Personaje de la Semana

Laura Arriaga

H. Zitácuaro, Mich. Además de ama de casa es comerciante, mujer trabajadora y emprendedora, quien cada año se establece en el jardín principal para ofertar sus ricas roscas con motivo de Día de Reyes.

Ella es Laura Arriaga Zetina, originaria y vecina de Zitácuaro, quien viene de una familia de panaderos por lo que la fabricación de estos productos artesanales se han convertido en parte de su vida.

Resaltó que entre los ingredientes principales de la rosca de reyes está la harina, huevo, leche, mantequilla, naranja, nuez o dependiendo del gusto de la gente.

Hay quienes las piden con relleno de nutella, que es una crema de cacao y avellana, hay otros sabores más como el dezarzamora con queso filadelfia, ceresas, entre otros más.

Entrevistada por “El Despertar” explicó que su familia tiene alrededor de 30 años vendiendo las tradicionales roscas, incluso antes de que se formalizaran las uniones de comerciantes.

Su puesto está establecido en la calle de 5 de Mayo esquina con Lerdo de Tejada y desde ese tiempo a la fecha han recibido el permiso de las autoridades en turno.

Su padre José Arriaga se adentró al maravilloso mundo de la panadería desde que tenía 12 años de edad, es un personaje muy conocido en las panificadoras.

Laura Arriaga con el paso del tiempo se casó, precisamente con un fabricante de pan y sus suegros también se dedican o dedicaron a ese noble oficio.

Señaló que en Zitácuaro se produce el mejor pan de todo el mundo y mucha gente puede dar constancia de lo anterior.

Quienes degustan del pan hecho en esta ciudad vienen del interior y fuera de México, siempre se acuerdan del pan y su diversa gastronomía.

Consideró que es un privilegio y honor ser parte de los panaderos de esta localidad.

Un dato importante es que todavía sus productos, como la rosca, las introducen a un horno de piedra, aunque ya no con leña para no dañar el medio ambiente sino con combustible como el gas.

“Desde chica me gustó mucho el oficio de mi papá, yo casi desde los 7 u 8 años nos íbamos con mi papá a su trabajo y ahí nos ponía hacer cosas pequeñas y luego a hacer figuras y todo lo demás”, indicó.

El señor José Arriaga, su progenitor, es originario de Tuxpan, Michoacán, sin embargo prácticamente ha trabajado toda su vida en Zitácuaro, quien fue el que les enseñó a sus hijos el oficio de la panadería.

Algunos de ellos prefirieron dedicarse a otras cosas mientras que Laura Arriaga ha sido perseverante. 

Aunque también implica mucho trabajo, requiere de una dosis de vocación para dominar el arte de las harinas y para ello se debe tener cimientos sólidos a base de formación y práctica.

Ciertamente cada vez hay más consumidores que valoran los productos artesanales, hechos a mano y con materias primas de la mejor calidad. 

Ha renacido la profesión de panadero que había perdido el interés de las nuevas generaciones debido a sus duros horarios y por la inclinación hacia otras especialidades del gremio.

Un panadero realiza diferentes acciones en función de su rango, su experiencia y sus conocimientos. 

Sus funciones van desde el aprovisionamiento de materias primas, la limpieza y preparación de los utensilios y máquinas que utiliza, la elaboración de las masas, la fermentación, el horneado y la presentación del producto final.

Cabe mencionar que en las pequeñas panaderías, es el propio panadero quien se encarga también de la venta al público. 

Es aquí donde se requiere tener don de gente y sumando algunas estrategias comerciales le dará al profesional mayor éxito con sus clientes.

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