Juan Escutia Olivares, “La Gloria Deportiva de Zitácuaro”

Zitácuaro, Mich.- Fue el primer michoacano en participar en unos Juegos Olímpicos con el respaldo de 7 años de competencias como deportista, Juan Escutia Olivares, también conocido como el “Indio Olivares”, nació en un pueblo escondido en el oriente de Michoacán, llamado “San Pancho” o Coatepec de Morelos, el 15 de diciembre 1895.

En el año 1918 ingresó a la Escuela Preparatoria Presbiteriana, de origen norteamericano, en Coyoacán, Ciudad de México, aunque inicialmente su niñez la vivió en la heroica Zitácuaro. En sus años de gloria deportiva participó y destacó en los torneos organizados por “El Heraldo de México” y “El Universal”.

Durante su juventud participó en varios eventos deportivos y junto a otros compañeros conformaron el “Team de Relevos” representando a la institución presbiteriana, donde obtuvieron el quinto lugar en el Tercer Inter-Escolar. Posteriormente obtiene el tercer sitio en el torneo organizado por “Heraldo de México” y un segundo lugar en la competencia organizada por “El Universal”. Así mismo obtienen una copa, entonces donada por el Presidente Adolfo de la Huerta, ello dentro del quinto Encuentro Inter Escolar.

A su ingreso al “Country Club”, Juan Escutia consiguió el primer lugar en 800 metros, medalla de oro y copa de plata. Impuso record nacional de 3 minutos y 20 centésimas de segundo para recorrer mil metros. Entre otras competencias, ganó una copa de plata y finalizó en primer lugar en una carrera de 200 metros planos, en los llamados Juegos Atléticos Inter-Escuadras.

Corría el año de 1923 cuando se incorpora al “Club Yaqui” y al representar a esta asociación ahora llega al primer lugar en la competencia de 400 metros con obstáculos. Dentro de dicho club también se hace triunfador en la competencia de los 800 metros planos.

En 1924 es considerado para participar en la eliminatoria preolímpica que se efectúo en el “Parque Unión”, donde se tomaron en cuenta a 15 secundarias y escuelas profesionales de la capital, dando un total de 196 competidores. De este grupo surgió la Delegación Olímpica de México y el deportista zitacuarense ganó el primer lugar en la carrera de 800 metros, con un tiempo de 2 minutos y 60 centésimas de segundo.

En este mismo evento también se coronó ganador en la carrera de 400 metros con obstáculos e impuso un record nacional de 1 minuto y 6 segundos. Se llevó en estas dos carreras una medalla de oro y una copa de plata.

Para los meses de mayo, junio y julio se pusieron en marcha los octavos Juegos Olímpicos, teniendo como sede París, Francia, donde desafortunadamente no hubo medalla para ninguno de lo atletas mexicanos.

A su regreso a México y luego de que los atletas realizaron un viaje por algunos países europeos, Juan Escutia tenía en su mente el anhelo de estudiar medicina. Sin embargo su deseo no pudo ser realidad, debido a que se mantuvo cerrada la facultad de esa especialidad durante varios años.

De tal manera que con energías renovadas organizó el llamado “Club Deportivo Zitácuaro”, el cual también fue conformado por Rosalío Vaca Verduzco, Manuel Rubio Vianqui, Ing. Francisco Alvarado, Dr. Samuel Reyna Miranda, Profr. Ramón Miranda y Luis Rodríguez, dicho club destacó en varios estados de la república mexicana, entre ellos el Estado de México y Michoacán. Los deportistas participaron en varias modalidades, desde baloncesto, atletismo, natación y otros deportes no especificados.

Juan Escutia ingresó como maestro de educación física en el Instituto Científico Literario del Estado de México, así como en la Escuela de Artes y Oficios de Toluca, esto ocurrió en el año de 1925.

Años después recibe una misión cultural y viaja por algunas ciudades, entre ellas la población llamada El Dorado, en el estado de Chihuahua, lugar donde es participe de un accidente que termina con su vida. Dicho trágico suceso ocurrió el día 5 de octubre de 1933. Para honrar su memoria, una escuela de esa misma población le puso el nombre de “Profr. Juan Escutia Olivares”.

Fue hasta el año de 1962 cuando son traídos a Zitácuaro sus restos, que fueron depositados en la rotonda de honor del panteón municipal, ello ocurrió el día 9 de junio del año en mención. A su llegada le es montada una guardia de honor en el palacio municipal, donde participó una banda de guerra, así como varios grupos escolares y pueblo en general dieron testimonio.

Años después los zitacuarenses propusieron que la Unidad Deportiva llevara su nombre, para seguirle reconociendo sus logros, así como un monumento. Hechos que no pudieron concretarse.

En la actualidad su nombre aparece en la “Rotonda de los hombres ilustres”, en el panteón municipal “San Carlos”, junto a otros distinguidos zitacuarenses, como  el héroe Chinaco, Francisco Serrato; el filántropo Dr. Emilio García, Jesús García, el prefecto Aurelio Arciniega, el también filántropo Dr. Alejandro Kaplun, el médico de los pobres Manuel Ramos y el Profr. Lorenzo Corro González.

Los padres de Escutia Olivares fueron el señor Francisco Escutia Ruiz y la señora Nestora Olivares de Ruiz, fue el mayor de 7 hermanos, Leopoldo, Francisco, Tolentina, Elvira, Consuelo y Edilia.

Un dato no menos relevante es que el profesor Escutia había sido participante de la Revolución de 1910 y 7 años más tarde había dejado las causas revolucionarias, pero había alcanzado el grado de capitán. Posteriormente ya entró de lleno a competencias atléticas.

En el mural de la historia de Zitácuaro aparece la figura del “Indio Olivares”, quizás llamado así por su piel morena. Ahí, en dicha pintura, aparece de fondo el “Salto de Enandio”, corriendo en una zona muy arbolada y puesto un short, tenis y en su camiseta la bandera de México.

Nota: Gracias por leernos y hasta la próxima a nuestros constantes lectores de El Despertar.

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