Nicolás Romero


Por: Gabriel Gómez Rodríguez

H. Zitácuaro, Mich.- Nicolás Romero nació en la población de Nopala de Villagrán, en el Estado de
Hidalgo el 6 de diciembre de 1827.


Hombre que por su valentía y arrojo le llamaron “El León de las Montañas”, “Arquetipo de los
chinacos”, “Azote de los franceses”, “El Guerrillero de la Reforma” y el “Héroe de Tierra Caliente”.
Se convirtió en uno de los enemigos más poderosos de Maximiliano de Habsgurgo. Participó en la
Guerra de Reforma y en la Segunda Intervención francesa en México.
Juan de Dios Peza, una de las glorias literarias del México del siglo XIX escribe unas memorias
dedicadas a Benito Juárez y en ellas contempla un capítulo a “El León de las Montañas”, cuyo texto
original data del año 1904.
Nicolás Romero, sencillo y modesto, sin otra ambición que la de luchar sin descanso contra el
enemigo extranjero, luchaba siempre con arrojo y sin temor alguno.
Vivía como las águilas, entre las rocas escarpadas de la sierra, sirviéndole de almohada muchas
veces la montura que quitaba a su caballo consentido, que junto a él quedaba velándolo.
Vestía siempre de negro, con el pelo cortado al rape, el rostro afeitado, sin ninguna insignia militar
que denotara rango, categoría o superioridad entre sus compañeros.
Había servido con el bravo Aureliano Rivera, a cuyo lado se batió muchas veces con denuedo, y
luego se fue con el general Vicente Riva Palacio, a quien profesaba respeto.
Algunas de sus batallas épicas fueron en Venta del Aire y Angangueo. Le hicieron popular y gozó
de fama como hombre temible.
El poeta y escritor mexicano lo describe con sus ojos penetrantes y vivos, mismos que
relampagueaban bajo el ala negra del ancho sombrero que llevaba, siempre hundido sobre las
cejas.
Nicolás Romero tiene el gran mérito de que antes que fuera un hombre de armas, había sido
hombre dedicado a la agricultura y posteriormente fue trabajador textil.
En 1958 incursionó en la llamada Guerra de Reforma y se adentra en las fuerzas de Aureliano
Rivera al mando de su batallón del “Ejército Federal-Guerrilla Zaragoza-Escuadrón Romero”, que
se integraba de tres compañías, lanceros, carabineros y exploradores.

En las montañas de los estados de México, Michoacán y Guerrero creció ampliamente su
reputación como un hombre tenaz en la batalla y ahí combatió a los conservadores y franceses.
Asi mismo, recibió la orden de levantar un escuadrón para inspeccionar los rumbos de
Tlalnepantla, Cuititlán, Jilotepec y Zumpango.
En la Batalla de Puebla ayudó a la victoria sobre el ejército comandado por el Conde de Lorencez.
Para distinguirse de los franceses los defensores comenzaron a usar camisas rojas y desde
entonces se les dio la denominación popular de los “Colorados de Romero”.
Corría el año el 31 de enero de 1965, cuando Romero es emboscado en la cañada de la localidad
del Limón de Papatzindán por el Ejército Francés.
Tras un juicio es fusilado el 18 de marzo en la ciudad de México, en la Plaza Mixcalco, en compañía
de sus compañeros el comandante Higinio Álvarez, el Alférez Encarnación Rojas y el Mariscal
Roque Flores.
En su memoria el 7 de enero de 1868 por Decreto de la Legislatura Local, el Coronel Nicolás
Romero, fue declarado “Benemérito del Estado de México”.
El 18 de abril de 1898 por Decreto el pueblo de Monte Bajo, cabecera del municipio del mismo
nombre, es elevado a la categoría de Villa con el nombre de Villa Nicolás Romero.
En Michoacán se encuentra el municipio de Tiquicheo de Nicolás Romero y la localidad de El
Limón, Papatzindán de Romero.
En el estado de México el municipio Villa Nicolás Romero es elevado por Decreto a Ciudad Nicolás
Romero.
Se casó en Zitácuaro, según consta en su acta de matrimonio, boda celebrada en esta ciudad el 7
de octubre de 1864 y contrajo enlace con la señorita Eulalia Flores, de 14 años y originaria de la
Villa de Tacuba.

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