Miguel Hernández “Lito”

Zitácuaro, Mich.- Miguel Hernández Velázquez realizó su carrera deportiva en el llamado “rey de los deportes”, incursionó en la década de los 20’s y participó en algunos equipos, como “El Deportivo”, “El Imperial” y “Carta Blanca”. Así mismo llegó a dirigir al popular “Indios de Zitácuaro”, el cual arrastró un importante protagonismo de aquellos años. Hernández Velázquez falleció aproximadamente a la edad de 63 años, luego de haber sido uno de los principales impulsores del beisbol en nuestra ciudad.

Para  aquella época la actividad beisbolera se hacía en el paraje denominado Las Palmas o lo que antes eran las instalaciones de la Coca Cola, allá por la calle Lázaro Cárdenas. De tal manera que alguna parte de estos terrenos fueron acondicionados por los apasionados al deporte y para ello los mismos utilizaban sus caballos y burros para arrancar los magueyes, que por cierto abundaban en ese tiempo.

La historia del beisbol en Zitácuaro tiene en su memoria a jugadores sobresalientes, como Juan Bárcenas, José “El Chupiste, Braulio Pérez, Miguel Hernández Velázquez, mejor conocido como “Miguelito”, Jesús Mora Hernández, Pedro Baca Romero, Clemente Colín, José Herrera y Tiburcio Maya Ramírez (sólo por mencionar algunos). En ellos recaía la responsabilidad de impulsar el beisbol e inclusive de organizar torneos deportivos.

Gran mérito en la práctica se le debe al señor Rafael Núñez, quien había sido militar, por ser un promotor importante. Además de que los conocimientos que tenía los trasmitía a los interesados y lo hacía con la disciplina necesaria.

El señor Emilio Hernández, hijo del legendario Miguel Hernández “Lito”, señaló en entrevista con “El Despertar”, que “fue una época dorada, porque el beisbol tenía mucha afición. Se decía que eran profesionales los compañeros de él (“Lito”), los quiso mucho, por eso llegó a ser famoso su equipo. Ahí fue su carrera y luego vino su enfermedad (diabetes)”.

“Fue un gran hombre, deportivamente, lo quiso mucho su gente y él los quería. Él tenía un don que Dios le dio. Sabía apreciar a un buen jugador, si usted era de su equipo iba a abrazarlo por el aprecio al deporte. Además nos daba de comer y todo”, añadió Hernández.

Había varios campos donde se practicaba el beisbol y a quien le llegó el amor por promoverlo fue al señor Rafael Baeza, quien había prestado o donado un terreno arriba de la calle Guadalupe Victoria, pero luego los deportistas vieron que no era suficiente el espacio, por lo que Rafael Baeza finalmente donó el que actualmente lleva su mismo nombre, “Campo Deportivo Rafael Baeza”.

Había incluso material fotográfico donde el campo en mención fue bardeado con adobes, mismo que hicieron los mismos beisbolistas. Luego empezaron a incursionar los futbolistas con su actividad y no hubo egoísmo de los primeros, por lo que también se dio cabida al futbol soccer, según comentó don Emilio Hernández, por lo que se compartió el campo.

Sobre su padre mencionó que “se hizo muy famoso el viejo”, a nivel nacional, porque luego tuvo un historial muy bonito, se fue a Cuernavaca y como vieron que le gustaba el beisbol le dieron el equipo “Coca-Cola” y “ahí entró mi padre, y los llegó a ser campeones del estado. De ahí lo mandaron al equipo “Cemosa”, representando a Cuernavaca tuvo que ir a competir en Uriangato, Guanajuato, de donde se trajo el primer lugar.

Una de sus actividades en el ámbito laboral de Miguel Hernández “Lito” fue ser arriero; es decir, aquella persona que se dedica al transporte de mercancías por tracción animal. Acarreaba arena, piedra, frutas y también se enfocó en la actividad comercial, como vendedor.

Posteriormente abrió una cervecería, con el apoyo de un señor de apellido Correa, donde se expedían productos de la cerveza “Barril” y “Carta Blanca”. Tiempo después puso dos cantinas, ubicadas entre las calles de José Ma. Coss y Dr. Emilio, lugar al que acudían los aficionados y no aficionados al beisbol.

Don “Lito” fue uno de los llamados “terceras bases” y en aquel tiempo, por la década de los cuarentas, se tuvo la visita de un hermano de Pedro Infante, Ángel Infante, por lo que le gritaba a “Lito” “¡Eres valiente viejo!, “¡Eres valiente viejo!, había un compañerismo muy hermanado entre los jugadores”, señaló Hernández.

Otros equipos protagonistas fueron también “Los Halcones”, “Ferrocarriles Nacionales” y “El Águila”, quienes jugaban en aquella zona llamada “La Estación”. Surgió otro conjunto denominado el “San Crispín”, que era integrado por aquellos de oficio guarachero, así como el “Rojos de San Juan”.

Por la época de los sesentas salieron a escena deportiva los equipos “Tejas”, integrado por trabajadores de galeras, quienes fabricaban teja y tabique. “Ceballos”, conformado por trabajadores de la construcción, “Talleres” de oficio guarachero, SOP incorporado por trabajadores de obras públicas. Otros equipos que destacaron fueron también “Deportivo Zitácuaro”, “CFE Operaciones” e “Indios”.

Tuvo tal auge la práctica del beisbol en las comunidades y el municipio que cuando se realizaba el reparto agrario el gobierno federal llegó a entregar los ejidos a los campesinos, también les proporcionaba bolsas que contenían pelotas, bats y guantes para la práctica de esta actividad deportiva.

El beisbol perduró por algunas décadas gracias al apoyo incondicional de personas, quienes además de promover la práctica colaboraron económicamente y moralmente para el sostenimiento de sus equipos, ya que el aprecio era tal que la gente se desprendía de propiedades o donaba lo necesario para hacer del beisbol una fiesta deportiva en Zitácuaro y la región oriente.

 

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