SINOPSIS POLITICA 1098
OTRA MUERTE PROVOCADA POR LA IMPUNIDAD, INEPTITUD y DISPOSICIÓN DELICTIVA DE LA POLICIA
Ya habíamos afirmado, en otra colaboración, que la sociedad se defiende mejor sola, sin policías, que luego resultan sus peores verdugos. Esta tesis, de la autodefensa ciudadana frente a la justificada desconfianza en las corporaciones policiacas, continúa vigente y advierte con fortalecerse.
Es verdad que existen grupos de poder político y económico con intereses mezquinos, que están al acecho para crear y magnificar obstáculos y problemas que desacrediten el desempeño e imagen, tanto del gobierno estatal, como de la administración municipal de Zitácuaro. Incluso han creado páginas en redes sociales con tales propósitos, emprendiendo campañas negras, denigrantes, llenas de calumnias, insultos y agresiones, con las que se fomenta el rencor y el odio, muy lejanas a la crítica constructiva, que tendría la intención de inducir a nuestros gobernantes a corregir el rumbo de sus acciones.
A los adversarios y enemigos del gobierno actual, al que pretenden desbancar para retornar ellos, les comento que no hay necesidad de guerras sucias, que sólo evidencian el nivel de sus frustraciones; pues no existe gobierno ni mandatario perfectos, tarde o temprano el exceso de seguridad los vuelve arrogantes y esa petulancia termina por perderlos, cometiendo errores que los sepultan políticamente, sin que sus contrarios se desgasten mucho.
Es la seguridad pública, la corrupción en el gobierno, el desempleo y la crisis financiera, los temas más delicados de toda administración gubernamental y en ninguno de estos lastres se perciben avances significativos para su combate y erradicación. Al contrario, como señalé párrafos antes, en la actualidad ya no es la “maña” la que asesina, sino la policía, a la que se le paga para protegernos, para que cuide nuestra integridad.
YA SON TRES LOS ASESINADOS POR LA POLICIA
En Zitácuaro, en pleno centro de la ciudad, un vendedor de pan fue baleado y lesionado por un policía municipal en un incidente de tránsito. Meses después, en octubre, al inicio de la presente administración, un joven era asesinado por otro guardián de la sociedad, recibiendo uno o dos disparos en la cabeza. Hechos perpetrados frente a la Escuela Secundaría Nicolás Romero, cuando al hoy occiso se le marcó el alto y no detuvo la marcha de su vehículo. Los policías pretendieron evadir la acción de la justicia alegando legítima defensa, arguyendo que el ultimado amagó con un arma de juguete, sin que ello se demostrara, ante la falta de los elementos que constituyen la legítima defensa, como es el rechazo a una agresión actual, real, inminente e inmediata, con el fin de proteger bienes jurídicos superiores.
Aunado a lo anterior, dos han sido los “presuntamente” asesinados en barandilla (aunque conste que fueron asesinados, no se debe afirmar, pues se violenta el principio de “presunción de inocencia”. Algo parecido a acusar de peculado al político que es ladrón…tan fácil que resulta decirle nada más bandido…).
El pasado 10 de abril se suscitó el primer caso, de una persona ultimada estando bajo resguardo de la Dirección de Seguridad Pública Municipal por faltas administrativas, se le detuvo por ingerir bebidas embriagantes y supuestamente escandalizar en la vía pública. No se trataba siquiera de presunto delincuente. Se intentó hacer creer que murió a causa de broncoaspiración, que se ahogó con su propio vómito. No hubo detenidos y la impunidad motivó que semanas después, el pasado lunes, se produjera la segunda muerte en la misma barandilla, causada por tortura, que los “presuntos” criminales intentaron encubrir armando la escena para simular suicidio.
Aunque se trata de un asunto sumamente grave: la tortura y asesinato de ciudadanos a manos de su policía, debido a la corta memoria colectiva, estos hechos pronto quedarán en el olvido para la sociedad; no obstante, el estigma podría perseguir a la presente administración si los resultados de las investigaciones no resultan convincentes. Recordemos que la mancha por el homicidio de dos estudiantes, por parte de la policía municipal de Ciudad Hidalgo, cuando operaba libremente el crimen organizado, persiguió al entonces alcalde hasta su derrota electoral, cuando participó para brincarle a la diputación. Por ello la acertada decisión de involucrar en las indagaciones, además de la Fiscalía Regional de Justicia, a la Unidad de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública. En esta ocasión ya hay detenidos.
