Sinopsis Política

SINOPSIS POLITICA 1115

SE INTENSIFICA CRISIS DE GOBERNABILIDAD DE AUREOLES

Es la seguridad y paz pública el sueño más anhelado de los michoacanos; por lo que, la incapacidad del Estado para garantizar se concrete esa obligación, convertirían al gobierno en turno en un ente fracasado. Es pues la seguridad pública el talón de Aquiles de los funcionarios silvanistas y del propio mandatario estatal, quien tiene en ese tema su más grande obstáculo en sus aspiraciones por la candidatura presidencial.

La semana antepasada inició con secuestros, levantones, persecuciones, enfrentamientos y asesinatos, incluso de una mujer, en el mismo corazón de la capital del estado y en una de las zonas de mayor plusvalía económica, lo que la hace suponer menos insegura. Lo grave, es que las ejecuciones se prolongaron a lo largo de los siguientes días y en toda la geografía michoacana, con ello resurgió la paranoia que creíamos superada, fundamentalmente cuando que se hizo jactancia del saldo blanco durante las fiestas patrias.

Esa psicosis colectiva de la población se incrementó con la difusión, a través de los distintos medios de comunicación, que las nuevas herramientas tecnológicas han puesto a nuestro alcance, como el whatsApp y face book, que en Morelia, capital de nuestro estado, se había decretado “toque de queda”, por la disputa de dicha plaza entre tres grupos delictivos; entre otros mensajes difusores de pánico, que contribuyen a intensificar la desconfianza en las autoridades gubernamentales, particularmente cuando existe la percepción de la ausencia de detenidos por los hechos violentos que se han suscitado, ni responsables requeridos por las campañas de miedo que se han realizado.

La vulnerabilidad en la que nos encontramos, nos obliga a recordar que en su toma de posesión, Silvano Aureoles Conejo prometió que su gobierno adquiriría la mejor tecnología del mundo, que incluiría un dron que permitiría tomar imágenes de los rostros de los delincuentes y de sus actividades criminales.

En el Centro de Convenciones de Morelia, escoltado por el Secretario de Gobernación (Osorio Chong) y por la élite de los poderes del estado, el mandatario aseguró que el área de inteligencia de su gobierno utilizaría un avión no tripulado, capaz de volar 16 horas ininterrumpidas, para realizar tareas de vigilancia y espionaje contra integrantes de seis cárteles con presencia en el estado y que en un par de semanas de esa fecha (hace un año), empezaría la construcción del C-5, el centro donde estaría toda la información e inteligencia. Conjuntamente se instalarían más de cinco mil cámaras de seguridad y 120 arcos detectores de armas y explosivos, todo con la más sofisticada tecnología, de tal manera que ningún punto del estado quedara sin ser vigilado.

Hoy, a un año de gobierno, las esperanzas se desvanecen, pues la crisis de seguridad parece empeorar. Es cierto que en política asistencialista resulta incuestionable la capacidad de gestión del gobernador Aureoles; cumplió, aunque sea a medias, la promesa de entregar mil tractores durante su primer año de gobierno y ya lo hizo con 600, cuando dicho ofrecimiento en campaña generó burla en sus adversarios e incredulidad en sus seguidores, pero en materia de fortalecimiento a la seguridad y combate a la violencia se retrocede.

                                  LE FALLAN SUS FUNCIONARIOS A AUREOLES                              

Ante este asfixiante escenario, lo más fácil es buscar culpables, para descargar responsabilidades y desahogar la conciencia. No obstante, estos si existen, son a los que se les paga para que velen por nuestra integridad (física y patrimonial) y perseguir a quienes se atrevan a realizar conductas u omita acciones que perjudiquen a la sociedad. En concreto, tanto la Secretaría de Seguridad Pública, como la Procuraduría o Fiscalía General de Justicia, le han fallado a los michoacanos y a su jefe, el gobernador, que confió en ellos, concediéndoles la honrosa oportunidad de velar por los intereses del Estado.

