SINOPSIS POLÍTICA

Por: J. Salatiel Arroyo Zamora

LA VIOLENCIA QUE NO SE HA IDO… NI SE IRÁ

“Desde el primer día de mi gobierno, no al mes, desde el primer día, los narcos cambiarán las armas por tractores y se convertirán en gente de bien, se los juro”. Fue esa una de las promesas que más esperanzas despertó en el electorado, en 2018. Fue la mejor oferta política, la que más votos generó y llevó al triunfo al hoy presidente de la república. Quien sabía que no cumpliría, pero esas palabras eran las que los votantes anhelaban escuchar. Y los narcos si cambiaron durante el sexenio de AMLO (no precisamente armas por tractores), salieron de la incertidumbre para entrar a la zona de confort, ya no son criminales, “son seres humanos con derechos que deben ser respetados”.

Son tan protegidos los derechos de las organizaciones delictivas, que se han fortalecido, multiplicado y expandido por todo el territorio nacional, sin obstáculo alguno. También han diversificado sus actividades lucrativas, las que no se han limitado al tráfico de estupefacientes, utilizando al país como territorio de paso en su trayecto al principal consumidor (EU), sino que también convirtieron en consumidores a sus paisanos. Después incursionaron en el secuestro, la extorsión y hasta en la política, siendo ellos quienes realmente gobiernan, cobran impuestos, controlan la actividad productiva, la economía y hasta procuran y administran “justicia”, en ocasiones con mayor eficacia que las propias autoridades legalmente constituidas. 


Y los ciudadanos, para sobrevivir a estas nuevas formas de gobierno, tuvieron que someterse y adaptarse a ambos regímenes. Además de adquirir habilidades especiales para sortear los constantes atentados a la vida, como los padecidos el pasado fin de semana en Michoacán. 

Al referirse a estos acontecimientos, de otro fin de semana negro en tierra Purépechas, en la mañanera del lunes, el presidente López Obrador afirmó que se trata de actos “publicitarios y propagandísticos” para los grupos delictivos que realizan esas acciones, donde nada más hubo toma de carreteras, quema de vehículos, incendio de dos Oxxos, “y ya, básicamente”. “Afortunadamente nada de violencia en cuanto a pérdidas de vidas humanas”.

Eso expresó de manera literal el presidente de México. Mientras que el gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, aseguró que se trata de reacciones de grupos delictivos a la acción de las autoridades, a los buenos resultados que se han tenido al hacer frente a las bandas de delincuentes y a que ya no existe impunidad; provocando reacciones de los grupos delictivos que pretenden confundir a la sociedad, “generando inquietud para que dejemos de perseguirlos. Pero eso no va a ocurrir, estamos decididos a recuperar la tranquilidad, la seguridad de las y los michoacanos”.

“Vamos a seguir investigando los actos delictivos, ya hay seis detenidos y pido se investigue a fondo para dar con los que ordenaron esos actos”. Así mismo invitó a no caer en la trampa de la delincuencia, de querer enfrentar a la sociedad con las autoridades y exhortó a continuar unidos, ya que como gobernador está siempre atento y actúa de manera oportuna, rápida, para lograr cero impunidad.

En otro momento ambos discursos habrían logrado el efecto programado por sus emisores, pero tantas veces, durante casi 20 años, se nos ha dicho lo mismo, que ahora es necesario que las palabras de los mandatarios se hagan acompañar de resultados tangibles. Pues los hechos, desafortunadamente, manifiestan lo contrario a las elocuentes peroratas de los políticos en el poder.


Precisamente la tarde del día lunes, unas horas después de las desatinadas declaraciones de los mandatarios nacional y estatal, la realidad se imponía. En la autopista de Occidente, entre los municipios de Zinapécuaro y Álvaro Obregón, se escenificaba otro hecho violento, cuando un grupo armado perseguía a sus futuras víctimas, que murieron incineradas (dos personas). Pero durante la persecución seis trabajadores de la carretera (ajenos a los hechos) fueron arrollados por las camionetas que participaban en la cacería humana: tres fallecieron en el lugar, uno dos días después y dos continúan hospitalizados. 

Aunque no todo es negatividad en el gobierno michoacano, lo que se demostró con la multitudinaria concentración en el estadio Morelos, donde se corroboró la capacidad de convocatoria de los operadores del gobernador y el liderazgo de este, “haiga sido como haiga sido”, el resultado ahí está.

