, que la gente se ría, ya después que la gente se ríe te aplaude, porque la risa es lo más espontaneo, lo primario”, expresó Chaf.

Jorge “Chaf” después del temblor del 85 se vino para Michoacán, mientras tanto, a Queli le ofrecieron trabajo con Jorge Ortiz de Pinedo en el programa “La Escuelita” y hoy, ambos, tienen la idea de volver a relanzar su discografía.

Ambos personajes, que ya rebasan los 70 años, dijeron en entrevista que llegaba Queli y atendía el negocio de su padre, una tintorería en la Ciudad de México, y con unos amigos, ahí, platicando, otro planchando y otro escribiendo a máquina, escribieron una obra, en la cual dieron vida a 10 personajes, 5 cada uno.

Mucha gente salió fascinada, porque al final resultó ser un espectáculo bonito, reconoció Queli. Entre los que subieron a felicitarlos fue el mismo Erick del Castillo y Carlos Fernández y les reconocieron que durante dos horas y media entretuvieron al público y se sorprendieron cuando interpretaron a 10 personajes, con sólo dos actores a escena.

Los críticos más grandes de ese momento, como Salvador Novo, Rafael Solana, Wilberto Cantón, les dieron el visto bueno. La obra se llamaba “Máscaras y más barata”, que era el ensayo de una obra de teatro.

De lo primero que se les ocurrió a Chaf y Quely fue llegar al público en la radio y gracias a la marca Colgate Palmolive, que se encargó de patrocinar su espacio y además les dio oportunidad una temporada.

Posteriormente se estrenaron en la televisión y en su vida artística también arribaron a los escenarios de Radio Centro, donde colaboraron hasta por 15 años. Su trayectoria continuó hacia Radio Fórmula. Durante su paso por Radio Centro, en aquel tiempo don Pancho Aguirre tenía la concesión del canal 13, Chaf y Queli pertenecían al departamento creativo y fueron proyectados para dicha emisora.

Para ese tiempo Azcarraga sintió “pasos en la azotea”, explicó la pareja, porque con un elenco y con series pequeñas, pero con mucho talento e ingenio en el canal, se le compitió; tanto así, que el señor (Azcarraga) decidió bajar el costo de sus anuncios, para que no se fueran al 13, sino que permanecieran en Televisa y les dijo a sus anunciantes, “si se anuncian conmigo les doy 3 canales y 5 estaciones de radio. Don Pancho hizo lo mismo, les doy el canal 13 y 10 estaciones de radio. Funcionó bien el canal y ahí estuvimos 7 años y medio”.

En los años ochenta, Chaf, Queli y La Chilindrina armaron un tumulto en Chapultepec luego de su presentación ante el público dominical, en un programa radiofónico que otorgaba premios mediante concursos. La presencia de La Chilindrina empujó a una entusiasta muchedumbre a que los tres actores descendieran de una camioneta en la que viajaban. Fue algo fascinante, que padres de familia y sus pequeños hijos se aglutinaran para saludar a sus artistas predilectos.

Homero Gutiérrez, un artista zacatecano, rindió un homenaje a los dos chilangos albureros y al referirse a ellos escribió: “Vivimos una temporada muy malita y hace falta de qué reírnos, de los albures, de los chistes, porque tenemos un bombardeo de información no muy agradable y necesitamos algo de comicidad, alegrarnos aunque sea un ratito”.

Gutiérrez piensa que con este homenaje a Chaf y Queli se redime “el ingenio, el manejo del idioma que sea en el albur, que por supuesto tiene una absoluta connotación sexual, pero graciosa, cuando digo por ejemplo, ‘ahí va el pájaro que mea garras’”.

Hasta la próxima a nuestros estimados y asiduos lectores.

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