SINOPSIS POLITICA 1107

MUERTE ANUNCIADA DE UN PRESIDENTE MUNICIPAL

El reportero de una revista gringa me consultó hace unos días, ¿Cómo podría saber el grado de complicidad de los gobiernos municipales con el crimen organizado durante la administración pasada? Particularmente le interesaba conocer si fue elevado el número de alcaldes que colaboraron con las mafias criminales que operaron (u operan) en Michoacán.

Le respondí que lograr dicha información resulta sencillo, basta con indagar cuantos alcaldes sobrevivieron, pues el presidente municipal que no aceptó coludirse con el crimen organizado, está muerto, asesinado por los poderes facticos que penetraron y sometieron a las autoridades. Crímenes que permanecen en absoluta impunidad y ya han sido olvidados o están a punto de serlo.

De ese nivel era el poderío de las organizaciones criminales, fortalecido con la ausencia de gobernabilidad institucional, evidente flaqueza y un deprimente grado de subordinación de los enviados de la federación, gobernadores y autoridades municipales, cuyos policías se convirtieron en ejércitos de informantes y sicarios al servicio de la delincuencia, experimentando los michoacanos circunstancias de terror, inconcebibles en otros tiempos .

Mientras la clase política, convertida en organización delictiva, tejió redes de protección que han perdurado hasta la fecha, sin que exista autoridad (perredista, panista o priista) capaz de llevarlos a juicio; a pesar de existir delincuentes confesos, que recorren el mundo derrochando lo que saquearon al estado y municipios con el “auxilio” del crimen organizado, que violentamente “silenciaban” cualquier voz que se manifestara en contra. Exactamente como en la actualidad está sucediendo en el vecino estado de Guerrero. Estando latente el riesgo de que en Michoacán se repitan esos funestos episodios.

Ambrosio Soto Duarte (otra reciente victima de la inhumana insensibilidad y bestial torpeza de los gobiernos federal y estatal), el asesinado alcalde perredista de Pungarabato (Ciudad Altamirano), nació y creció en el seno de una emprendedora y trabajadora familia guerrerense, que progresó económicamente gracias al esfuerzo de su padre.

La comunidad que lo vio nacer y donde vivió hasta su adolescencia, pertenece al municipio de Cutzamala de Pinzón, no ha Pungarabato. En su pueblo natal su progenitor, Abraham Soto, hombre cuya única adicción ha sido el trabajo honrado, se dedicaba a la agricultura y ganadería. Con la ayuda de sus pequeños hijos logró construir un modesto patrimonio, diversificando sus actividades productivas con una pequeña tienda de abarrotes, un molino de nixtamal y los fines de semana operaban un proyector de películas, habilitando el patio de su casa para convertirlo en el cine del pueblo. Todos sus hijos trabajaban intensamente, ese fue el ejemplo que recibieron de su padre. Bocho, era el mayor de ellos y el principal a poyo de su viejo.

Después la familia Soto Duarte incursionó en el transporte público de pasajeros, con un solo vehículo que Ambrosio, entonces adolescente, conducía luego de salir de clases y fines de semana. Aunque esta familia ha sido por todos apreciada en su comunidad de origen, su éxito laboral motivó envidias en los caciques del pueblo con mentalidad criminal, quienes obligaron a la trabajadora familia a abandonar su tierra. Antes el patriarca fue salvajemente golpeado y amenazado de muerte.

Con el dinero de la venta de su ganado, parcelas y todo cuanto habían logrado con dedicación, los Soto Duarte adquirieron unidades del servicio público en Ciudad Altamirano, donde con más trabajo, organización  y perseverancia se convirtieron en los líderes del transporte público en la región de tierra caliente y de refaccionarias.

