Sinopsis Política

SINOPSIS POLITICA 07/12/2019

EL SECRETARIO IGNORANTE

 Hemos insistido que, ni por error, Carlos Herrera Tello se acerca al talento, destreza, solemnidad, rectitud, entre otras cualidades que debe reunir un estadista. Mucho menos a la idoneidad del perfil de un Secretario de Gobierno, como responsable de la política interna, la seguridad y estabilidad del Estado. Lejos de un político formal, eficaz y certero, los michoacanos padecen a un funcionario frívolo, ególatra, narcisista, ensimismado en una patológica obsesión por su imagen física y la proyección de la misma, difundiendo montajes teatrales de su quehacer como servidor público, transportándose en combis del servicio colectivo, utilizando a funcionarios para que filmen su llegada en motocicleta a palacio de gobierno, obstruyendo el tránsito en la vía pública de Zitácuaro (utilizando recursos públicos), para difundir su efigie en eventos deportivos (incomodando a los transeúntes, por no promover dichas prácticas en los lugares destinados a dicho propósito).

 Carlos Herrera se dedica a todo, especialmente a realizar campaña proselitista de manera permanente, menos a cumplir sus obligaciones. Además de sus limitaciones innatas, en el transcurso de la semana exhibió su ignorancia en asuntos básicos de su quehacer como titular de la Secretaría de Gobierno, que es conocer la realidad del estado. Él es el responsable de dar seguimiento a los movimientos sociales, atender y solucionar sus demandas, fundamentalmente de seguridad y estabilidad; sin embargo, por boca propia aceptó ignorar que un líder de comunidades indígenas y comandante de grupos de auto defensas había sido emboscado, por quinta ocasión, y lesionado de gravedad. Me refiero a Cemeí Verdía Zepeda, quien ya se encuentra estable.

 No es la primera vez, ni será la última, que Carlos Herrera Tello emita declaraciones cargadas de ignorancia e imprudencia. El pasado 21 de junio, del año en curso, el Secretario de Gobierno manifestó públicamente que desconocía la presencia de grupos delincuenciales en Morelia, la capital del estado, donde cada día aparecen cuerpos de personas asesinadas, algunos incluso descuartizados; y, con Carlos Herrera al frente de la Secretaría de Gobierno, se han incrementado de manera significativa las ejecuciones y multiplicado el asesinato de mujeres.

 Pero el responsable de la gobernabilidad, del fortalecimiento del estado de derecho y la estabilidad social, ese día textualmente expresó que, “no tengo yo información en ese sentido, quien puede dar información en ese tema son otros actores, como el presidente municipal, la Fiscalía o la Secretaría de Seguridad Pública…” Cuando es obligación de la Secretaría de Gobierno poseer la información precisa de todo aquello que ponga en riesgo la estabilidad del estado y amenace la seguridad de la población, para actuar en consecuencia.

 Haciéndose también reiterativas sus afirmaciones de que en Michoacán no pasa nada, que es un estado seguro, que cuenta con la mejor policía del país, certificada por la ONU, mientras decenas de michoacanos son ejecutados diariamente, incrementándose de manera alarmante el asesinato de mujeres.

                                                          MICHOACÁN ESTADO CAÓTICO

 Michoacán se encuentra sumergido en el caos de la inseguridad y violencia, los pobladores del estado están siendo asesinados, secuestrados y extorsionados todos los días, mientras sus funcionarios se dedican a la comedia, cuando no están concentrados en apropiarse de los recursos públicos. Tenemos payasos, que intentan hacerse los simpáticos, en lugar de hombres de estado, entregados a la actividad que por voluntad propia escogieron: la asistencia desprendida a los demás (eso es la política).

 No obstante, los funcionarios al servicio de Carlos Herrera (no del estado, ni de los michoacanos), sí están prestos para, a la menor provocación, hacer uso de su “poderío” y traficar con sus influencias. Así quedó de manifiesto el fin de semana, cuando uno de sus colaboradores cercanos estuvo involucrado en un accidente vial; en cuyo vehículo, que conducía, se impactó un motociclista que, a consecuencia del golpe, tuvo que ser hospitalizado, luego de ser abandonado por el funcionario que, no obstante constatar las lesiones, omitió prestarle auxilio.

 Contrario a lo que estamos acostumbrados los ciudadanos “de a pie” en estos casos, que la autoridad te asegura la unidad, misma que es “arrastrada” al corralón y detenidos los involucrados en el incidente, máxime que hubo un lesionado, aquí nada pasó, pues se impuso el poderío e influyentísmo, propio de un régimen tiránico. Pues los subordinados reflejan el “ejemplo” que abrevan de sus jefes, tratan de imitarlos y no precisamente en las prácticas virtuosas.

 Además de las lesiones infringidas al motociclista y la omisión de auxilio, para proteger al funcionario estatal se violentó (alteró) la cadena de custodia, convirtiendo la propia autoridad una falta administrativa en un hecho delictuoso que, con toda certeza, como la mayoría de conductas delictivas en las que se ven vinculados funcionarios públicos, también quedará impune.

 Los funcionarios de Silvano son tan torpes, que, mientras él constantemente envía mensajes y señales de sometimiento al presidente López Obrador, para que le ayude a expiar culpas, sus colaboradores se involucran en la organización y participación de la marcha “anti AMLO”, en la CDMX. La que seguramente fue financiada con recursos del erario público. Exhibiendo al mandatario michoacano como un político farsante, de doble discurso, que por un lado implora la gracia del presidente de México, mientras lo ataca. “Tirando la piedra y escondiendo la mano”.

