Raymundo García Reyes

Zitácuaro, Mich.- Raymundo García Reyes tiene algunos años dedicándose a la venta de libros y revistas, prácticamente todos los días instala su puesto en una de las calles aledañas a la biblioteca pública “Melchor Ocampo”, algunos libros son viejos pero muestran enriquecedoras experiencias.

Su pasión por la lectura la encontró desde hace 15 o 20 años, de tal manera que se adentró en el fascinante mundo de los libros  y estableció su propio negocio; además de intentar comprender estas experiencias de notables autores y motivadores, le han servido para adentrar a otras personas a la lectura y que puedan también cambiar su manera de vivir y ver la vida.

Aunque solo estudió hasta el sexto grado de primaria, tomó algunos cursos de relaciones humanas y torno. También tiene conocimientos en herrería, además se dedica al mantenimiento de planchas, licuadoras y lavadoras. En algunas ocasiones hasta se levanta muy de madrugada para laborar en un “amasijo” o panadería.

Su puesto de libros y revistas se encuentra a unos pasos del jardín de la Constitución o jardín de las Flores, ahí cercas de la iglesia de nuestra señora de Los Remedios. Ahí Raymundo García se encarga de ofrecer y de recomendar algunos libros o revistas.

En su puesto a recibido hasta a diputados, doctores, ingenieros, etcétera, sin embargo se ha notado que han leído poco y ahí es cuando sugiere a los lectores a algunos autores notables o inclusive da su punto de vista sobre alguna lectura en específico.

“Me motivo a mí, mismo, me gusta motivarme a diario, a diario, lo dice Hoffman Dino: diario regálales una sonrisa, diario observa a las personas, cuando amanece párate en una esquina, uno ya viene riendo o ya muchas personas vienen pensando en sus problemas, verdad, definitivamente hay que leer, hay que darse cuenta, entonces en mi caso, me doy cuenta, me pongo a leer y les paso el mensaje a muchas personas”, explicó.

Ha tenido experiencias en las lecturas, tiene un cúmulo hasta 20 años como lector de libros y revistas, tanto así que mencionó que “en este edificio (mi cuerpo), no entra ningún tipo de medicina de patente, porque de ahí he sacado muchísimas cosas, entonces, le recomiendo que se pongan a leer y lo pongan en práctica, porque si se ley no se pone en práctica se queda uno igual.

Uno de sus principales motivadores ha sido el conferencista mexicano Miguel Ángel Cornejo, a quien le tiene “mucha ley” porque en sus discursos relata los secretos del éxito y defiende el poder de los emprendedores.

Uno de los libros que recomienda leer Raymundo es la historia del “Monje que vendió su Ferrari”, libro que muestra a través de sus páginas la extraordinaria historia de Julian Mantle, un abogado de éxito que, tras sufrir un ataque al corazón, debe afrontar el gran vacío de su existencia.

Por lo cual Mantle toma la radical decisión de vender todas sus pertenencias y viajar a la India. En es un monasterio del Himalaya donde aprende las sabias y profundas lecciones de los monjes sobre la felicidad, el coraje, el equilibrio y la paz interior.

Otro de los libros que también recomienda “Ray” es “El Alquimista” del autor Paulo Coelho, el cual es uno de los favoritos de la gente, ya que sin duda es una hermosa fábula acerca de seguir sus propios sueños.

En resumen este libro se refiere a que cuando una persona desea realmente algo, el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño, basta con aprender a escuchar los dictados del corazón y a descifrar el lenguaje que está más allá de las palabras, el que muestra aquello que los ojos no pueden ver. Este libro muestra a sus lectores las aventuras de Santiago, un joven pastor andaluz que un día abandonó su rebaño para ir en pos de una quimera.

“No queremos volar porque no queremos, pero ahí está todo”, se refiere Raymundo a los libros de Paulo Coelho.

“Para mí, la felicidad consiste en levantarme por las mañanas y ver las cosas hermosas, nada más y nada menos que esta niño que tengo aquí enfrente, pasa y me dice ¡buenos días! Y la forma en que me lo dice, para mí, ya me retroalimento, entonces la casa que es mía y que es de usted, tengo una nietecita, curiosamente una nietecita, le digo que nadie me despierte, o sea en la noche, pero si va la niña, ¡déjenla!, te imaginas la sonrisota que se duerme tu servidor, que la chuiquilla llega y dice ¡papi!, ¡papi!, ¡papi!. Con eso me retroalimento y vámonos”, explicó.

