Eduardo Ruiz

Eduardo Ruiz

H. Zitácuaro, Mich. – Eduardo Ruiz Álvarez nació en la población de Paracho, Michoacán, el 22 de mayo de 1839, personaje de ideología liberal que combatió contra la Segunda Intervención Francesa en México, destacó en la política. Sobresalió también como historiador, escritor y periodista.

Sus padres fueron Toribio Ruiz y Josefa Álvarez, de origen indígena don Toribio siempre mostró interés por ilustrarse con libros que adquiría en sus frecuentes viajes que hacía a la Ciudad de México, donde comercializaba artículos de madera y barro.

Realizó sus estudios básicos de primaria en Pátzcuaro y Uruapan. En 1852 ingresó al Colegio de San Nicolás en la capital michoacana, donde cursó el bachillerato de jurisprudencia y en 1863 se tituló como notario público, un año después lo hizo como abogado.

El historiador zitacuarense Crispín Duarte Soto realizó una importante aportación editorial con su libro titulado Leyenda histórica de Zitácuaro y los cerros Cacique y el Pelón, para hacer referencia a la vida y obra del michoacano Eduardo Ruiz.

Ruiz Álvarez creció entre las manifestaciones culturales del pueblo purépecha, del cual se sentía parte y heredero de su rica cultura.

Destacan sus obras como, Michoacán, Paisajes, Tradiciones y Leyendas. Un idilio a través de la Guerra. El Despertar de un Pueblo. Derecho Constitucional y Administrativo. Historia de la Guerra de Intervención en Michoacán y Álbum de Uruapan.

Fue diputado al Congreso de la Unión, posteriormente fue nombrado Procurador de la República y Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En el rubro del periodismo laboró como redactor en El Renacimiento, El Siglo XIX, Revista de México, La Tribuna, Revista Universal, La República, así mismo se encargó de fundar el periódico Cupatitzio.

En 1864 participó al lado de Vicente Riva Palacio, como su secretario, en el combate al imperio francés en tierras michoacanas, particularmente en el oriente.

Después se desempeñó como Jefe de la Sección de Estado Mayor en la Secretaría de Guerra y auditor general del Ejército Republicano del Centro.

En 1891 escribió el libro titulado Michoacán, Paisajes, Tradiciones y Leyendas, donde hace referencia a la historia del pueblo tarasco en forma de leyendas y descripciones de fácil y agradable lectura.

Realizó narraciones cronológicas encadenadas, donde hace gala de sus conocimientos idiomáticos y costumbrista del pueblo Purépecha. En su libro hace uso de su acervo de tradiciones que logró acumular durante su niñez y juventud, en su relación permanente con la cultura tarasca.

Su obra se agotó en breve tiempo, por ello Eduardo Ruiz decidió publicar un nuevo volumen. Se destacó por ser un estudioso de la cultura purépecha, además de haber nacido en su seno, se dedicó a investigar todo tipo de vestigios para conocerla mejor.

En la segunda parte de su libro Eduardo Ruiz tuvo a bien considerar nuestra tierra, relatando una leyenda con el título de Zitácuaro.

A continuación, un extracto del libro Zitácuaro, escrito por Eduardo Ruiz.

Extraña animación reina en Zitácuaro, en Taximaroa, en todo el valle de Quencio.

Zitácuaro es como un lugar de cita, en donde van reuniéndose millares de indios, vecinos de los pueblos inmediatos.

Las calles están tapizadas de huinumo (nombre tarasco de las hojas del pino), de cabaña a cabaña hay festones formados de flores, el ambiente está perfumado.

De tiempo en tiempo se escucha la detonación de los cohetes que estallan en el aire o se oye en el interior de algunas casas, la música melancólica pero armoniosa de los tarascos.

Empero por más que los ojos indagan, en ninguna parte aparece Cuanícuti, ni se ve, en consecuencia, a su inseparable Cumanda.

¿No es ya el guerrero cacique de Zitácuaro? ¿Cuerpo y sombra han desaparecido acaso de la tierra?

La verdad es que el guerrero triste huye de participar del regocijo público, él no es como los demás indios, partidario de Hernán Cortez, él no lo mira como protector de los naturales.

Jamás podrá olvidar los combates que sostuvo contra el conquistador en las calles de México, en donde los cadáveres de los aztecas servían de trinchera a los ejércitos contrarios, ni menos perdona el horrible y bárbaro suplicio de Cuauhtémoc, ni su injusta muerte cuando lo hicieron perecer en la orca. La memoria del héroe nunca se borraba del alma de Cuanicuti.

Eduardo Ruiz falleció el 16 de septiembre de 1902 en la ciudad de Uruapan, a la edad de 63 años.

El parque nacional Barranca del Cupatitzio, establecido en Uruapan, en una finca que fue patrimonio de su familia, algunas personas lo llaman Parque Eduardo Ruiz en su memoria. Al lugar también lo denominan “río que canta por sus caídas”.

También se nombró una de las preparatorias en Uruapan, conocida como Escuela Preparatoria Licenciado Eduardo Ruiz.

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