 En Michoacán no hay nadie que ponga un alto a los excesos, o mínimo señale las incompetencias y frivolidades, ni autoridad, partidos políticos, ni representantes populares… nadie ve, ni oye. Y los funcionarios empiezan a creerse la farsa de que son decentes, pues las autoridades por naturaleza son omisas cuando de enfrentarse al poder se trata; los partidos políticos están maiceados, sometidos a pactos de no agresión a cambio de algunos “privilegios”… ni la libertad o la vida de sus dirigentes respetan, ahí está el caso del profesor Rafael Colín Benítez, dirigente regional de un partido político, cuya dirigencia estatal y nacional han sido indiferentes para exigir la localización del zitacuarense desaparecido en el municipio de Tuxpan.

 En tanto que los diputados locales se la pasan ocupados en jaloneos, preocupados más por estar en el reparto de posiciones. Chantajean y presionan para conseguir espacios en el gobierno del estado, y no crea usted que los quieren para emplearlos como instrumentos de transformación en beneficio de la sociedad. No, los pretenden para seguirse enriqueciendo, hacer negocios y permanecer aferrados a la ubre presupuestal.

                                    LO BUENO, LO MALO y LO PÉSIMO DEL PRIMER AÑO DE GOBIERNO

 Un año ha cumplido Andrés Manuel López Obrador al frente del gobierno de la República, generando opiniones diversas, la mayoría enfrentadas, respecto a su desempeño como mandatario nacional y los resultados tangibles durante los primeros 365 días de ejercicio gubernamental.

 Lo bueno, es que el desánimo popular es mínimo; es decir, las esperanzas de transformación siguen en la inmensa mayoría de mexicanos.

 Lo magnifico, es la puesta en marcha de la austeridad republicana, que es una realidad en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, donde nuestros representantes populares ahora sí se dedican a legislar, dejando de lado las labores de gestión, que sólo utilizaban como pretexto para hacer negocios con gobernadores, presidentes municipales y otras entidades públicas, a las que les cobraban el 10 por ciento de los recursos que les ayudaban a conseguir, además de obligarlos a negociar la contratación de sus propias empresas para la construcción de las obras gestionadas, entre otras transacciones que se hacían al amparo de la representación popular.

 Pero lo más grandioso, sería que el combate a la corrupción fuera en serio, como parece ser. Es verdad que la fusión de secretarías de estado y la consecuente reducción de personal, así como la disminución de salarios y cancelación de privilegios, generan un ahorro importante; pero, el verdadero origen de nuestra desgracia como nación, es la descomposición ética y moral en la clase gobernante. Es la corrupción, la causa real de la inseguridad y violencia, no la pobreza material, ni marginación.

 Si el presidente de México investiga a los gobiernos del pasado que tanto ha criticado y acusado de corruptos, a ex gobernadores, ex alcaldes, hasta llegar a los actuales, incluyendo primordialmente a los de casa (su equipo de colaboradores), además de recuperar cuantiosas fortunas que nos fueron saqueadas, mitigará y tal vez revertirá, no sólo la crisis financiera, también de consciencia. Y ya empezó con algunos, sólo esperemos no se trate de los acostumbrados “chivos expiatorios” del sexenio.

 Lo malo, es la negativa para enfrentar al crimen organizado de manera frontal, argumentando que combatirá las causas de la criminalidad que, según él, es la pobreza, el desempleo y la marginación. Con lo cual personalmente difiero rotundamente, pues, es entre los materialmente desposeídos donde todavía prevalecen los valores de honestidad, sinceridad y honradez. En tanto, la ambición se hace más marcada entre los poderosos, económica y políticamente. Aunque los jodidos son presa fácil de las adicciones, que los convierten en carne de cañón de los grupos delictivos, quienes a su vez son víctimas de los políticos que lucran, hacen negocio, con la inseguridad y violencia.

 Las becas a los ninis lejos de ayudar a reconstruir el tejido social, destruyen. El presidente pasa por alto que es precisamente la necesidad el motor de desarrollo de la humanidad, la necesidad obliga al hombre a ser creativo y a esforzarse para satisfacerla. Pero si los satisfactores los consigue sin el menor empeño, se le despojará de ese ímpetu, para convertirlo en un parásito, en un mantenido, en un sujeto sin vida y sin aspiraciones. Mientras que el producto de la beca se empleará para conseguir alcohol y drogas. Así que no inhibirá que el crimen organizado los reclute.

 Insisto, no es la pobreza material la causa de la inseguridad y violencia, es la corrupción. La pobreza sí, pero de espíritu y ausencia de escrúpulos. Hasta ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con vasto conocimiento de las leyes y salarios exorbitantes, de más de 20 mil pesos diarios, han resultados corruptos; no se diga presidentes de la república, que no sólo tienen el destino del país en sus manos, también todo nuestro patrimonio, han sido insaciables, en tanto nuestros abuelos regresaban los cambios que les daban de más. Luego entonces, el problema no es la escasez de dinero, ni la falta de instrucción. Es el desacato a las normas morales y legales, y el sometimiento a ellas, siempre será por miedo al castigo.

 Lo pésimo: las consecuencias que la inacción presidencial, en materia de combate a la inseguridad, traerá a la soberanía de la nación… pero al respecto ahondaremos en otra ocasión…por hoy se agotó el espacio.

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