Ignoro si durante su quehacer público Bocho Soto se haya contaminado, como comúnmente sucede. No obstante los antecedentes de su muerte hacen suponer que conservó sus valores, pues su homicidio –todo parece indicar-se debió a que se resistió a ser doblegado por los criminales que secuestran, extorsionan y asesinan a los habitantes del pueblo que gobernaba. Para él hubiese sido sencillo ceder, entregar el dinero que le pedían a cambio de “protección”; pudo echar mano, como todos lo hacen, del recurso público pagar la cuota y aliarse con los criminales para mantener sometido a su pueblo y saquearlo más todavía, pues la raza a demostrado que puede aguantar eso y mucho más.

Se han difundido testimonios que establecen, que desde campaña Ambrosio Soto Duarte fue presionado para que permitiera el triunfo electoral de uno de sus adversarios y como no aceptó la indicación le exigieron un millón de pesos para permitirle tomar posesión como alcalde; al negarse a entregar dicha aportación, le aplicaron una multa, y en lugar de un millón tendría que pagar tres millones. Tampoco aceptó y vinieron las amenazas de muerte, mismas que denunció en todas las instancias, federales y estatales, al propio Peña Nieto le pidió dirigiera sus ojos a la tierra caliente de Guerrero, así como a Osorio Chong; pero todos, todos lo dejaron solo.

Frente a la criminal omisión del gobierno federal y la complicidad de las autoridades estatales, Soto Duarte exhortó a los empresarios, comerciantes, ganaderos, agricultores, a todos los calentanos, a levantarse en armas para defender sus patrimonios y la seguridad de sus familias, nadie le hizo caso, no le apoyaron, le volvieron la espalda. Hoy, es uno más de la fatal estadística del nefasto gobierno de Enrique Peña Nieto y del torpe mandato de Héctor Astudillo Flores. Es parte ya de la lista negra de los 47 alcaldes asesinados en los últimos años.

FRACASA GABINETE DE SEGURIDAD DE MICHOACÁN

Con la lerda actitud que comienza a caracterizarlo, Héctor Astudillo Flores, gobernador de Guerrero, ha pretendido culpar al propio alcalde ultimado de su asesinato, “por salir de noche a zonas peligrosas”. También, intentando desmarcarse de su obligación de proporcionar seguridad a los guerrerenses e imponer respeto irrestricto al estado de derecho, intentó culpar al gobierno de Michoacán por el atentado en contra del malogrado mandatario municipal, afirmando que la zona de Michoacán, donde fue emboscado Ambrosio Soto, es sumamente peligrosa y que Soto Duarte fue el presidente municipal más escoltado y con mayor seguridad de todos los alcaldes de Guerrero (¿cómo estarán de seguros los demás?)

Lo cierto es que el asesinato del alcalde guerrerense en territorio michoacano, sí afecta negativamente a la entidad purépecha; primero, porque se demuestra que no existe todavía la policía inteligente que se nos prometió, ni el famoso blindaje que según se ha instrumentado en las colindancias con otros estados en graves conflictos de inseguridad, como son Guerrero, Jalisco, Estado de México y ahora también Guanajuato, ni la operación de los cacareados arcos detectores, cámaras y otros dispositivos que obstruyan el ingreso de células criminales a nuestro estado.

Escenario peor, sería que esos grupos criminales ya estén operando también en esa región de Michoacán, lo que significaría un rotundo fracaso del gabinete de seguridad del gobierno de Michoacán y obligaría la remoción de los titulares de la Fiscalía Estatal o Procuraduría General de Justicia, así como de los mandos de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes han permitido el relajamiento en ambas instituciones, cuyos integrantes de la primera institución se dedican principalmente a extorsionar y los segundos a demostrar su ineptitud. Además se recomienda se les investigue, pues no se explica la operación y fortalecimiento de grupos criminales sin la complicidad de las corporaciones responsables de combatirlos.