LA HERENCIA DE OTROS
El asesinato de civiles a manos de la policía en Zitácuaro, es un problema de fondo y no es reciente. Recordemos que todas las corporaciones policiacas establecidas en Michoacán fueron infiltradas por el crimen organizado, particularmente las direcciones y comandancias municipales. La policía, en todo el territorio michoacano, quedó muy mal acostumbrada, expresándolo generosamente. Para ellos el abuso de autoridad, la prepotencia, extorsión y tortura, es algo normal, recordemos que en la etapa más oscura de Michoacán- cuando gobernaba el PRI- eran los policías quienes en la mayoría de ocasiones realizaban el trabajo más inhumano y puerco del crimen organizado, ellos “ponían” o entregaban a los detenidos para que se les “desapareciera”.
Todas las corporaciones policiacas se encontraban subordinadas y al servicio del crimen organizado y estos tenían en esos servidores públicos a ejércitos de hombres armados y “halcones” gratuitos, pagados por los contribuyentes, siendo los ciudadanos y las autoridades actuales los que deben seguir padeciendo las consecuencias de corporaciones policiacas putrefactas y corregir el cochinero que dejaron sus antecesores en todas las áreas, particularmente en seguridad pública, corrupción, desempleo y crisis financiera.
A LA CÁRCEL LOS DELINCUENTES QUE OBSTRUYEN
No obstante, ya es tiempo de que Carlos Herrera Tello ponga más atención en el tema, que desempeñe su promesa de cero tolerancia a las ineptitudes, deficiencias, negligencias y corruptelas en su gobierno, sobre todo castigar severamente aquellas acciones y omisiones que van en detrimento del bienestar y hasta de la vida de los gobernados.
Es momento de dar una buena cernida a su gabinete, no sólo en el área de seguridad pública, donde ha llegado cada mando incompetente, inexperto, hambreado; pero eso sí, actúan más como divas, que como jefes policiacos.
Además de depurar el interior de su gobierno, despidiendo a los funcionarios que no funcionan, debe comenzar a aplicar la ley al exterior. Empezar a denunciar y exigir se investigue a sus adversarios, principalmente a los que desde el anonimato agreden y obstruyen el ejercicio de gobierno. Hay delincuentes con los que no se puede, ni debe pactar jamás, por tratarse de sujetos traidores, cobardes, excesivamente ambiciosos, que no respetarán acuerdo alguno. La única opción que tiene el alcalde es inhabilitarlos, mandándolos a la cárcel o manteniéndolos ocupados defendiéndose legalmente.
Quienes en la actualidad atacan al gobierno, la mayoría de ellos, si no es que todos, tienen en su mentalidad criminal y antecedentes delictivos sus más grandes debilidades, no resultaría difícil enviarlos a prisión. Son precisamente ellos, quienes en el pasado reciente se amafiaron, promovieron y utilizaron al crimen organizado para infringir inmenso daño y ahora pretenden erigirse en redentores, cuando incluso, por sus conductas perniciosas llevaron a su propio partido a la derrota.
URGE POLICIA CONFIABLE
Con el Nuevo Sistema de Justicia Penal se cree que se lograrán mejoras en la procuración y administración de justicia, pero urge una policía confiable, fundamentalmente cuando el crimen organizado intenta incursionar nuevamente en territorio michoacano, al menos así queda de manifiesto con la ejecución de seis personas que fueron desmembradas y abandonas en un taxi en el municipio de Venustiano Carranza, en los limites con Jalisco, el jueves.
El viernes, tres ejecutados más fueron localizados en la zona limítrofe con Guerrero, en la región de la costa y dos cabezas humanas (desprendidas del tronco), fueron encontradas en Lombardía, municipio de Gabriel Zamora. Sin percibirse resultados de esa policía “inteligente” que se nos prometió, ni que sirvan de algo los nombres tan pomposos que se ponen, como el de “Fiscalía Especializada en Delitos de Alto Impacto”. La preocupación entre la población crece, ante la alarmante posibilidad de regresar a la época de terror que, a pesar de las policías que padecemos, se llegó a creer que había quedado en el pasado.