“A mí, me ha dado mucho la lectura, entonces como por ejemplo me ha quitado enfermedades “carajas” que te puedo asegurar que si hablamos incluso hasta los compañeros me han calificado hasta de “orate” y están en su derecho, porque hay que ponerse un poquito en su lugar, porque si una persona te lanza la grosería es porque tiene problemas, entonces total si ellos dicen que estoy loco, pues lo voy a disfrutar y hasta ahí, verdad”, destacó.

“Tengo aproximadamente 20 o 15 años sin tomarme una pastilla, vuelvo a lo mismo, a retomar, me han dado diarreas de 15 días sin dejar un solo día a trabajar y vuelvo al estado normal, entonces la lectura me ha dado buenos resultados, porque entre ellos les recomendaría el “Método Silva” de auto control mental, pero si lo van a comprar que lo practiquen, sino que no lo compren, al fin yo no estoy ganando nada con el comentario”, explicó.

“Pero si a eso le metemos “neurolingüística” nos damos cuenta que estamos mal por nuestra forma de hablar, por nuestra forma de pensar, por el simple de hablar mal, de estar mal es un mensaje que se manda al cerebro, lo está “atosigando”, ¿verdad?”, expresó.

En cuanto a cultura en Zitácuaro expresó que “a todos nos compete, pero nadie quiere poner su granito de arena, los que queremos nos tildan de locos, vuelvo a lo mismo, si eres infeliz vas a contagiar a los demás, entonces ahorita me voy a expandir un poco, en alguna ocasión llevando una carretilla o mi diablito le dije a una persona ¿me das permiso de pasar por favorcito?, estaba por ahí un chofer en una camioneta y me dice ¡eres un pendejo!, voy a creer”.

Sobre esta experiencia indicó que “luego me puse a pensar en esta persona y me di cuenta que siempre estaba en conflicto, pero yo no le dije una mala palabra, porque esto es desafortunadamente esto es emocional y una emoción te brinca en cualquier momento, entonces si la controlas ya ganaste”.

“Es como hablar del perdón, el perdón lo tienes que sentir para poder liberarte, entonces no vas a liberar a aquel, se va a liberar el que lo da, en este caso trato de perdonarlos, a lo mejor ellos son los que me están perdonando, porque aquí definitivamente para cambiar nada más necesitamos cambiar nosotros

Señala que una de las experiencias gratas que ha tenido es no seguir criticando a los demás, solo que sea como “cotorreo”, de tal manera que una persona se puede revitalizar sin señalar a los demás.

Entre las frases que aplica de manera personal están aquellas que dicen, “regálate una sonrisa, porque quizás mañana sea tarde”, “a todo mundo le creo, pero a todo mundo no le creo”, como dice José Saramago, “tengo los años en que ya no me preocupa nada, si aquel me critica, tengo los años en que ya puedo hacer lo que yo quiera, tengo los años en que ya no me preocupa la ridiculez, tengo los años que ya soy como quiero ser” y “siendo original es como se te dan mejor las cosas, trato de ser amable con toda la gente, pero uno no puede con todo”, expresó.

“Hay maneras de pensar sin dinero, en alguna ocasión alguien me pidió que le arreglara su puerta, luego le dije, ¡vamos!, y luego me dice ¿cuánto va a cobrar don Ray?, sabes qué, yo ahorita no estoy pensando en dinero, por favor ahorita no estoy pensando en dinero, cuanto esté pensando te diré. Entonces al ratito no falta la frutita, el vaso de agua, una coquita; entonces se puede ser feliz y hacer feliz a los demás, porque cuando uno es feliz se puede hacer feliz a los demás, vuelvo a lo mismo”.

“Curiosamente dice un personaje, quise cambiar al mundo y no pude, quise cambiar a mi país y no pude, quise cambiar a mi familia y no pude, es que definitivamente tenía que cambiar yo, nadie tiene que cambiar nada más yo”, puntualizó Ray García.

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