Son precisamente los mandos policiacos los funcionarios más susceptibles de cooptación por parte del crimen organizado, pues sin su colaboración se dificultaría la presencia de organizaciones delictivas en el estado y estas siguen operando  en la región de Tierra Caliente de Apatzingán, la costa michoacana y el bajío, en los límites con Jalisco. Lo que evidencia un fracaso rotundo en materia de seguridad pública y procuración de justicia, que amenaza con agravarse, retornando los michoacanos a la era más funesta en la historia contemporánea de esta entidad.

La propuesta para recuperar la paz en Michoacán debe contemplar medidas radicales, como el investigar a los mandos de la procuraduría, policía estatal y municipal o “mando unificado” y procesar a quienes resulten responsables, además sustituirlos por abogados militares, particularmente generales en activo y limitar, de ser necesario, algunas garantías ciudadanas, para que se realicen revisiones a la unidades motrices, intervenciones telefónicas, entre otras tareas tendientes a combatir en serio y no de manera simulada, la criminalidad.

Mientras lo descrito con antelación se lleva a la práctica, resulta imperativo que los mandos disminuyan su ostentación, como es el uso excesivo de escoltas, que de nada sirven, más que para andar de fantoches. Hasta los delincuentes respetan a los policías cuando estos son derechos, pero si los “guardianes de la ley” se dedican a perseguir a unos delincuentes para favorecer a otros, entonces si necesitan guaruras. Aunque quienes requieren de seguridad es la sociedad productiva, no los zánganos que de nuestras contribuciones viven…y muy bien, como si en verdad trabajaran…

LE AMARGAN SUS DULCES VACACIONES A MI EX PRESIDENTE DE ZITÁCUARO

Feliz andaba él, derrochando en Argentina lo saqueado durante tres años y ocho meses del presupuesto municipal. Seguro de que nada le pasará, pues cuenta con la protección de su partido, cuyos dueños o caciques son proclives a premiar a los ladrones y delincuentes. Además, a los zitacuarenses les vale madre, pronto olvidan y otros, además de apáticos, agachones y egoístas, son cobardes y no se atreverán a denunciarlo. Por eso puede darse el lujo de alardear sus éxitos económicos, que logró sin que jamás haya trabajado o hubiese sido productivo en la iniciativa privada, demostrando que todo lo obtuvo en el servicio público, legal o ilícitamente.

Pero una repentina solicitud de juicio político nubla el horizonte color de rosa de nuestro futuro aspirante a legislador. Acción legal que se suma a más de dos denuncias penales por peculado, fraude, enriquecimiento ilícito y los que resulten, mismas que han sido detenidas para protegerlo en la fiscalía regional de Zitácuaro, ya que hábilmente el ex presidente municipal tejió una bien estructurada red de corrupción que todo le informar y cuida, en cuya cúspide se encuentran un ex gobernador, ex alcaldes, ex diputados (incluido uno de Zitácuaro), líderes del priismo estatal, legisladores y otros, que todavía mantienen infiltradas diversas áreas de la administración pública estatal, especialmente la Auditoria Superior de Michoacán, la procuraduría de justicia, entre muchas otras.

Pero así como hay ciudadanos apáticos, también existen gratas excepciones de hombres soñadores, idealistas, que rompen paradigmas para demostrar que cuando se quiere y se posee valor y se mamaron principios, no se ocupa cantidad, sino calidad. Esos son los integrantes del Congreso Nacional Ciudadano y su ideólogo en Zitácuaro, el abogado Marcos Joel Vera Terrazas. Si no fuera por ellos, Juan Carlos Campos Ponce sin ninguna dificultad se estaría burlando de todos los zitacuarenses, pues de poco o nada sirven los supuestos izquierdistas, luchadores sociales, intelectuales y toda esa runfla de ineptos que sólo se placean, transformados en justos, solidarios, amables y honestos solo en tiempos  electorales. Esté pendiente, habrá muchas sorpresas en este tema, donde depende de la autoridad, del poder legislativo, judicial y del propio ejecutivo, que se haga justicia.

  

                                                                

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