SINOPSIS POLÍTICA

Por: J. Salatiel Arroyo Zamora

EL PRESIDENTE YA DECIDIÓ

Para quiénes todavía siguen creyendo que la luna es de queso, les aclaro que el presidente Andrés Manuel López Obrador ya decidió quién lo sustituirá, no sólo como candidato a la presidencia de la república por el partido Movimiento de Regeración Nacional, sino como mandatario nacional, para dar continuidad a la Cuarta Transfromacióniniciada con su gobierno. Lo demás, los actos anticipados de campaña, el dispendio de recursos públicos, las encuestas, las promesas de transparencia en el proceso interno de selección de candidato, son puras estrategias y tácticas de fortalecimiento a sus incondicionales subordinados (“corcholatas”), pruebas de lealtad dirigidas a ellos mismos y a sus equipos operativos, además de acciones distractoras, para impedir llevar a la agenda los verdaderos y graves problemas que azotan al país, como la inseguridad, violencia y corrupción. 

Prioritariamente, la misión e instrucción dirigida a Morena y sus aspirante, es avasallar electoralmente a los partidos opositores y desaparecer al PRI, pero sin perjudicar a sus dueños, que conservarán intactos sus privilegios y en determinados casos serán dotados de más prerrogativas, indultos y embajadas. Eliminar, así mismo, toda posibilidad de contrapesos y observaciones adversas. 

El presidente AMLO no tomó la desición de la candidaturaen función de cuál de sus “corcholatas” conviene más al bienestar de los gobernados y al desarrollo integral de la nación. No, aunque nos reiteren que ese es el objetivo. Lo cierto, es que en la determinación se impone la egolatría y la satisfacción del interés particular del “gran elector”. Quién, además, se ha ganado a pulso ese privilegio, por su habilidad, capacidad y entrega en la persecución del propósito (llamado poder monopólico), pero especialmente por tratarse del primer presidente en la historia del país legitimado por una abrumadora y aplastante mayoría de electores a su favor, durante un proceso y jornada electoral democrática y trasnparente. Sin lugar a dudas, ni elementos para impuganciones. 

Por el momento, todos andan en campaña y nadie se encarga de gobernar, de trabajar para la paz, el restablecimiento del estado de derecho, la seguridad de los gobernados y el respeto irrestricto a sus elementales garantías humanas (ya ni siquiera para el “bienestar” colectivo, que a estas alturas resulta utópico). Tampoco la “oposición” intenta llevar al debate la aterradora cifra de homicidios, que durante mayo alcanzó los 2 mil 660, convirtiéndose en el mes más violento en lo que va del año, de acuerdo a informes de la propia Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal; quien, así mismo informó que, en lo que va del 2023, han ocurrido 12,582 asesinatos dolosos, en promedio 83 diarios. 

En tanto, México Unido Contra la Delincuencia reporta en su informe que son 12,937 victimas de homicidio a nivel nacional, durante los primeros cuatro meses del años. Lo significaría 86 personas asesinadas diariamente.

Los estados más violentos son, Guanajuato, Estado de México, Baja California, Jalisco, Chihuahua y Michoacán. Aunque en esta última entidad federativa se ha insistido que las ejecuciones van a la baja.

El pánico a hecho presa también a los mandatarios, ejemplo es la presidenta muncipal de Tijuana, que se refugia en un cuartel militar ante amenazas recibidas, mientras sus representados permanecen en estado de indefensión ante el acoso permanente. La degradación también avanza, demostrándose con una regidora del PAN, en el norte del país (Tamaulipas), que fue detenida con más de 40 kilos de droga.

La descomposición de la raza humana, especialmente en el ámbito político, es cada vez más profunda (parece irreversible), y nadie puede decir que los votantes y gobernados estamos siendo engañados, pues a todos (jóvenes y viejos) nos consta que en política el honor o la “palabra” no tienen valor. Hablan de honestidad, entrega al serviciopúblico, de resultados, y hacen lo contrario a lo que dicen.

Aunque los culpables primarios de entregar el poder a malos gobernantes, somos los ciudadanos frívolos, irreflexivos, insensatos y egoístas con nuestros deberes cívicos. Casi siempre, por conveniencia personal (o estupidez), olvidamos que la inmensa mayoría de gobernantes y funcionarios son los principales depredadores del pueblo, sin importar la formación ideologica y filiación partidista –todos son iguales- por eso, sin excepción, deben estar siempre bajo vigilacia estricta y meticuloso escrutinio ciudadano, fiscalizando cada peso e investigando cada acto y omisión, y si no les parece, que renuncien.

Pero para prevenir, antes de votar se tienen que investigar la trayectoria y antecedentes, si han sido honestos en sus tratos personales, honrados con los bienes ajenos, si son pulcros en el cumplimiento de sus compromisos y respetuosos en el trato con los demás. Sobre todo demostrar fidelidad a los valores que profesan y lealtad a la doctrina política. 

Sin embargo, aun sabiendo quiénes son nuestros candidatos, poco nos interesa lo negativo en ellos, sino el beneficio personal que podamos obtener. Por comodidad, tratamos de pasar por alto que, tan ladrón es el que roba, como el que recibe o acepta lo que no ha trabajado. En tanto los gobernantes pretenden ignorar que la única herramienta contra la pobreza, es el trabajo. No las limosnas. Hasta la Biblia establece que el hombre debe comer del fruto de su trabajo: “Quién no trabaja, que no coma”… y en México todos comen, pero pocos trabajan. Los mejores y más costosos manjares son precisamente consumidos por nuestros supuestos siervos y empleados… sin que en ocasiones les cueste. 

Es claro que nos hace falta información y formación, resultando difícil obtenerlas, cuano padres y madres se dedican exclusivamente a trabajar, perdiendo comunicación con sus hijos. Pues los objetivos en la actualidad tienen que ver con el dinero, ganar más para tener mucho, a eso se reduce “el éxito”, no al conocimiento, la sabiduría y las virtudes. Las consecuencias de ser absorbidos por el trabajo para tener más “comodidades”, son hijos solitarios, adictos al celular, recibiendo mensajes autodestructivos y hasta consumiendo drogas para ser “mejores y populares”.

Las escuelas, se han convertido en centros de aprendizaje para formar profesionales cuyo propósito es ganar dinero, no se enseña como vivir. No existe formación interna, tampoco educación mental y emocional. Se instruye para dotar de herramientas y adquirir riqueza material, en ocasiones sin importar los medios, pues el fin lo justifica.

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