Michoacán tiene urgencias más apremiantes que andar golpeando y encarcelando estudiantes, que ciertamente fastidian y resultan en ocasiones insultantes sus demandas, como las “plazas automáticas”, en un contexto donde la mayoría de profesionistas, tan o más calificados, certificados y capacitados, no gozan de acceso a oportunidades laborales y tienen ellos mismos que construirlas. Sin incluir que también ellos, los estudiantes “revolucionarios”, contribuyen a robar a algunos sectores de la sociedad parte de la tranquilidad que les queda, al obstruir las vías de comunicación, despojar e incendiar vehículos, que arrancan no sólo a empresas trasnacionales, también a particulares. Pero más grave es la inseguridad tolerada por el gobierno, que el vandalismo estudiantil.

Al gobernador también le han fallado los cuerpos de inteligencia, si es que existen. Pues la labor de estos es investigar, monitorear e informar las inconformidades ciudadanas que puedan derivar en conflicto social, para resolverlas o tener listas las opciones de solución para cuando el malestar estalle, no al revés: informar de los conflictos, sin haber atendido sus causas. Con los estudiantes bastaría con escucharlos, negociar sus demandas o gestionar algunas becas para los líderes. Sus exigencias no son tan gravosas, como las consecuencias de ignorarlos o reprimirlos.

Aunque el movimiento estudiantil (Normalista-CUL-MAR), ayuda al gobierno para distraer la atención popular del verdadero problema, que por varios periodos gubernamentales ha lacerado a los michoacanos: la inseguridad, producto de la corrupción e impunidad.

Urge que el representante del poder ejecutivo estatal combata y erradique la incompetencia y descomposición interna de su gobierno. Pues ésta no es una percepción mediática, ni táctica de sus adversarios políticos, sino una realidad tangible, que padecemos cada día. Al menos en la región oriente, específicamente en Zitácuaro, son las corporaciones policiacas las que usan a civiles para ejecutar extorsiones. Existiendo evidencias de ser, las todavía huestes de Alfredo Castillo, quienes han participado en secuestros de ciudadanos de la región. Por lo que no sorprendería que sean Ministeriales quienes se encuentren comandando la ola de asaltos y robos que se han incrementado en el municipio.

A los delincuentes con charola no les importa que esta sea la tierra adoptiva del gobernador, igual la mancillan y nada sucede, la impunidad los protege. Tal vez el mandatario lo ignore, situación que también resulta delicada, al tener un gobernante ignorante, rodeado de desleales, que no le informan la realidad de lo que sucede en su entorno y lo ridiculizan ante sus gobernados.

Intento entender a los policías que Alfredo Castillo trajo de fuera, algunos desempleados y otros con antecedentes criminales, quienes al tener esta oportunidad de saquear y enriquecerse, no la desaprovechan, máxime que van de paso y saben cómo hacerlo. Experiencia y contactos en las filas del crimen tienen de sobra. La mayoría de estos se encuentran incrustados en la Fiscalía o Procuraduría de Justicia, pero ¿Y los policías michoacanos? ¿Los que integran la Secretaría de Seguridad Pública?

Abundan evidencias de corrupción de funcionarios bajo las órdenes de Martin Godoy Castro. No existe la menor duda de que la mayoría de ellos son delincuentes disfrazados de servidores públicos. Así mismo resulta inobjetable la ineptitud en los mandos de la Secretaría de Seguridad Pública, lo que finalmente también es sinónimos de corrupción, pues no están devengando eficientemente lo que se les paga, es un desperdicio de bienes y recursos públicos, humanos y materiales, que están yendo a la basura. Resultando terminante que en ambas instituciones se lleven a cabo cambios, reestructuración a fondo e investigar y fincar responsabilidades a quienes hayan incurridos en faltas y excesos que han costado vidas y menoscabo al patrimonio de miles de michoacanos.

Si el gobierno del “Nuevo Comienzo” carece de convicciones de izquierda, al menos que demuestre que puede ser diferente, que no se siga contaminando con funcionarios sin formación ideológica, ni conciencia social, pues terminará confirmando lo que ya nos consta: que todos los partidos políticos son hijos de la misma madre derecha, mantenidos con la misma ambición de poder y riqueza material, quedando claro que el sistema “democrático” de partidos no puede tener izquierda seria, que se trata de constantes alianzas y enfrentamientos en familia para mantenerse en el poder.

Resulta ridículo que lejos de sentirse orgullosos de su origen, anden ostentando zapatos de 20 mil pesos, intentando parecer burgueses, cuando lo autóctono les brota por los poros. Olvidan que las virtudes es lo más valioso y que el tener no podrá superar jamás al ser.

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