Política en lo oscurito

Autor:Don filosofo de Cedano
No destapen que hace frío
Don Cedano estaba viendo con profunda tristeza lo insondable que es la mente humana, que es capaz de crear prodigios enormes y también cometer las peores barrabasadas, y no hablo aún de los políticos, ¡Pérense tantito! Bueno, sí hablo de ellos… pero aún no los menciono, que no es lo mismo, pero es igual. Decíamos que Don Cedano ve con profunda tristeza como se cometen burradas sin siquiera solicitar ayuda a los dioses y es que vemos como la política se está desvirtuando, los políticos tienen sus propias reglas y están en contra de la sociedad.
Efectivamente, hay un grupo pequeño -muy ruidoso- que sostiene en el poder a un pequeño grupito que no deja entrar a nadie, que no sea su familia o sus socios. De esa manera se cometen las peores bajezas. Vemos como la campaña en el Estado de México se les pide hacer lo que saben hacer y sabemos, por la historia, que lo que saben hacer no es nada decente. Todo está permitido en la política, para los que tienen fuero, los simples mortales que somos la mayoría silenciosa no.
Esa mayoría es la que sostiene al país y los zánganos políticos que se la viven denostándose y descubriendo lo que ya no se oculta, o sea, que solo están confirmando sus prácticas normales, que son exclusivas de ellos, ya no de un partido, pues todos están podridos; en el Prit existe toda la basura ideológica que podamos imaginar en política, y del Prit nacieron el Perderé y La Prieta, y de las mañas del Prit aprendieron los demás, que nadan de a muertito.
Dicen, los que saben de política, que el llamado Partido del Trabajo, que tiene seres que nunca han trabajado como el eterno Lloroña, que se ha deshecho en adulaciones y exacerbaciones del señor prejidente, dice que es un gigante, y nadie estará a su nivel, incluido él. Eso sí es inaceptable, que diga que hay alguien más grande que él, pues el ego que maneja y en su propia fantasía siente que ni dios lo merece… el dios con minúscula, desde luego… su soberbia es enorme como la adulación del prejidente, y tiene razón, en sus limitaciones ideológicas entienden que el éxito del prejidente se debe a su inteligencia y sus fortalezas políticas, no habla nunca de que está comprando consciencias, darles dinero a los pobres es garantía de votos y empatía.
Pero la gran mayoría que no recibe dinero y que sí participa de las obligaciones fiscales, las cuales son brutales y hasta lesivas al salario de esa mayoría silenciosa, que es la que definirá completamente el rumbo del país. Pero como esas mayorías no eligen a los diputados plurinominales, Lloroña no tiene nada que temer, su puesto como golpeador y porro o esquirol está firme.
¿Esas palabras solo las usan los de izquierda y ahora nos gobierna la izquierda?, ¡Chin!, bueno, es quien le maneja la defensa férrea y a ultranza al prejidente.
Lo que les comentaba respecto a la adulación de Lloroña a la popularidad del presidente, señala que nadie podrá llenar los zapatos del prejidente, y tiene razón, y es más, hasta tiene razón en adular a las corcholatas, cada una en su ramo, una siendo la consentida, otro siendo el Secretario de Gobernación y el otro como Canciller, han hecho su trabajo de manera adecuada, como lo quiere su líder, que es imitarlo hasta casi convertirse en él.
Así que Don Cedano hoy destapa a Lloroña para presidente, nadie lo propone, y es una lástima que el compañero prejidente no lo tome en cuenta y que diga a los cuatro vientos que no le importa el que lo esté apoyando desde hace treinta años, la decisión está tomada y si hay encuesta será entre los líderes que lo siguieron a La Prieta, no los satélites, esos solo le son necesarios para las elecciones y se venden barato, con tal de seguir pegados a la ubre del presupuesto.
Si no me creen, basta que lean un poco lo que pasa en Coahuila, vean en ese estado la alianza que tiene a La Prieta en el poder La Prieta-PT-Verde, tuvo problemas de intereses. El que se sentía elegido por dios o sea San Péjele, que no es lo mismo, pero es igual, porque ese trato de cuasi dios que le dan sus adláteres; Ricardo Mejía, que iba a las mañaneras a exponer su bella faz y a lamer suelas, y a ser visto por el mesías, y lo vio y lo hizo sentir importante, pero decidió empoderar a Guadiana y convenció al PT.
¿Cómo lo hizo?, ya sabemos, algunos puestos se ganan así, doblando la cerviz, eso al menos permite vivir sin trabajar, como Lloroña, aunque él dice que sí… le debemos creer…por algo le pagamos, mientras que Lenin Pérez convenció al Verde de ir solos, él con a UDC, que no sabemos que significa, algunos dicen que es la Unión Democrática de Coahuila, aunque no creo que haya democracia en los partidos, hay intereses, y se apoya a quién aporta poder, del tipo que sea, aunque sea antidemocrático.
Lo que no sabía Lenin, que el Verde, acorde a lo dicho de la antidemocracia, negoció huesos, que se llaman lugares para el 2024. Por algo es la rémora del partido en el poder, tiene buenas capacidades de camuflarse. No le extraña a Mejía que le den una sopa de la que le gusta, este mismo estuvo en distintos momentos en el Prit, en otros en el Perderé, en otros en el MC, que no es movimiento, ni ciudadano, en otros momentos estuvo en La Prieta, y ahora en el partido que se dice del Trabajo, fue diputado federal por el Estado de Guerrero y ahora quiere ser candidato a gobernador de Coahuila.
Algo no cuadra, pero en la política así se manejan las cosas, el mismo dios chairo tiene una historia similar, y no lo quieren destapar, ni a Lloroña, algo está mal en el Olimpo, o algo está mal en los que se sienten tocados por dios solo porqué volteo y sus miradas se cruzaron.
Lenin Pérez tiene larga historia en la UDC, pero, cómo no, ocupó un lugar en la bancada del PAN en la Legislatura de inicios de este sexenio. Ahora, nos dijo, es del Verde (o era, vaya usted a saber).
Más normal para estos tiempos es la trayectoria de Armando Guadiana, alguna vez en el PRI, para después volverse morenista. Insisto, la trayectoria de estos personajes no es exactamente anormal en nuestro sistema de partidos, para la mayoría de nuestros políticos es la norma.
Pocas chambas para un político son más cómodas que estar en la dirigencia de un partido pequeño en México. Se trata de sentarte a negociar con alguno de los grandes las listas de diputados y senadores y algunas alcaldías para mantener tu cinco o nueve por ciento que te va a dar buen dinero para mantener la oficina y tu salario. Si tienes mucha suerte, alguno de los enojados con otros partidos te dará una gubernatura (pero entonces hay que gobernar, qué flojera).