En la propia administración pública, hay funcionarios en el gabinete que son rescatables, por los resultados obtenidos a la fecha. Al momento resultan visibles dos: Los titulares de la Fiscalía General del Estado, cuya institución todos los día ejecuta ordenes de aprehensión y logra vincular a proceso a presuntos infractores, producto del trabajo de campo que realizan fiscales e investigadores. Aunque también continúan enquistados ahí elementos nocivos, a los que les gana la ambición y denigran la procuración de justicia. Hasta cuota pre establecida tienen de cobro por los servicios que prestan, que se supone son gratuitos; sin incluir las vulgares extorsiones, que son constantes. Sin embargo, parece que la depuración va avanzando. 


La otra dependencia es la Secretaría de Salud, cuyos cambios favorables en la atención a pacientes resultan evidentes. Pero, también permanece la insensibilidad humana en algunos integrantes del personal, que normalmente son sindicalizados. En su momento ahondaremos al respecto.

Pero en materia de prevención de conductas delictivas, tareaque compete a la Secretaría de Seguridad Pública y policías municipales, resulta obvio y significativo el retroceso. Y ni modo de seguir culpando a la federación, pues ahora son los mismos. Aunque si pueden seguir señalando al pasado.

DEL HARTAZGO AL SUFRAGIO ELECTORAL

Desgraciadamente para la mayoría de mexicanos la inseguridad en carreteras, pueblos y ciudades es la constante en el país… y es tan constante, que muchos se han acostumbrado a ella, aun cuando nadie esté exento del peligro, así sean ajenos a las pugnas entre agrupaciones delictivas, como sucedió con los trabajadores de la autopista de Occidente.

Ese es precisamente (la inseguridad y violencia) uno de los elementos de la decepción en algunos y el hartazgo en otros, sin importar la filiación política, ni condición social o económica. Pues los homicidas no seleccionan a sus víctimas de acuerdo a su formación partidista, convicciones ideológicas, filias o fobias políticas, tampoco si son hijos, padres o hermanos de beneficiarios de programas sociales… esos sí agarran parejo, para ellos “el que la debe la paga”, y si se equivocan, tampoco pasa nada.

Esa desilusión, obviamente se verá reflejada en las urnas. Y la culpa no será de Xóchitl Gálvez, y aunque se siga atribuyendo al pasado (la impericia para corregir el presente y proyectar un mejor futuro) y culpando al PRIANRD, el electorado ha comenzado a discernir dónde radica el problema, así como a comprender que resultó peor el remedio que la enfermedad.

En ese contexto de hartazgo colectivo, al sentir amenazada permanentemente lo más valioso que tiene el ser humano: la vida, y haber perdido la paz, elemento principal para lograr la felicidad, se desarrollará el proceso electoral que culminará con la jornada electiva del presidente (en esta ocasión por primera vez podría ser presidenta) de México.

Habíamos comentado anticipadamente que la selección de Xóchitl Gálvez como abanderada de la oposición era cuestión de trámite, al tratarse de un fenómeno político extraordinario, que hace tres meses no existía en el escenario nacional, pues se les estaba considerando como proyecto a la jefatura de gobierno de la CDMX. Pero el disgusto creciente en contra del régimen de la 4T se ha canalizado en torno a ella, impulsándola como futura candidata opositora. Surgiendo de un proceso interno sin fracturas. Lo que, de antemano, le genera otra ventaja más.

Delantera que, con certeza, irá creciendo con la adhesión de sectores sociales apartidistas, así como con la cargada de arribistas y oportunistas. Hasta de Morena se sumarán en su momento, cuando perciban dicha ventaja. Los vividores de la política saben de números, invierten en encuestas para el consumo personal, de manera previa conocen quién ganará y hacía allá se van. Ellos difícilmente pierden el poder y los privilegios, que con dicha potestad se obtienen. 

El mismo AMLO, dialogará y pactará con Gálvez Ruiz, en busca de impunidad… como en su momento seguramente hizo Enrique Peña Nieto con él. La mejor prueba, es que el mexiquense es intocable. Ni Salinas ha sido encarcelado, que se supone es el político más odiado por el residente depalacio nacional. Para quien, todas “sus corcholatas” son sacrificables, en aras de su bienestar y seguridad personal.

Así que, aun cuando en el 2024 llegase a triunfar el Frente Amplio por México, los ganadores seguirán siendo los mismos (incluso los que ante el pueblo bueno y sabio sean considerados derrotados) y lo perdedores, los ilusos de siempre. Al tiempo. 

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